Las cosas se ¿Solucionan?

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No podía creer lo que había sucedido, me encontraba sentada en mi cama pensando que iba a hacer con mi amiga y la única solución que encontré era irme del departamento. Antes pasaría por la casa de Alex para hablar con él y solucionar el problema que se había ocasionado por  mi culpa. 

-¿Estas lista?- Escuche la dulce voz de Stefan. 

-Si- Me levante de la cama. 

-¿De verdad crees que esta es la solución?- 

-Si Stefan lo creo, ella necesita estar un gran tiempo sin mi y sin mis problemas- 

-Entonces vamos- Dijo el tendiendo su mano para que la tomara. 

Una vez en el taxi pensé bien lo que le iba a decir a Alex, tendría que mantener la calma y ser convincente. Mantener la calma es lo que más me preocupada, se me haría difícil pero lo lograría todo por mi amiga. 

Llegamos a la casa de Stefan y comenzaron a bajar las pocas maletas que tenía, Stefan no me dejo tocar nada por el embarazo. 

-Vamos Stefan estoy embarazada no discapacitada- 

-Debes cuidar al bebe amor- Me sonrió. 

-Dame eso- Tome una de las maletas -El bebe no sufrirá ningún daño- 

Una vez dentro de la casa Stefan me explico donde estaban las cosas. La idea de compartir cuarto al principio me resulto un poco incomoda pero luego pensé que sería el padre de mi hijo y que ya eramos una familia. 

****************** 

Veo a un joven sin afeitar y de muy mal aspecto. 

-Hola- Su voz es ronca. 

-Hola- Respondo -¿Puedo hablar contigo?- 

-Pasa- Abre la puerta para darme paso. 

-Linda casa- Le digo para romper un poco la tensión. 

-Si, eso era antes cuando no tenia ningún recuerdo hermoso en ella- 

-De eso quiero hablar- Dije girando sobre mis talones para verlo de frente. 

-Siéntate por favor y hablaremos- 

Me senté en el sofá y espere unos minutos, Alex venia con una tasa en una mano y en la otra la cerveza. 

-Para la embarazada un té y para mi una cerveza- 

-Gracias Alex- Dije dando un sorbo a mi té. 

-¿Qué es lo que te trae por aquí?- Preguntó. 

-Tu ruptura con Tamara- 

-Ah eso- Bajo la mirada -¿Qué sucede?- 

-Rompieron por mi ¿Es verdad?- Ya sabía la respuesta pero necesitaba escucharla de su parte. 

-Si, en cierto modo si- 

-¿Puedes explicarme todo como sucedió?- 

-Si, no todo es tu culpa pero en mayor parte si, ella esta pendiente de lo que te sucede a ti y a veces se olvida de mi o de pasar tiempo conmigo y con tu embarazo me di cuenta que estaba más pendiente de lo normal, ella actúa como si fuera tu madre y tu ya estas lo suficientemente adulta como para dejar a tu amiga y solucionar tus problemas sola- 

-Estas equivocado, ella no es mi madre y los problemas  los soluciono sola, lo que pasa que como todo ser humano necesitas apoyo y si no lo pides no pretendas tenerlo, por lo tanto no pretendas que Tamara este contigo si tu no le dices lo que quieres, tienes que ser claro y no dar vueltas- Por un lado es entendible que me culpe a mi pero por el otro lado él no se hace entender, él no sabe lo que realmente quiere. 

-Yo me hago entender- Dijo observándome fijamente. 

-No lo haces desde el momento que Tamara se encentra más tiempo conmigo y no contigo, yo le he dicho miles de veces que se quede más tiempo contigo- 

-Entonces no esta porque no lo desea- 

-¿¡A caso una persona que llora y se pelea con su mejor amiga por un chico no desea estar con su pareja!? Respondeme eso Alex Turner- Hombre terco. 

-Ella dijo que la amistad va antes que los novios- 

-Esa regla es para ambas, pero solo se aplica en momentos críticos y para mi este embarazo fue lo más sockeante de mi vida, por lo tanto debes comprender que ella iba a estar a mi lado, pero tu como un buen novio puedes haberla acompañado, en cambio no lo hiciste, le diste la espalda y la rechazaste ¿Quien es el culpable? piénsalo mejor ¿tu o yo?- 

-Ya puedes irte de mi casa- Se levanto y abrió la puerta de entrada para que me fuera. 

-Suerte, espero que algún día encuentres el verdadero amor y que no sea a la chica grandiosa que dejaste ir por una tontería- 

Estaba caminando por las calles de Londres, no quería tomar un taxi, necesitaba despejar mi mente y pensar en lo que le había dicho a Alex.  

Tamara PDV: 

Estaba llegando a mi departamento nuevamente, estuve muchas horas fuera de el y ahora tendría que enfrentar a mi amiga para solucionar todo lo sucedido, no podía dejar a la única persona que me acompaño todo este tiempo. 

Entre y la vi sentada en el sofá. 

-Hola- Le dije mientras me acerque a ella. 

-Hola- 

-Perdo...- Me interrumpió. 

-No pidas disculpas porque ya se que fue mi culpa y lo solucione todo, ya lleve mis cosas a la casa de Stefan, te dejare sola y no te molestare más con mis problemas- Observe como se levantaba del sofá, me apure a levantarme también y la abrace. 

-Sabes que no pienso realmente lo que dije- Le di un fuerte abraso procurando no lastimar al bebe. 

-Lo se, por eso hago esto- Dijo ella y se marchó. 

Me encontraba completamente sola y no podía sentirme peor, estar sola no es lo malo, lo malo es que tus sentimientos estén destruidos y no tengas a nadie que te ayude. En estos momentos te das cuenta que la amistad vale mucho y que nunca debes dejarla caer por la borda. 

Años de esfuerzo tratando de volver a ser amigas, una vez que lo conseguimos y volvemos a caer en este embrollo nuevo. Aunque realmente no dejamos de ser amigas, ella se alejó de mi y todo por mi culpa. 

*********************************** 

Me encontraba en la cocina, pensando que cocinar para la cena y recordaba que cuando no tenia ganas de cocinar María lo hacía por mi, ahora tendría que llamar al delivery. 

Ordene una pizza, una gaseosa grande y de postre muse de chocolate con frutilla. No faltaba nada, una vez me entregaron mi pedido me dispuse a comer en el sofá cama mientras veía una película, faltaba mi amiga comentando estupideces acerca de esa película. Escucho sonar mi celular, le pongo pausa a la película y contesto sin mirar quien es. 

-Hola- Dije con comida en la boca. 

-Siempre tan femenina- Escuche su voz al otro lado del teléfono y no lo podía creer. 

-¿Cómo te encuentras?- Le pregunte ansiosa. 

-Bien, estaría mejor si me dejaras pasar a tu casa- 

-Por supuesto, ya bajo- 

-Antes tengo solo una pregunta- Mi alegría rebalsaba por todos lados de mi cuerpo. 

-Si, dime- 

-¿Me extrañaste?- Su voz se volvió suave. 

-Como nunca podrías imaginarte- 

Fue lo último que le dije antes de bajar a nuestro encuentro, después de todo las cosas mejoraron en ese día tan horrible. 


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