Capítulo cortito.
12 de Agosto del 2015
— ¿Y... cuál es tu respuesta? — pregunta él.
— ¿Cómo que cuál? ¡Sí quiero!
Me coge de la cintura y me besa de manera tierna y lenta.
— Seré el mejor enamorado. No te vas a arrepentir.
— No creo que lo haga —le respondo.
....
— ¡No te vas a ir! Te quedarás aquí, en esta casa — grita él contra la puerta de nuestra habitación.
— ¡Abre la puerta! ¡Quiero que abras la maldita puerta! —grito, enojada.
— ¿Para qué te vayas con otro? Me estas engañando.
— ¡¿De qué hablas?! Abre la puerta y hablemos.
— Mentirosa, mentirosa, ¡Mentirosa! Vi como él te miraba y como tú lo mirabas a él.
— ¿El de chico de la pizza? — pregunto confundida— ¡Debes de estar jodiendome!
Él gruñe y da un golpe a la puerta.
— Sí, él. Tu amante, eres una...
— ¡No termines esa oración! Cuida las palabras que me dices. Ahora abre la puerta para poder hablar.
— No. Mañana hablaremos.
Se escucharon pasos alejándose, yo grito su nombre varias veces, pero él no vuelve y es frustrante.
***
Hoy estoy en el canal para hacer un programa grabado para el lunes. Es decir, el lunes lo tendré libre.
—Buenos días, Jeana— saluda Natalie saliendo de alguno de los pasillos.
—Buenos días, querida.
Natalie Berger. Una compañera de trabajo. Una buena chica, pero algo loca.
Parece una modelo de alta costura. Cada parte de su cara es fina, su piel es blanca, pálida sin llegar a lo enfermizo, de nariz respingada, ojos claros, cabello rubio. Ella es como el estereotipo de chica americana perfecta.
Natalie huele su café y luego suspira fuerte.
—Nada como trabajar un sábado por la mañana.
—El lunes no vendremos a trabajar— me encojo de hombros.
Supongo que a mí me da igual porque mi vida social se resume en salidas con Bruce y algunas con Daniela, cuando insiste tanto al punto de darme una migraña.
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Lo que cuesta decir Te amo
Romance¿Un clavo saca a otro clavo? Eso no funciona. ¿Un corazón roto y otro desconfiado pero con ganas de amar? Eso quizá sí. . . . ||DERECHOS RESERVADOS||