La Realidad

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Desperté y observé por todos lados buscando a Alex pero no lo encontraba, en medio de la desesperación no me había dado cuenta que me encontraba en mi cuarto de la adolescencia, me senté en la cama y observé mi celular 5:05a.m, la alarma estaba programada para las 7:00a.m. 

5O5 una de las canciones de los monkeys y el horario en el cual me había despertado. Me levanté de mi cama y todo me resultaba extraño ¿Qué hacía de nuevo en la casa de mis padres? ¿Acaso habíamos viajado para Argentina? Pero sería imposible que este aquí si Alex no sabe donde viven mis padres. Caminé hasta el baño e hice lo que debía, las ganas de orinar hacían sentir que mi vientre estaba por reventar, una vez finalicé caminé hacia el lavabo y con mis manos en forma de cuchara tome la mayor cantidad de agua fría posible, necesitaba despertarme y pensar con claridad a esta extraña situación. Sequé mi rostro y cuando me observé al espejo no lo podía creer, estaba igual a cuando tenía 16 años, mi cuerpo era el mismo de cuando tenía esa edad, salí del baño y fui a la habitación de mi hermana. Pude observar a mi pequeña hermana durmiendo y a mi gata junto a ella ¿A caso esto es un sueño? Parece muy real  ¿A caso esta sera la realidad y lo que viví junto a Alex un sueño? No, me niego a creer semejante estupidez. 

Voy directo a la cocina y me preparo un café. Sigo pensando que esto es extraño, que es un sueño y... seguro Alex me trajo aquí porque estaba alcoholizada y la resaca me trae alucinaciones. Es imposible que esto me parezca tan real y sea solo un sueño. Terminé mi café y enjuague la taza, ya que a mi padre no le agrada en absoluto que deje las cosas sucias en el lavabo de la cocina. 

Camino nuevamente a mi cuarto y en ese pequeño tramo se me ocurre fijarme si mi ropa de adolescente sigue en mi guardarropa, creyendo que eso me demostraría si esto es verdad o solo un sueño, creyendo que algo en ese guardarropa me dará una pista de lo sucedido, quizás Alex haya dejado una nota en el bolsillo de alguno de mis abrigos o quizás la haya dejado en el cajón de mi mesa de luz. Abro las puertas del placar y observo aquella misma ropa que había dejado años atrás o años futuros ya que no se lo que realmente sucede aquí. Busco de manera desesperada una nota en los bolsillos de mis abrigos y solo logro encontrar $100 argentinos. 

Me dirijo al cajón de la mesa de luz con la esperanza de encontrar algo allí, pero vuelvo a recibir el mismo resultado del guardarropa. Observo la hora y solo quedaba una hora para que la alarma sonase. Decidí volver a dormir, quizás así vuelva a la realidad y todo esto haya sido un sueño. 

-¡Si! volví a la realidad- Dije sin percatarme que me encontraba frente a un gran número de gente que me aplaudía y recordé que acababa de cantar, Alex me dio un beso frente a todo el publico, algunos abuchearon y otros nos aplaudían y gritaban como si estuvieran muy contentos. Nos despedimos y fuimos al camarín. 

-Estuviste genial, cantas como los dioses- Me dijo Nick felicitándome con un gran abrazo. 

-Así se hace niña- Me dijo Jamie. 

-Eres grandiosa- Alex no se quedó atrás en cuanto a las felicitaciones. 

Aunque estuviera muy contenta yo no pude disfrutar de vivir eso, porque por alguna extraña razón parecía que me quedé dormida en pleno concierto o... ¿Esa canción me habrá transportado? ¡Basta Tamara! Disfruta del momento, pareces drogada con las cosas que piensas. 

Habíamos terminado de acomodar todo y ahora solo faltaba volver al hotel para disfrutar de una buena copa entre amigos. Aunque me encontraba extrañamente agotada y solo deseaba ducharme e ir a dormir decidí que disfrutaría de este festejo con mis amigos. 

Tomamos un poco de más y las cosas que salían de nuestras bocas perdían el sentido. El único que parecía estar más fresco que una lechuga era Matt, quien nos dijo que pararos de tomar y fuéramos a descansar. Sin quejarnos le hicimos caso, me resulto gracioso que Jamie le dijera "Si padre". 

Extraño Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora