Prologo: La Sagunda Generacion

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Todo era más que brillante en los alrededores a la ves que se podía escuchar a lo lejos el sonido de el metal chocando entre sí, un sonido tintineante de las monedas que chocaban entre sí debido a el movimiento hecho por algo o alguien.

Los pasos de el ser que se adentro en la tesorería eran más que agregar a el silencio que estaba plagado por el enorme pasillo que tenía un camino despejado en el centro, el techo estaba a más de 40 metros de altura estando hecho de alguna especia de piedra negra y adornada con detalles dorados.

Los muros tenían cientos o más bien miles de cajones que se encontraban llenos de tesoros en su interior hasta el punto de que las piezas en el interior de estos parecian apunto de caer, monedas de oro, joyas, armas y demás objetos de valor estaban en los cajones abiertos y semi cerrados por toda la tesorería.

Mientras que a los lados de el pasillo toneladas de monedas de oro estaban presentes, apiladas en varias pilas que llegaban a los 3 metros de altura en algunos casos, entre estas habían armaduras y objetos de un valor incalculable que haría que cualquiera pensara que era un sueño.

Joyas de el tamaño de humanos, armaduras de todas las formas y diseños, armas que desprendían poder puro, tesoros de valores que harían que uno pensara que se había quedado sordo.

Esto y más era lo que rodeaba a el ser que caminó entre las pilas de tesoros con sus zapatos de cuero negro resonando levemente en el suelo de mármol pulido y cubierto con una alfombra que antes no estaba, seguramente el encargado de proteger estos tesoros la había puesto.

Una larga alfombra de tela roja y con hilos de oro puro estaba debajo de él, se sentía el leve hundimiento en esta que era más que suave mientras que daba cada paso. Pudo ver los tesoros de las 41 figuras que sobrepasaban todo con sus ojos indignos de este privilegio a medida que caminaba en esta tierra sagrada.

El ser que caminaba entre estas toneladas de tesoros no era más que un ser que se podía considerar como uno de los más poderosos creadores por los 41, uno de los más leales a estos místicos creadores de todo que ya no estaban con excepción de uno.

El más sabio de todos y el cual gobernaba sobre los otros 40 miembros, su traje rojo fue iluminado por las luces mágicas blancas en el techo que gracias a el oro iluminaban todos los pasillos de la tesorería mostrando quien era el pero no le importó sus dientes blancos parecian colmillos si uno prestaba mucha atención.

Su cabello arreglado daba la imagen de ser un ejecutivo de no ser por el color de su piel roja además de su aura, era como si uno viera a el mismísimo demonio que venía a hacer una propuesta a un ser mortal, el camino calmado antes de ajustar sus gafas con su mano enguantada sonriendo alegre por la próxima charla y ver a lo lejos a su colega

En sus últimos momentos antes de llegar a el solo pudo alistar su corbata mientras que el otro guardián dejaba las monedas de oro en la mesa circular pequeña a su lado y saludaba a su invitado de hoy seguramente mandado por su creador.

-Pandora: Bienvenido a la tesorería, Demirgos-San...

Dijo este ser con cabeza de huevo que estaba sentado en un sofá en medio de la sala circular que estaba conectada a otros 6 pasillos que iban en diferentes direcciones siendo en realidad las diferentes entradas a las varias alas de la tesorería que guardan los tesoros de los 41 seres supremos y sus secretos más escondidos en forma de libros entre otros objetos.

Este ser llamado "El Actor De Pandora" era el guardián y protector de estos secretos, sus ropas eran las de un oficial militar nazi de la segunda guerra mundial de color amarillo con detalles de oro además de medallas, una gorra con el emblema de Ainz Ooal Gown era visible sobre su cabeza que consistía en un óvalo con 3 agujeros que actuaban como ojos y boca de este ser que muchos describirian como extraño, no tenía rasgos en su rostro y su imagen era más que incómoda o perturbadora.

Overlord Volumen 14: La Princesa Del Reino HechiceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora