Te amo a ti ❤️ (Jace Norman y tú)

Capítulo 39

Narra Jade

Pocos minutos después de que pusimos la película, mi mamá y mi tía llegaron a casa.

Mi mamá llegó al living y se sorprendió al verme.

-Hola, hija- me saludo aún confundida.

-Hola.

-¿Y Ayla y Mary?- le preguntó a Jessie.

-Les cancelé, ambas queríamos una noche de hermanas- le contestó ella y me guiñó un ojo.

Mi mamá sonrió y mi tía apareció a su lado.

-¿Podemos acompañarlas?- nos preguntó.

Ambas asentimos, ella nos tiro tres bolsas de gomitas y mi mamá y ella se sentaron con nosotras.

❤️❤️❤️

Todo buen momento tenía que terminar y tarde temprano tendría que volver a envolverme en mi situación actual.

Cuando terminó la película ya era de noche, no cenamos realmente, ya que nuestra comida fueron dulces y palomitas.

Fui hasta mi antigua habitación, esa habitación, esa cama, esa cama con solo un colchón donde todo se desmoronó en tan solo segundos y, sorprendentemente, donde todo había oficialmente empezado con Howard. Esa habitación.

Armé la cama porque, a pesar de lo anterior dicho, no quería estar sola y mi tía está en la habitación adicional, así que no tenía exactamente otra opción.

Pasaron varias horas y aún no me dormía, esto no es algo que puedo parar de pensar. Me estaba volviendo loca.

Me levanté y fui a hacerme un té y después me senté en la mesa. Al poco tiempo, escuché pasos hasta que ví a mi tía salir por el pasillo.

-Perdón, ¿te desperté?- le pregunté.

-Leo más que tú, niña- me respondió sonriendo- Recién acabo de terminar un libro.

Fue hasta la cocina y también se hizo un té. Luego, se sentó frente a mi y me observó unos segundos.

-Básicamente desde que llegué estás extraña- comentó- ¿Qué te tiene así?

-Una decisión- le respondí.

-Lo siento- me dijo sincera.

-¿Por qué?- le pregunté confundida.

-Yo le dije que hablara contigo, pero no creí que te pasara esto.

-¿Hablaste con Jace?- lo pregunté, imaginé que era eso, ¿cómo sabía siempre todo?- ¿Por qué hablaste con él, qué te dijo?

Al parecer la última que se entera de todo soy yo.

-Si, en tu cumpleaños- me respondió- Porque lo ví muy enamorado cuando te habló y, sinceramente, a ti te vi confundida.

-Fue culpa mía de todas formas, yo empecé ese mismo día todo este aquelarre- le expliqué- Él me dijo lo que sentía después. No te hizo caso, supongo.

Esta era mi oportunidad para hablar con ella y que me aconsejara de alguna forma.

-Tía, ¿puedes…- empecé y ella me interrumpió.

-No- me contestó- No te diré a qué chico tienes que elegir.

¿En serio?

-Iba a hablar sobre caminos- dije y ella me miró confundida.

-Continúa.

Suspiré y pensé como empezar a explicarle.

-He venido caminando por un camino por años, realmente creyendo que era el correcto y que todo estaría bien y que solo caminaría por ese camino. Hubo veces en los que me desvíe un poco, pero no me importaba porque sabía que habría un lugar en el que podría volver al camino por el que caminaba antes, y siempre fue así- empecé- Pero, un día yo estaba caminando y veo que el camino se partió en dos. Decidí desviarme otra vez para conocer ese camino, se veía mejor que las otras desviaciones, y además creí que pasaría lo de antes- paré un segundo y mi tía solo me escuchaba con atención- Ese camino es genial, siempre está ahí, soy feliz caminando por el. Cómo siempre, volví al camino original, aunque esta vez no estaba tan inexpresiva como antes, sino que creo que no quería dejar de caminar por ahí, pero lo hice y volví. Y volví a entender porque caminaba y siempre caminé por ese camino: porque nunca me abandonó cuando me desvié, porque ha estado ahí desde que tengo memoria, porque ha visto todas las veces que me tropecé- se me empezaron a poner los ojos cristalizados- Pero, el otro camino volvió a aparecer, pero esta vez, en el medio de ellos, hay un cartel que dice que ninguno de los dos tiene desviaciones, es ese camino y nada más. Y además tengo miedo de que si elijo uno de los caminos, el otro ya no esté del otro lado para ayudarme si el camino se rompe.

Mi tía se quedó varios segundos pensativa, aunque ya sabía que no estaba hablando de caminos.

-¿Quieres que te diga que camino tomar?- me preguntó.

-No- le contesté- Quiero que evalúes ambas rutas conmigo.

Se rió por lo bajo.

-Bueno, bajo mi análisis- empezó- Hay un camino que es un reverendo idiota- siguió y me sorprendí- Quiero creer que ambos caminos quieres que camines por el y cundo te vayas por uno el otro desaparecerá, pero si tomas el otro, hay uno que si seguirá ahí.

-Supongo.

-Y si no me equivoco hay un camino que va a irse un poco más lejos, ¿no es así?

Asentí triste.

-No sabes que hacer porque uno se desaparecerá y el otro se irá, pero podrás tenerlo ahí, ¿verdad?

Asentí otra vez.

-Tengo un solo consejo para ti, Jade- me dijo y la miré con atención- Toma un tercer camino.

Mi tía no estaba entendiendo.

-No hay un…

-Constrúyelo- me respondió lo que ya sabía que iba a preguntar interrumpiéndome.

-¿Eh?- cuestioné confundida.

-¿Por qué tienes que elegir?

¿Me está diciendo que este con los dos?

-No te estoy diciendo que estes con Jace y con Howard al mismo tiempo- me aclaró leyéndome el pensamiento- La distancia no será un problema, porque sé que harán lo posible para que eso no pase, y también sé que Howard no va a irse de tu lado aunque no lo elijas. Y también sé que Jace tampoco si eliges a Howard.

Ella se levantó de la silla y dejó la taza en la cocina. Iba a volver a su habitación, pero la detuve con una pregunta.

-¿Qué significa el tercer camino?

-Que no hay que elegir a uno o a otro- me respondió, ni siquiera sabía si me había ayudando. Ella se acercó hasta mi- Jade, eres una chica hermosa, inteligente, maravillosa, siempre buscas ayudar. Pero por sobre todo, eres independiente. Me quieres decir ¿por qué necesitas a un chico? ¿Qué tal si la opción correcta eres tú misma?

No había pensado en esa posibilidad, yo antes que nadie, siempre fue así. Nunca tuve una dependencia por tener novio ni nada, pero esta vez sentía que había uno de los dos que era el correcto.

-Tengo la sospecha de que la decisión la tienes tomada hace mucho- agregó- Pero tienes miedo de aceptar que lo hiciste.

Ella se fue y yo también. Cuando me acosté en la cama me sentía un poco más tranquila, aún no sabía que camino tomar, o si lo que decía mi tía era cierto, pero sabía que había una persona que terminaría de ayudarme.