¿Creíste que la historia de Jade y Jace se había terminado?
Dos años después de que Jade subió a ese avión y dejó Los Ángeles atrás, su vida cambió muchísimo. No solo la de ella, la de Jace también.
Ambos no habían realmente tenido contacto en todo...
Ya era casi la hora de la fiesta, ya estaba en mi casa con mi mamá, Jessie y Howard. También ya estaba vestida.
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Estaba en el patio sentada en un banco, ví que Howard se acercaba hasta que se sentó a mi lado.
-Estás hermosa- me dijo y me dió un beso en la mejilla.
-Tu muy guapo- le contesté con una sonrisa y recosté mi cabeza en su hombro.
Mi expresión cambió, forcé esa sonrisa, no me sentía del todo bien.
-No te sientas mal, Jade- me dijo Howard y me abrazó por el hombro. Era tan increíble como presentía lo que pasaba- Él aún está aquí y seguirá estando mientras estés feliz y manteniendo su espíritu vivo.
Lo miré a los ojos y le di un beso corto en los labios.
-Gracias- le dije.
-¿Dónde está la cumpleañera?- escuché un grito y miré a la puerta del patio.
-¡Tía Audrey!- exclamé y fui a abrazarla.
Ella era la hermana de mi papá. Se había mudado a Chicago después de que él mueriera y por eso no la veíamos mucho. Tenía ojos marrones y pelo negro. Era la mejor dando consejos, siempre me encantaba hablar con ella.
-¡Feliz cumpleaños!- me dijo aún en el abrazo.
-Gracias- le contesté y me separé.
Vi que mi mamá se asomó a la puerta.
-Voy a poner los regalos en tu habitación- me dijo y yo asentí.
Me quedé hablando un rato con mi tía y con mi hermana mientras llegaban todos. Casi siempre abrían la puerta mi hermana, Ayla y Mary para saber si era Jace. Hasta ahora, no lo había visto.
Estaba sirviéndome soda cuando ví un vaso a mi lado, señal de que quería que le sirviera.
-Aún no ví a Mel- me dijo Tayler.
-Está en la fiesta, búscala- le dije mientras nos servía de tomar a los dos, cuando serví el de Tyler, este lo agarró- De todas formas, supongo que tengo que advertirte- agregué.
Él paro lo que estaba haciendo, se quedó inmóvil un segundo y me miró.
-¿Advertirme que?- preguntó preocupado.
-Bueno, hace unos días vinieron unos amigos que conocimos en Los Ángeles y uno de ellos se encariñó mucho con Melanie en ese entonces, y bueno, digamos que la cosa no cambió mucho- le expliqué
-¿Cuando ibas a decirme eso?- me preguntó enojado y casi gritando. Dejó el baso en la mesa y se agarró la cabeza- Jade, aumentamos la apuesta con Bree, si yo no beso a Melanie y ella besa a un chico son 200.
