Multimedia: Hit Me With Your Best Shot - Hidden Citizens
Observo a Wayne externando la confusión que no puedo apartar de mi mente. Estoy viviendo un momento en el que ni siquiera esto segura de que el color de la oscuridad sea negro, o de que el fuego realmente sea capaz de derretir al hielo.
Todo es incierto, nada es creíble. Es como tener sed y que a tu alcance sólo tenas ponzoña para apaciguar ese ardor en tu garganta que se niega a apagarse. No puedo lanzas mis esperanzas hacia nada, porque incluso la nada podría traicionarme.
—Entonces, ¿cómo es posible que tenga recuerdos de personas que nunca he visto en mi vida? ¿Es esto también un sueño del que en algún momento despertaré, y después descubriré que existe una nueva realidad distinta a esta? —mis cuerdas vocales liberan sonidos iracundos, huérfanos de calma y tan perdidos como en este momento me siento.
¿Cómo puedes vivir tantas vidas en tan poco tiempo?
—Créame que desearía saberlo, señorita Kovalenko. Estoy aquí para ayudarle. Fue encontrada en situaciones demasiado... —Parece no encontrar las palabras adecuadas para evitar que yo le termine arrojando un ladrillo si dice algo que me altere de maneras cataclísmicas.
—¡Ya, dígalo! ¿Qué puede ser peor que sentir que estoy loca?
Su mirada vacila un momento, como tratando de encontrar las palabras adecuadas en el diccionario de su mente.
La puerta se abre y una mujer de aproximados cuarenta años se desplaza hacia nosotros luciendo un cabello castaño, cuya longitud en capas destaca rodeando su rostro a la altura de las orejas. Se ve como una de esas detectives que ves en series de televisión. Trae un maletín en sus manos que combina con su falda negra y su camisa del color del vino añejo.
—Buenas tardes, soy Nazli Fera, psicóloga de la unidad especial de secuestros. Señorita Kovalenko, mucho gusto —ella extiende su mano y espera a que yo le responda el saludo. Su actitud es profesional y formal. Un tanto rígida.
—Igualmente. —respondo educadamente.
—Me han dicho que no recuerda nada de lo que pasó.
Asiento con la cabeza y ella saca un rectángulo de platino, lo observa con detenimiento durante unos segundos y luego me lo enseña como si fuese un trofeo de exhibición.
—Espero no le moleste que grabe sus respuestas.
—Haga lo que considere necesario —mi respuesta cortante parece no sorprenderla.
—Perfecto. Señorita Kovalenko, ¿conoce usted la historia de Karin Stenson?
Ya se me hacía raro que hubiera pasado media hora sin que no saliera algún nombre raro a la palestra.
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La Red Prohibida ©
Teen FictionVanessa Murphy decide entrar a la parte turbia de internet, sin imaginar que esto la llevará a perder mucho más que su cordura. Seis meses después de haber entrado a la zona oscura de la red, pierde sus recuerdos y despierta en un horrible lugar. V...