XIX. Conteniendo todo🥀

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—¿Edan tienes muchos autos? —Pregunta Javier con emoción mientras cenan en el gran comedor de la mansión del castaño.

—Javi, come con la boca cerrada —Ordena su hermana mayor. De repente siente como las manos ásperas del castaño comienza a acariciar sus muslos desnudos por el corto vestido que no los llega a cubrir del todo. —E... —Jadea cuando siente como este se hace paso entre sus muslos acariciando suavemente la tela que cubre su femineidad. —Edan, detente —Ordena por lo bajo aunque este decide ignorarlo.

—Sí, Javi, tengo muchos autos —Responde con una sonrisa altanera mientras echa hacia un lado las bragas de su esposa introduciendo un primer dedo en su interior. —Si quieres, luego de cenar podemos ir a verlos... —Su cara es todo un poema al sentir la humedad y estrechez de su esposa.

—¿En serio? —Pregunta el pequeño de siete claramente emocionado.

—Sí —Responde antes de apartar la vista de él y posarla en la mujer a su lado. —¿Javi, por qué no vas al jardín mientras yo ayudo a tu hermana con un pequeño problema? —Pregunta obteniendo como respuesta que el pequeño se levante y salga disparado del comedor.

—¿Edan, que se supone que haces? —Pregunta colorada. —¿Por qué me masturbas mientras cenamos con mi hermanito?

—Bueno, esta pequeña habitación me trajo recuerdo del día en el que te masturbe mientras los demás tenían sexo entre ellos —Responde tomándola de la mano para que se levante y se siente en su regazo.

—Edan... —Habla con la vista fija en el piso.

—¿Qué pasa, Bella?

—Es que... bueno... no sé cómo decirlo... —Suspira viendo como sus manos se mueven con nerviosismo sobre el abdomen marcado del hombre frente a ella.

—Mírame a los ojos y habla —Ordena y esta hace caso.

—Bueno, estamos casados y sé que... bueno, tú eres... perteneces a un mundo diferente al mío.

—Sí, ¿y?

—¿Ahora que estamos casados, seguirás teniendo esos encuentros... sexuales?

—Solo si tú me acompañas y juntos exploramos tu vergüenza en lo que se refiere al sexo —Responde sorprendiendo un poco a la rubia. —Bella, contigo como mujer me basta, no hace falta asistir a los encuentros si te tengo a ti... a menos que quieras ir conmigo...

—Bueno, sin duda es algo excitante...

—¿Te gustó, cierto?

+18.

—Encontraremos un balance entonces —Finaliza allí el tema. —Ahora, quítate las bragas y ven a montar a tu marido...

—Edan... —Jadea en forma de reproche cuando este la aprieta sobre su regazo haciéndola notar su potente erección. —Javi está cerca.

—Sí, pero tu humedad me revela que estas igual de excitada que yo, hazlo, mi niña —Ordena. La rubia se baja de su regazo, quita sus bragas viendo como este abre su cierre y vuelve hacia él montándose en su pene. —Despacio o te lastimarás —Ordena entre jadeos cuando esta comienza a moverse rápidamente.

—Edan... —Gime en voz alta sin darse cuenta.

—Silencio —Gruñe cubriendo sus labios con su mano antes de obligarla a bajar de su regazo e inclinarse sobre la mesa del comedor. Se coloca tras ella e ingresa en la calidez de su cuerpo sintiendo el cielo en sus manos al momento en el que las paredes de su mujer comienza a apretarse alrededor de su pene. —Amor, ¡Dios! Estás tan perfecta para mí... —Jadea tomándola del cabello con su mano libre aumentando el nivel de sus embestidas.

La Bella y la Bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora