}3- El sotano {

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Ya, Hyunjin estaba decidido, y lo preparo todo con antelación. Se esperó a que sus padres se fueran a un viaje de negocios, y aquella misma noche, se dirigió con decisión hacia la calle donde vivía aquel hombre.

Llevaba una chaqueta negra y una gorra, también una mochila. Decir que estaba nervioso era poco, realmente estaba que se subía por las paredes, pero no podía rendirse ahora, era Hwang Hyunjin. Con sus manos en los bolsillos, y los pasos acelerados, llegó a su destino.

Justo en ese momento, fue que salía el señor Lee a comprar, como le había indicado la anciana de enfrente. Cuando el hombre desapareció en su coche negro, el alto tuvo vía libre para subir por la vaya, y dirigirse hacia las puertas que daban al sótano. Estas tenían una cadena y un candado, por lo que sacó unos alicates de corte lateral, con los que rompió la cadena.

Sin hacer ruido, dejó esta a un lado, y con todas sus fuerzas, abrió las pesadas puertas. Del interior, voló una capa de polvo, que lo hizo estornudar y rascar su nariz. Con una decisión repentina, se adentró al lugar, bajando las escaleras.

Realmente esperaba encontrarse de todo, desde cocina, hasta una carnicería o puede que un taller. Pero, simplemente había un largo pasillo de paredes grises y polvorientas. Empezó a caminar, viendo poco a poco el final de este.

Era una pequeña sala, con una mesa a un costado, donde había un ordenador y muchos cables. Una estantería llena cosas, literalmente, desde pinzas, hasta pastillas, cubiertos, cintas, cuerdas, peines y champú. También había una mesita en el centro, con una silla y unas esposas en esta.

Hizo una mueca, arrugando la nariz. Ese sitio era realmente horrible y parecía no haber sido limpiando en años. Inspección un poco más el lugar con la mirada, viendo una puerta en su lado derecho. Frunció el ceño, acercando a esta.

Al intentar abrirla, se percató de que estaba cerrada con llave. Suspiro, mirando a ver si en el lugar había alguna llave, dando con estas, sobre la mesa del ordenador.
Sonrió alegre, y las agarró, llevándolas hasta la cerradura.

Con un giro de muñeca, abrió la puerta.

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Libros por casi toda la habitación, una luz que parpadeaba en el techo, que provocaba un horrible dolor de cabeza. Y en un rincón, había una cama, con un chico de cabellos rubios en esta, que se mantenía pegado al cabezal de la cama, con miedo y las rodillas encogidas.

El corazón de Hyunjin se paró, logró sentir un sentimiento horrible en su pecho. Eso no podía ser posible, todo debía ser un sueño, cierto? Pero no lo era. Era real.

Cuando se dio cuanta de la situación, se acerco al chico, quien se asustó más.- No tengas miedo, no te haré nada...- murmuró, parecía estar más asustado Hyunjin que el rubio.

El chico frunció el ceño.- ¿Qu-Quién eres..?- pregunto en un murmuró bajo.

Hyunjin sonrió de lado, para tranquilarle.- És una historia larga, pero me llamo Hyunjin. Voy a sacarte de aquí antes de que venga tu padre..- murmuró, acercándose.

Félix frunció el ceño.- ¿Mi padre se fue..? ¿Donde? ¿Porque quieres ayudarme?- pregunto con miedo.

- Wo, más despacio..- murmuró el peli negro.- Tu padre se fue, pero no por mucho tiempo..

Se acercó a la cama, viendo que el chico estaba encadenado a ella con unas esposas. En la cama había muchas cosas a su parecer, las sábanas estaba revueltas, había sangre, agujeros, ropa, entre otras sustancias que ignoro. Con dificultad por los nervios, corto con los alicates las cosas de metal alrededor de sus muñecas lastimadas.

El rubio seguía mirándole con desconfianza.- ¿Como te llamas?- pregunto Hwang, con una sonrisa tranquilizadora.

- ..Félix.- siseó.

- Bien, Félix. Vamos.- murmuró, agarrando su mano y levantándose de la cama con lentitud.- ¿Puedes caminar?- pregunto preocupado.

El chico asintió, poniéndose de pie.
Hyunjin lo guió hasta fuera de la habitación, agarró su mochila que se había quedado en el suelo, y volvió a recorrer el pasillo color gris, hasta volver a llegar a las puertas que daban a fuera.

Antes de salir, se paró y se sacó la chaqueta color negro. Se la puso al rubio, quien la aceptó, un poco avergonzado. No había tenido contacto con nadie desde hacía años, solo conocía a ese hombre, que hacía llamarse su padre, ni el nombre recordaba. Por lo que, estar con ese chico que quería salvarlo de golpe, era algo muy repentino.

Hyunjin se colocó la gorra, saliendo del lugar. Un poco después, cruzaron la puerta que daba hacía la calle, y caminaron aparentando normalidad. Félix tenía colocada la capucha, mientras agarraba la mano del alto con fuerza.

La calle. El aire fresco, las luces y las estrellas. Todo era tan bonito, era mucho mejor que en los libro y su imaginación. Sonrió en grande, viendo la resplandeciente y blanca luna llena sobre ellos.

En pocos minutos, llegar frente a la puerta de una casa, no tan grande como la suya, pero realmente se sentía más acogedora. Entraron enseguida y el mayor cerró la puerta con llave, soltando un suspiro.

- Hwang Hyunjin, que vas a hacer ahora...?

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Sótano // hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora