¡Ayuda Stefan!

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Ya me había comunicado con Alex, tenia que estar lista para las nueve en punto porque sino me llevaría a comer en pijama. Me causo mucha gracia cuando me lo dijo. 

Mi tan querida amiga no estaba y yo necesitaba una ayudita para prepararme. Mientras me bañaba, pensaba en ¿a quien podría pedirle ayuda? ¿que me pondría? ¿como seria mi peinado? ¿el maquillaje? y pensar en todo eso me puso muy nerviosa, no era una "cita" cualquiera, era una cita con Alex Turner.

Salí del baño y de golpe se me vino a la cabeza pedirle ayuda a Stefan o Jack ya que ellos conocen a los chicos desde pequeños y me podrían decir si estaba atractiva para Alex.

-¿Hola?- Escuche la voz de Stefan. Decidí llamarlo a él porque me parece mejor asi no se generan más sospechas y bromas de Jack y yo. 

-Hola ¿Stefan?- los nervios siempre son malos, nunca dejan que hables bien es decir ya se que el que contesto es Stefan pero ¿por que demonios lo pregunto? NERVIOS. 

-Si ¿Quien habla?- 

-Tamara-

-¿Que Tamara? No recuerdo a ninguna ¿no te habrás confundido de número?- Pendejo bromista -Ya se quien eres, reconozco tu voz fácilmente-

-Oh que bien, necesito tu ayuda y no puedes decir que no-

-Bueno en este momento estoy muy ocupado por lo tanto mi disponibilidad es inexistente. Para la próxima pide un turno-

-Es como decir no pero mucho más extenso, necesito que vengas ya a casa, María esta muy mal y dice tu nombre muchas veces, creo que quiere verte-

-En 20 minutos estoy por ahí- Y me cortó. Lo se las mentiras tienen patas cortas pero lo necesito urgentemente y lo único que funcionaria era nombrar a mi amiga en mal estado.

Eran las 19:40 p.m si Stefan era puntual tendría una hora para prepararme, tiempo suficiente para decidir que ponerme, como maquillarme y sobre todo si a último momento decido cambiar mi atuendo. Aún seguía con la toalla en la cabeza. Tome el celular entre mis manos y pensaba en llamar a mi amiga.

-Hola en este momento estoy viviendo mi vida por lo cual no tengo tiempo de atender deja tu mensaje después del bip- un poco agresiva mi dulce amiga- no me interesa que estes viviendo tu vida, te necesito perra. Llámame cuanto antes por favor- 

No sabia que hacer, me estaba aburriendo sola. Fui a nuestro cuarto y comenze a husmear en el guardarropa de María, ya se que todo me quedaría un poco grande, ella es más... ¿como decirlo? ... Tetona y culona, pero tenía la esperanza de encontrar algo. Si buscas encuentras dice el dicho y es verdad encontré un vestido blanco hermoso que no podía creer que todavía lo conservara, es un vestido que guardo desde sus 15 años, cuatro años pasaron. Tome el vestido y me lo puse, en aquel entonces el vestido me quedaba grande el la parte del busto pero ahora me quedaba bien y me alegraba mucho, pues ese vestido me encanta. Deje listos sobre la cama un par de conjuntos para que Stefan elijiera, rogaba que eligiera el vestido negro.

Tocan el timbre y salgo corriendo.

-Holaaa- Rogaba que fuera Stefan y no alguien que se confundió de timbre.

-Hola Tamara soy Stefan, por favor apresurate en abrir- pulse el botón rápidamente para que pueda pasar la puerta principal del edificio y deje sin llave la puerta del departamento. Me quedo parada un minuto frente a la puerta a una distancia prudente por las dudas que él ingresara desaforado. Stefan entro corriendo y sin mirarme fue directo al cuarto, cerre la puerta con llave y espere a que viniera a discutir conmigo, pero me sorprendió. Salió del cuarto riendo, rascandose una de sus cejas, cabisbajo y mirando me con esos perfectos ojos pardos.

Extraño Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora