Capítulo Diecisiete

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La mañana siguiente no fue nada fácil, con mis ojos rojos e hinchados tardé una hora en el baño, y además de eso estaba Paul. Quien no se despertó hasta las doce de la tarde y no me dirigía ni la vista. Ese día me la pasé en mi cuarto y nada más baje para comer, algo no tan fuera de lo normal.

El lunes era otra cosa, que se supone que le diga a Bryan? Escuchó todo, sobre mi tía y sobre Paul. Le podría preguntar a él si...

No, no es tu asunto. Además ya Paul esta lo suficientemente molesto contigo así que solo quédate quieta por una vez en tu vida!

Mientras discutía conmigo misma llegué al colegio y me estacioné. Ya estaban todos ahí y no me dio tiempo de saludar porque sonó el timbre. Una parte de mí estaba aliviada de que no tendría que lidiar con Bryan hasta después, pero sabía que tenía que ser en algún momento.

-Haley! Hoolaa? Hay alguien ahí dentro?!- los gritos de Paige me sacaron de mis pensamientos, eso y los golpes que me estaba dando en la cabeza.

-Ouch! Si, presente. ¿Qué se te ofrece?- le pregunté sobandome la cabeza y entrando al salón con ella a mi lado.

-Te estaba hablando y estabas pérdida en la luna- me dijo tomando asiento al lado de mí.

-Estaba distraída- le dije honestamente. Me dio una mirada de no estar convencida pero no dijo nada ya que el profesor entró y la clase comenzó.

Las clases pasaron y por mi suerte no tenía ninguna con Bryan y todas con Paige. Así que pude contarle lo que pasó el sábado en la madrugada, claro sin contar la parte en la que hablé con Bryan toda la madrugada. Solo le conté lo esencial.

Así que cuando llegó el almuerzo lo inevitable pasó, Bryan estaba sentado junto a mi por una gran broma del destino mientras comía mi pizza en el silencio mas incómodo del mundo.

-Um, oye–

-Escucha te quería decir–

Dijimos los dos volteandonos al mismo tiempo. Una sonrisa salió en mis labios sin pensarlo y reímos un poco. -Puedes decirlo tú- le dije yo y tomé un sorbo de mi refresco.

-Eh, si claro. Te quería decir...- comenzó él. A lo mejor era sobre Paul, o mi tía, o de algo del sábado. Alguien no escucha esa clase de conversación y no tiene ninguna duda o comentario al respecto. lo que me sorprendió fue lo que dijo después -Si podías ayudarme con el trabajo de historia, ya sabes es para esta semana-

No sabía que decir, no se que me esperaba pero no era algo sobre el trabajo de historia.

-Umm, si claro. Sólo... Envíame la dirección y, y voy cuando puedas- dije tratando de no sonar tan extraña. Lo que obvio no logré. Si él estaba ignorando lo que pasó, lo mismo haré.

-Genial- dijo y siguió comiendo.

Decir que el almuerzo fue incómodo era poco, pero después de esa conversación me pude relajar y creo que Bryan también lo notó ya que estaba más tranquilo.

Al terminar la última clase del día, caminaba junto a Paige hacia mi auto ya que le iba a dar la cola hoy, y escuché una voz gritar mi nombre.

Volteamos las dos hacia la derecha y vimos a Bryan parado con la puerta abierta de un carro que no había visto antes. Cuantos carros tiene este tipo? No fue tanto el carro, sino quien lo manejaba que me llamó la atención.

Cayendo Por El OpuestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora