Capítulo Diez

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-Haley apúrate!- escuché la voz de mi mejor amiga gritar desde abajo, probablemente en la sala. Lo escuché desde mi cuarto, así que o ella tiene una voz muy fuerte o las paredes son muy finas.

-Te dije hace cinco segundos que ya voy!- le grité de vuelta. Así es nuestro amor. Agarré el primer short que vi y lo metí en uno de mis bolsos, no tan grande ni tan chiquito, con todas mis otras cosas para este fin de semana. El bolso era de flores, de colores pasteles y decía en letras grandes "Fabulosa".

-Pues me voy a ir sin ti si no bajas en este instante- gritó otra vez. No me asuste, ni me molesté en contestarle, ya que sabía que no iba a hacer eso. Yo era la que tenía el carro y mis llaves están aquí conmigo, así que no tenía como irse.

Al chequear que todo estuviera en orden, no solo en mi bolso sino también en mi cuarto, agarre mis lentes de sol y me miré por última vez en el espejo. Tenía unos shorts altos de jean, una blusa rosada, y debajo mi traje de baño, mi cabello estaba suelto y me llegaba mas o menos por la cintura. Casi se me olvidaba lo mas importante.

Corrí hacia la primera gaveta de mi closet, donde guarde el polvo que compre, agarre el polvo y leí para asegurarme que era el correcto en letras grandes y rojas decía "Polvo Pica Pica" y no pude evitar la risa que escapo mis labios. Lo guarde rápidamente en el fondo de mi bolso, y me prepare para salir mi cuarto ordenado, ahora que lo noto mi cuarto no es tan femenino. Las paredes estaban cubiertas de pintura celeste y blanca, mi cama era blanca y mi closet azul. 

Que les puedo decir.

-Voy!- le grité saliendo de mi cuarto y empezando a bajar las escaleras. Al llegar abajo me encontré con Paige fastidiada, y con mi papá. -Lista- dije entusiasmada.

-Ya era hora- murmuró Paige. Ella estaba vestida casi como yo, pero con unos shorts negros y una blusa de los Beatles; su banda favorita. Ella dice que aunque sea vieja, siempre serán recordados por personas como ella. Y también dice que nació en el siglo equivocado pero cuando empieza a hablar mucho me distraigo y nada más oigo un murmullo a la distancia.

En realidad a mí no me gusta una banda en específico, y tampoco me gustan tanto los de esta época. Ahora hasta un perro se puede hacer famoso por ladrar en ritmo, antes todos se tenían que esforzar para ser escuchados. Supongo que eso es lo que me gusta.

Me acerqué a mi papá y le di un beso en la mejilla -Chao papi- le dije y me acerqué a la puerta que Paige ya había abierto.

-Chao!- dijo y empezó a despedirse de mí agitando su mano.

-Solo eso? Me voy a ir por el fin de semana, con chicos adolescente y eso es todo lo que me dices?- dije sin poder creerlo. La verdad es que desde ayer en la tarde que llegué del colegio y le dije que me iba hoy, no me ha dicho nada al respecto. Ni preguntó quienes iban.

-Confío en ti, pero solo tengo una palabra- dijo e hizo una pausa -Protección- en ese momento mi cara estaba como un tomate. No me refería a esa clase de palabras, pero de verdad eso es mejor que irme y pensar que a mi papá tampoco le importa lo que haga.

-No pienso hacer nada de eso- le dije sinceramente, además soy virgen. Y no quiero nada ahora. Con una risita salí de la casa y me despedí por última vez de papá y Paul.

Entré a mi carro después de guardar las cosas en el maletero, y Paige ya tenía música puesta. Los Beatles, claro. Rodé los ojos pero la deje quieta, sé como se pone ella cuando le digo algo acerca de eso, y empecé a manejar a casa de Sam donde quedamos reunirnos. Al llegar lo primero que vimos fue a Sam usando una franelilla blanca, con un short de traje de baño celeste. Creo que los gustos de Sam se pasaron a mi.

Cayendo Por El OpuestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora