}4- A salvo {

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Félix miró la casa con curiosidad, apenas recordaba cómo era la suya. Hyunjin lo llevo de la mano hasta las escaleras, las cuales subieron con calma. Llegaron a una habitación no muy grande, pero con grandes ventanas y una cama cómoda.

El mayor le señaló una puerta.- Eso es el baño, puedes darte una ducha..- murmuró, sonriendo de lado.

Félix asintió. Hyunjin buscó en su armario, y le dio unos pantalones grises anchos y una camiseta blanca. El rubio se metió al cuarto, sacando un suspiro.

Hyunjin se sentó en su cama, con la cabeza entre las manos. ¿Que se supone que debería hacer ahora? Realmente no se esperaba encontrase con una especie criadero, donde tenían encerrado a su amigo, y mucho menos echo por el propio padre de este. Un poco agobiado, agarró su teléfono y llamo con rapidez a Minho.

Se escuchaba el ruido del agua correr, por lo que sería más fácil hablar sin que el rubio se enterara. Minho cogió el teléfono después de unos segundos.

- Hwang Hyunjin, ¿cual es tu problema? Son las dos de la mañana..- murmuró el mayor, fastidiado.

- Minho, tengo un problema..- hablo.

- ¿Que problema? ¿Te secuestraron o te metieron en la cárcel? Que sepas que no pagaré tu fianza.- aseguró, hablando rápido.

- ¿Quieres callarte.- inquirió el azabache.- Encontré a mi amigo de la infancia..- murmuró.

Luego de eso, se escuchó un ruido al otro lado, y luego se volvió a escuchar la voz de Minho.- Perdón, me caí de la cama. ¿¡QUE TÚ QUE?!- gritó sorprendido.

Hyunjin alejó el celular de su oreja ante tal grito.- Mañana te lo explicaré mejor, ahora deja de gritar.- hablo.

Seguido de eso, colgó el teléfono, dejando a Minho con intriga. Dejó salir un suspiro, y la puerta del baño se abrió en ese momento. Se enderezó un poco, viendo al rubio con la ropa que anteriormente le había dado. Le quedaba un poco grande, pero se veía tierno.

Félix, un poco inseguro, se sentó al lado del mayor en la cama, no muy cerca, ya que seguía teniendo muchas dudas.- ¿Porque me has ayudado?- pregunto, serio.

Hyunjin sabía que el tema iba a salir tarde o temprano. Pero no sabía como explicarlo con palabras. Busco algo con la mirada, y encontró la fotografía enmarcada en su mesa de noche. La cogió, y se la tendió al rubio, quien la miró con el ceño fruncido.

Hyunjin señaló al niño rubio.- Este eres tú.- luego señaló al peli negro.- Y este soy yo..- murmuró, con algo de vergüenza.

Félix entendió todo muy rápido. ¿Así que, ese chico era el niño de sus recuerdos, antes de ser encerrado? Un poco de tristeza se traslado a su pecho, y miró la fotografía con una sonrisa. El mayor la tenía enmarcada, lo que le provocó felicidad, sintiendo que sus emociones subían y bajaban como en una montaña rusa.

Miró al peli negro, quien tenía una sonrisa de lado.- Gracias por sacarme ahí..- murmuró el rubio, apenado y avergonzado.

- No es nada realmente..- murmuró Hyunjin. Si era serio, era algo que tenían que resolver enseguida, pero no quería preocupar al rubio.- Tendrías que dormir.- murmuró.

El rubio asintió levemente con la cabeza, sumiso. Hyunjin se levantó de la cama, dejando al rubio estirarse. Seguro podría dormir en la cama de sus padres o en el sofá, para él no había problema, por qué seguro no pegaría ojo en toda la noche.

Estaba por irse, pero sintió que alguien tiraba levemente de su camiseta. Se giro un poco, viendo al rubio, un poco sonrojado y sentado en cama.- Oye, pase mucho tiempo solo. No me dejes solo ahora..- murmuró, avergonzado.

Pero era verdad, había pasado demasiado tiempo solo, por lo que no quería estarlo ahora, y menos, en un lugar que no conocía. Hyunjin sonrió de lado, y se sentó en la orilla de la cama. Félix se estiró en esta, agarrando la mano del mayor con fuerza y la mirada perdida.

Realmente se veía muy tierno, por lo que Hyunjin no se dio cuanta de cuanto rato estuvo mirándole, hasta que noto que se había dormido. Su mano seguía agarrada con fuerza, pero de todas formas, no quería irse. Se aseguraría de que el chico durmiera bien.

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Noto como el sol chocaba contra su cara, haciéndole abrir los ojos. Se había quedado dormido. Estaba sentado en el suelo, con sus brazos apoyados en la cama. Su mano seguía sujeta por el rubio, quien dormía.

Bostezo un poco, volviendo a apoyar la cabeza en el colchón. Aún que quisiera y debiera, hoy no podría ir a clase. No con Félix en casa.

Se acordó de algo, que le hizo abrir los ojos de par en par. No había contado con eso. Seguramente en esos momentos, el padre el rubio habría notado que no está, y seguramente iría a denunciarlo a la policía, aún que ni tenía sentido, por qué nadie conoce al rubio, más que su padre, él y las vecinas. O también podría buscarlo con ayuda de algunos traficantes o algo así.

El miedo empezó a hacerse un hueco en su pecho.

El rubio fue abrieron los ojos poco a poco, notando que nada de eso había sido un sueño. El peli negro estaba delante de él, con medio torso apoyado en la cama, y la mirada baja. Se sentó en el colchón, llamando la atención del azabache.

- Oh, buenos días..- murmuró el chico sentado en el suelo. Sus manos seguía juntas.

- Buenos días..- murmuró Félix, sonrojado.- ¿Has dormido ahí?- pregunto, aguantando una risa.

Hyunjin suspiro, pero asintió. El peli negro se levantó del suelo, soltando el agarre que tenían ambos. Félix lo siguió de cerca. El mayor se dirigió hacia la cocina, y el rubio simplemente se sentó en la mesa, mirando cada movimiento.

A los pocos minutos, ya tenía un plato con comida frente a él. Comida que no era caducada, ni de lata, ni pre cocinada. Miró al peli negro, quien comía con normalidad, y así lo hizo el. No sabía si la comida estaba buena porque la había preparado Hyunjin, o porque tenía demasiada hambre.

- Normalmente nunca desayuno, pero hoy puedo hacer una excepción..- murmuró el azabache.

Félix frunció el ceño.- ¿Por que no?

Hyunjin subió la mirada, con una sonrisa de lado.- Normalmente voy a clase y no me da tiempo.- explico.

Félix entendió.- ¿Hoy no iras..?- se atrevió a preguntar.

Hyunjin sonrió de lado.- Claro que no, cuidare de ti.- murmuró, levantándose de la mesa.

Félix trago duro, y sus mejillas se volvieron rojas. Sonrió, siguiendo al mayor a la cocina. Ambos limpiaron lo que utilizaron. Subieron al que era el cuarto del mayor, y este se sentó en su mesa de estudios, y Félix detrás de el, en la cama.

- ¿Harás tarea?- pregunto el rubio. El azabache asintió.- ¿Tienes libros?- pregunto.

Hyunjin asintió, señalando una estantería con algunos libros. Félix agarró el más interesante que vio, uno que trataba la física cuántica. Seguro el mayor no lo había leído y estaba acumulando polvo, porque el resto de libros le parecieron de lo más aburridos.

Se sentó en la cama. Y ambos hicieron lo suyo, en silencio.

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Sótano // hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora