Capítulo Dieciséis

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Al llegar al carro Paige me preguntó por la chaqueta que tenía puesta, y me di cuenta que era de Bryan. El bobo de Bryan se fue sin su chaqueta, y ahora yo tengo que tenerla todo el fin de semana por su culpa. Sin darle más vueltas al asunto le dije que había pasado y ella soltó unas maldiciones al aire mientras esperabamos a Sam, quien después vimos hablando con unas chicas y unos del equipo probablemente de la legendaria fiesta del equipo.

Pero como siempre, Sam no iba y se quedaba conmigo, o bueno nosotras. Paige y yo, yo y Sam, Sam y yo... Y Paige. Es estúpido pero mi corazón siempre acelera cuando sonríe, o cuando me dice algo bonito. No se ha actualizado por lo visto.

Nosotros siempre nos vamos a tomar unas malteadas a Mama's Bar, un restaurante temático de los 70's con tocadiscos y todas esas cosas. Me encanta poder ir y escuchar discos de vinilos, diría que tener mi propia coleccion de discos de vinilo con mi propio reproductor es mi sueño dorado. Siguiendo con lo que hacemos después de cada juego: después de tener nuestras malteadas de siempre nos devolvemos para acá, ya que para cuando volvemos no hay nadie el estadio queda vacío y hacemos lo que queramos.

Lo hacemos después de todos los juegos, o por lo menos la mayoría de ellos, desde que teníamos trece. Que fue cuando a Sam le empezó a interesar el fútbol.

-Al fin, la reina se acordó de sus amigas!- Paige bromeó dando una reverencia cuando Sam al fin se nos acerco.

El rió un poco y mi corazón salto un latido y casi muero. Ugh, superalo, nunca se interesará en ti!

Como odio a mi cerebro.

♥∆♥

El día siguiente me desperté en la madrugada, maldiciendo a mi subconsciente por despertarme. Se escuchaba una vibración contra la mesa de noche, y no dejaba de sonar ya que lo ignoré e intenté seguir durmiendo. Al ver que habían pasado diez minutos y yo seguía intentado ignorar mi teléfono, solté un gruñido y lo agarré, volteandome en la cama para quedar boca arriba y vi que era una llamada de 'Idiota'.

Deslice el telefonito rojo e ignore la llamada, dejando caer el teléfono de mis manos hacia mi estómago y dejando que el maravilloso mundo de los sueños me llevará otra vez. Sin embargo, la barriga me empezó a temblar y mi avión se estrelló.

Con un gruñido atendí la llamada sabiendo que era el idiota -Qué coño quieres?- dije con voz rasposa, ya que me voy despertando.

-Oh si, deberías hablar así todo el tiempo- dijo con placer y seductivo. ¿Para eso me esta llamando? Un poco enojada le tranque la llamada y deje mi teléfono a un lado. Pero este empezó a vibrar otra vez.

-Qué?!- le dije ya fastidiada.

-Okey, okey, ya. Solo llamaba para hablar- dijo con un tono que no sabía como describir. Separé el teléfono de mi oreja para ver la hora y lo volví a acercar.

-A las dos de la maldita madrugada Bryan?!- le dije sentándome ya que definitivamente no podía volver a dormir y eché mi cabello desordenado para atrás.

-Admito que es tarde pero, no podía dormir y quien mejor para hablar que mi tan buena amiga Haley?- dijo con sarcasmo y chistoso.

-Muy divertido-

-La verdad es que todos me bloquearon, hasta Sam! Quién diría que debajo de ese corazón de oro había un patán tan grande como para bloquear a Bryan Grayson!- dijo él por el otro lado de la línea.

Cayendo Por El OpuestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora