¿¡Que paso!?

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Desperté en mi cama completamente mareada, con nauseas y mi vista sumamente borrosa, restregué mis ojos y trate de enfocar las cosas que habían a mi alrededor. 

Camine hacia el baño, me mire en el espejo y estaba completamente destruida, jamás creí que me podría ver tan mal, creo que si mi cara estuviera golpeada por un boxeador sería mucho más bonita que en este preciso instante. Abrí el grifo y deje correr el agua hasta que sentí que salia lo suficientemente fría como para despertarme bien, puse mis manos en forma de cuchara y las llene de agua para luego estampar la sobre mi rostro, tome la toalla y me seque. 

Salí del baño y volví a mi cuarto, tome algo de ropa, me vestí y fui a prepararme el desayuno cuando note que no estaba sola, en el sofá cama se encontraba Matt, me acerque despacio para no despertarlo y mi intento fallo cuando me golpee el pie contra el borde del sofá, de mi boca comenzaron a salir muchos insultos no apropiados para una dama... pero al demonio ser dama esta comprobado científicamente que insultar cuando recibes un golpe ayuda a disminuir el dolor. 

Matt saltó del sofá cama asustado o sorprendido no lo se, el punto es que se acerco a ver como me encontraba. 

-El dedo pequeño del pie esta hecho para golpearse contra los muebles- Dijo mientras de reía 

-Claro, ríe de mi desgracia- Lo mire y achine mis ojos como muestra de mi desagrado -Las mano están hechas para quebrarse contra un muro cuando uno lo golpea borracho ¿sabias?- Contra ataque. 

-Si, lo se y lo comprobé yo mismo- Se reía hasta de su propia desgracia, que hombre más desesperante, o... ¿Acaso seré yo la amargada? Este último tiempo estuve muy histérica, no se como logran soportarme esta gente. 

-Preparare el desayuno- Me dirigí a la cocina y escuche a Matt gritar "Has me un café por favor"   

-¡NO!- Grite desde la cocina -Probaras un desayuno bien Argentino y si no te gusta te preparare un café- 

Estábamos sentados y sobre la mesa había galletas y mate*, el primero lo tome yo ya que es el más fuerte y me encanta, el segundo se lo di a él para que probara. 

-No esta tan mal, pero sigo prefiriendo el café- 

-Bueno señor Helders le preparare su café- Sonreí -Por lo menos hice el intento- 

-Señorita María, el café debe llevar tres cucharaditas de azúcar- 

Estaba en la cocina preparando su café cuando escuche pasos detrás mio, ya tuve malas experiencias en cuanto a escuchar gente detrás de mi se refiere. Gire bruscamente y me tope con un Matt sorprendido por mi reacción. 

-María ¿Recuerdas lo que paso?- 

_¿A lo que paso anoche te refieres?- Dije tratando de recordar más allá del baile alocado con cerveza, pero fue un esfuerzo en vano ya que no logre recordar absolutamente nada. 

-Si, a lo de anoche me refiero- 

-Pues... recuerdo que llegaron tu y los chicos, con cervezas y pusimos música- Carraspee -Luego no recuerdo mucho, ¿Me perdí de algo importante?- 

-No de nada, seguimos bailando toda la noche y pues tu estabas muy alcoholizada y me quede contigo por si las dudas- 

-Eres tan dulce, te quedas para cuidarme mientras Stefan no esta- Lo abrace, Matt es como un oso tierno de peluche, una vez que lo abrazas se te hace difícil soltarlo, sus manos se posaron en mi cintura como si pidieran permiso para abrazarme y luego me dio un suave pero fuerte abrazo... ya se ¿como es posible que sea suave y fuerte a la vez? pues no lo se simplemente lo sentí así. 

Extraño Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora