Capítulo Veinticuatro

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Haley Griffin

-¿Qué coño le hiciste a mi hermano?- le grite al tarado de Bryan al darme cuenta de que fue él quien golpeó a mi hermano. Sus claros ojos no estaban del color azul marino de siempre, tenían un azul oscuro, uno como el hondo fondo del océano. Tenía varios moretones formándose desde ahora y varios golpes en la cara, su nariz un poco roja tenía una gota de sangre seca en la punta y sus labios estaban rojos e hinchados.

Obviamente él estaba peor golpeado que Paul, pero por qué pegarle cuando me permitió confiar que nada le pasaría y que vendrían a mi casa los dos sanos y salvos?

Bryan miró a Paul, yo miré a Paul, Paul miró al piso mientras que Bryan suspiraba y finalmente dijo -¿Qué le hice a tu hermano? Dirás, que me hizo él a mi- con un humor seco, seguida por una risa igual de seca y distante.

-Haley, no fue nada. En serio. Yo comencé todo, yo tiré el primer golpe, el sólo reaccionó- entró Paul a la conversación. Miré su cara, y su mejilla estaba algo morada pero nada comparada con la de Bryan.

Yo solo me quedé callada, sin saber si insultar a Bryan por pegarle a mi hermano o a mi hermano por pegarle a Bryan. Suspire y los miré, esperando una explicación.

-No importa que pasó, lo que importa es que me di cuenta de mis errores y ya no volveré con esos tipos- dijo Paul sentándose y estirándose sin ninguna preocupación. -Ahora Haley, mi amigo aquí esta golpeado y sangrando, por favor ayudalo- dijo y juro que vi como le guiñaba el ojo a Bryan.

Cuándo cambio de rol con papá?

Le señalé a Bryan que me siguiera y subimos las escaleras, el silenciosamente caminando detrás de mi con las manos en sus bolsillos mientras yo exhalaba para controlar mi enojo y mis ganas de agregarle un moretón más a esa cara tan linda de él.

Lo guié hasta el baño y al entrar deje la puerta abierta para que él entrara. Mientras buscaba el kit de primeros auxilio, por alguna razón él cerró la puerta y sin decir nada más se sentó en el lavamanos.

Mi corazón latía contra mi pecho al darme cuenta en la situación en la que me metí. Sin más preámbulo agarré el algodón, lo mojé en agua desoxigenada después de buscar el alcohol y no encontrarlo, y me acerqué a él.

Era algo incómodo ya que sus piernas estaban atravesadas y me dificultaba llegar a su cara, pero cuando Bryan se dio cuenta de esto él abrió sus piernas un poco y me permitió pararme entre estas. Mis mejillas se empezaron a tornar un poco rosadas, lo digo porque pude ver mi reflejo despeinado en el espejo detrás de Bryan.

Suspirando acerqué mi mano con el algodón a su cara y mi otra mano en su hombro para apoyarme mejor. -Esto dolerá un poco- dije honestamente ya que sé lo mucho que duele cuando tienes que hacer esto con una herida. Y bueno, el tenía varias.

El cerró sus ojos y sus perfectas pestañas se volvieron visibles. Primero acerqué el algodón a la herida de su mandíbula, y pude notar como se estremecía cuando hizo contacto con su piel y murmurar groserías y maldiciones mientras apretada sus ojos y se mordía su labio rojo e hinchado.

-Gracias Bryan- dije de repente, no dándome cuenta de que lo dije hasta que el abrió sus ojos en un milisegundo y vi sus ojos aclararse; tumbando una pared alrededor de él.

Me dio una sonrisa de lado y suspiro, pude sentir su aliento caliente golpear mi cara y su cuerpo volverse un poco más cálido. -No fue nada- dijo con una de sus sonrisas egocéntricas ahora, lo que me hizo mover el algodón a otra herida más fuerte.

Cayendo Por El OpuestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora