V. Traidor🥀

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Hola, paso a informarles que en esté capitulo habrá una escena que para todos no es apta o aceptada por lo que habrá un apartado ''+18 cuando dicha escena inicie al igual que en todas las escenas con violencia y sexo explícito.

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Tres días después...

—Señor, la señorita Bella ha vuelto a intentar escapar —Le informa Anderson tras haber tocado dos veces la puerta de su despacho.

—¡Joder! —Deja los documentos que ha estado revisando y se quita los lentes. —¿Dónde está?

—En su habitación, Rosa y un empleado la custodian a espera de usted.

—Ok —Se levanta y sale del despacho yendo en dirección a la habitación de la rubia. Al ingresar, ve a la chica de ojos azules vistiendo con un albornoz claro con estampado mármol. Junto a la cama se encuentran Rosa tejiendo su largo cabello en un trenza y Camilo, uno de sus empleados. —Salgan —Ladra.

—Ok —Responde Rosa y sale sin emitir más palabras.

—Creí que con el último castigo, no volvería a provocarme dolores de cabeza —Habla acercándose a ella. De solo pensar en lo que sucedió en la habitación del departamento en New York, su miembro se despierta.

—Nunca podrá quitarme mi libertad. Mientras me mantenga cautiva en este lugar, intentaré escapar cada vez que tenga oportunidad —Ladra con furor.

—Pues, creo que tendré que darle otro castigo —Informa antes de salir de la habitación dejándola sola nuevamente. Al cabo de unos minutos, el castaño aparece con un juego de esposas en sus manos los que desata los nervios en la rubia.

—¿Qué hará con eso? —Pregunta con nerviosismo.

—Ya verá —Se acerca a ella, toma su mano izquierda y la esposa al dosel de la cama. —Se quedará aquí hasta que me dé la gana —Susurra en su oído provocando una serie de pensamientos impuros por parte de la rubia.

—¿Qué? ¿Está usted loco? No puede hacerme eso.

—Debió pensarlo antes de intentar escapar. ¿Cree que alguna vez saldrá de aquí sin antes su padre pagarme? Bella, no me interesa dispararle a usted, a su padre o a su hermano. Les estoy dando una oportunidad, no la desperdicien.

<<¿Serías capaz de matarla? Si tu respuesta es sí, ¿Por qué no la mataste junto a su padre aquel día que fuiste a su casa?>>. Pregunta aquella vocecita en su cabeza. Unos toques en la puerta lo obligan a separarse de ella antes de gritar un pase.

—Señor, hay una emergencia —Le informa Rafael. Su vista viaja a la rubia esposada a la cama viéndola con morbo y perversidad causando náuseas en ella pues esta no es como la mirada llena de lascivia que recibió de Edan en New York.

—Bien —Sale de la habitación con su hombre detrás, cerrando la puerta con seguro.

Horas después...

La puerta se abre y aunque en su interior esperaba que fuese Edan, sus esperanzas se esfuman cuando ve a Rafael ingresando en el habitáculo.

—Hola... —Saluda cerrando la puerta luego cerciorarse de que no hubiese nadie en el pasillo.

—¿Qué quiere?

—Vine a verte —Se acerca a ella hasta detenerse frente a la cama viendo el cuerpo de la rubia restregarse contra la cama evitando que este la toque.

—Yo no deseo verlo —Ladra cuando el sentimiento de temor se hace presente. En los ojos de aquel hombre ve el mismo morbo que vio en los hombres con los que anteriormente salía, el mismo morbo que vio en los ojos de los cerdos asquerosos que asistían a la cafetería creyendo que iban a un bar nudista. <<¿Por qué la mirada de este hombre me provoca asco y la mirada de Edan me provocó un sentimiento de excitación y calidez?>>.

La Bella y la Bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora