}16- El dolor de la estrategia {

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Volvían a estar en la sala de espera. Había pasado medio día desde que habían enviado el segundo vídeo, y los policías no paraban de correr que aquí para allá, ayudando en todo lo que podían. Félix esperaba buenas noticias, encontrar ya a ese cabron y que pagara por todo lo que les había echo.

Quería estar con Hyunjin, abrazarle, decirle que si, que lo quiere con locura y que no quiere separarse nunca más de él. Pero todo eso era un sueño lejano en aquellos momentos.

Estaba en sus pensamientos, junto a un Minho de ojos cansado y Jisung al otro lado, sobando su espalda, cuando se acercó un policía, agitado pero con una gran sonrisa. Los tres se levantaron de los asientos de un salto.

- Hemos encontrado donde se esconden.- murmuró el policía, sacándoles una de las más grandes sonrisas a esos tres muchachos.

El rubio soltó algunas lagrimas, Jisung estaba realmente alegre y Minho rezaba por que todo fuera bien a partir de ahora. Los volvieron a llevar a una sala, esta vez, llena de ordenadores, con una gran mesa en el centro. Parecía la típica escena de juego de tronos, donde maquinaban los planes y las estrategias.

A un lado, había un hombre robusto, con bigote y algunos pines en su chaqueta. Sonreía con amabilidad.- Ahora que ya sabemos donde están, es hora de saber lo que vamos a hacer. Lee Yonjung no es un hombre que deje pillar fácil, créanme que ya lo intentamos.- les hablo, con una sonrisa de lado. El hombre cogió seriedad en segundos.- Bien, mandaremos a una de nuestras mejores patrullas allí, están entrenados para este tipo de casos. No les gustará, pero entregaremos a Félix. Mientras, un grupo armado y preparado, se adentrara desde la puerta de atrás.- explico, totalmente serio.

Félix trago duro. La idea de ver a su padre y ser utilizado como cebo, no le gustaba mucho. Pero la imagen de Hyunjin siendo golpeado volvió a su cabeza, haciéndole asentir. Entraría en esa fábrica si era necesario, para salvar a su Hyunnie.

El hombre, viendo la aprobación de los tres chicos, dio un par de órdenes, dando comienzo a la estrategia. Puede que muchas cosas no salieran como querían, pero debían intentarlo.

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Le habían vuelto a pegar. Volvía a tener la cara llena de heridas, y un dolor en todo el cuerpo que no lo dejaba moverse. Después de pegarle otra golpiza, lo habían desatado de la silla y lo habían encadenado a un lado, sentando en el frío suelo. Habían varios guardias vigilando, con armas y walky talkys.

Suspiro, cerrando sus ojos. No sabía cuándo tiempo había pasado desde que estaba ahí sentando, pero sus piernas empezaban a entumecerse y sus manos estaban llenas de heridas por los grilletes y las cadenas.

Soltó un suspiro, apoyando la cabeza contra la pared. Quería dormir, dormir para siempre y dejar de sentir tanto dolor, pero no quería irse, no podía dejar a Félix con ese maniaco al que llamaba padre.

Los guardias empezaron a murmurarse cosas entre ellos, dándose miradas cómplices y gestos raros que Hyunjin no entendía. De un momento a otro, a la habitación ingresó el hombre de sus pesadillas, Lee Yonjung. El hombre le dirigió una mirada para comprobar que seguía ahí, y luego continuó hablando con los guardias.

De un momento a otro, una sonrisa con carencia de tranquilidad, apareció en su rostro. El peli negro trago duro, con miedo. Se escuchó una puerta ser abierta, luego pasos, hasta que la puerta por donde había entrando Yonjung se abrió.

Hyunjin abrió sus ojos de par en par, mientras que la sonrisa de Lee Yonjung se hacía más grande. Félix se soltó bruscamente de los brazos de aquellos hombres, y corriendo a trompicones, llegó al lado del peli negro, agachándose a su lado, con los ojos repletos de lagrimas. Hyunjin sonrió con debilidad. Había venido por el.

Félix abrazó a Hyunjin como pudo, dejando la cabeza del mayor en su pecho.- Hyunnie..- susurro preocupado.- ..dios mío..- murmuró, acariciando las heridas mejillas del mayor, quien se mantenía con los ojos cerrados y una leve sonrisa por la cercanía. Félix miró a su padre, con furia en sus ojos.- ¿¡Pero tú estás loco!?- pregunto alterado.- ¡El no te hizo nada! Cada día te odio más..- murmuró.

Yonjung rodó los ojos.- Más respeto, precioso, recuerda que soy tu padre.- dijo serio.- Y ahora que por fin estás aquí, tenemos muchas cosas de las que hablar..- dijo, con una sonrisa cínica.

Félix trago duro. Esperaba que con todas sus fuerzas, el plan del comandante de policía funcionara. Su padre, le dijo algo a los guardias y luego volvió a irse, con desinterés. Al estar sin la presencia de su padre por unos minutos, el rubio aprovechó para mimar a Hyunjin. Acaricio su pelo y dejó besos en su frente y mejillas, con cuidado.

Hyunjin cogió de todas sus fuerzas para poder hablar.- Lix..- murmuró, el rubio prestó atención.- ..no tendrías que haber venido..te harán daño..- murmuro, mirando los ojos color avellana del menor.

Tal fue dicha esa frase, los guardias se acercaron y los separaron a tirones. Sentaron a cada uno en una silla, frente al otro. Félix tenía una vista completa de la cara del peli negro, quien miraba hacia el suelo de forma seria. Uno de los corpulentos hombres se acercó a Hyunjin, y este se estremeció, pensando que volverían a lastimarlo, pero no fue así.

Pasó de largo, dirigiéndose al rubio. Maldijo a todo ser vivo en la faz de la tierra y más allá. Iban a lastimar a su pequeño, a su Lixie. Empezó a tirotear con sus brazos de sus esposas, que se encontraban en su espalda, para soltarse.

El hombre pasó de él, posándose frente al rubio. Desató sus muñecas y tobillos, dejando la silla a un lado también. Félix se estremeció por la cercanía, tragando duro. Pero sus sospechas se hicieron realidad cuando fue sujetado por detrás, para no escapar, mientras el hombre delante suyo se desabrochaba el cinturón.

Lagrimas empezaron a correr por sus mejillas, mientras intentaba zafarse del agarre, resultándole imposible. El hombre de detrás suyo se apegó tanto a él, que pudo sentir su bulto en su trasero, estremeciéndose.- ..No. ¡No! ¡Por favor, no lo hagáis!- rogó, llorando.

- ¡Soltadle, malditos depravados!- gritaba Hyunjin de fondo, sintiendo sus lagrimas acumularse en sus ojos. Pero se asustó más, cuando vio como el hombre ya estaba sin pantalones y comenzaba a quitar los del rubio, quien lloraba a mares, empujando el cuerpo contrario.- ¡No, soltadlo! ¡Joder!- grito con furia.

Entonces lo sintió. Una punzada en su parte trasera, que hizo que sus ojos se opacaran por las lagrimas y un aterrador grito salió de sus labios. Sus piernas no pudieron aguantar tales movimientos bruscos, por lo que a los segundos cayó al suelo. Hyunjin cerró sus ojos y bajo su cabeza, no podía mirar, pero tampoco podía ayudarlo, se sentía la peor persona del mundo.

Escuchó las súplicas de Félix por largos minutos, siendo eso su per tortura, más que los golpes. Lee Yonjung, realmente la iba a pagar.

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Sótano // hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora