Capítulo 9°.

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Jueves tarde noche.

No era un jueves cualquiera ya que al día siguiente sería el día de los muertos, un día en el que la mayoría de personas se libraban de trabajar para dedicarle dicho día a los que ya no estaban entre ellos. Pero en la noche del treinta y uno de octubre no se celebraba eso, no, esa noche los niños más pequeños iban casa por casa pidiendo golosinas para picar sus dientes y tener el famoso dolor de barriga al día siguiente, los adultos disfrutaban de ver dichas sonrisas de satisfacción al ver a los más pequeños con sus bolsas repletas de golosinas y sus disfraces que hacían el amago de ser terroríficos. Mientras los adolescentes como en dicha edad, era una excusa más para hacer una fiesta y celebrad su juventud que muchos creen eterna. 

Las puertas de Hexside se abrían para los alumnos y quienes quisieran acompañarlos, todos entrando en pareja o en grupos, ninguno solo. Y cada uno de ellos disfrazados, esa era la gracia de dicha fiesta, ¿no? Aunque había disfraces de todos tipos, desde provocativos que levantaban más de una mirada hasta algunos que parecían ser sacados de la cabeza de Stephen King. 

En el caso de cierto dúo de chico y chica, uno portaba un traje un traje de chaqueta burdeos, "a juego" con una camiseta amarilla, sus facciones se podían notar tras la pintura que simulaba la de un payaso y sus característicos rizos estaban teñidos de verde. Sí, todo el mundo sabía que aquella referencia era al mismísimo Joker de Joaquín Phoenix, incluso casi reía como tal. Pero no era porque estaba metido en el personaje, sino por el disfraz que había escogido su compañera. 

— ¡Seguro que alguno se presenta para ser tu furro! — Aquel Joker, no paraba de soltar carcajadas, que aún con maquillaje se sabía que tras él, estaba Gus. 

— No tenía otra jodida cosa que ponerme, y luego vienen las quejas de que no me he puesto nada. 

Aquel comentario de Gus que parecía no tener sentido, lo empezaba a cobrar cuando se veía a una Luz Noceda vestida de caperucita roja, pero con un toque más personal y macabro. Su cabeza estaba cubierta por dicha caperuza roja, en vez de su inseparable gorro rojo, llevaba una camiseta negra un poco holgada manchada en sangre, y si seguíamos bajando veíamos un tutú rojo a juego con su dicha caperuza, sus piernas no estaban al descubierto ya que las cubría una tela negra totalmente pegada a ellas, y por supuesto sus botas.

Los pasos de ambos chicos no frenaron por los pasillos de Hexside, sino hasta cuando llegaron al gimnasio lugar donde más de un alumno se rompía una pierna en el potro pero también donde más de uno habrá recibido su primer beso o habrá bailado con su primer amor, recuerdos que seguramente permanecerian para siempre en rincones de su memoria.

Puede que los pasillos estuvieran inundados por la oscuridad y la poca claridad que otorgaba la luna llena, pero en dicho gimnasio era todo lo contrario. Luces de todos los colores bailaban en cada rincón, como los olores y la música a todo volumen. Telarañas, sangre falsa y aperitivos que aparentaban tener un mal aspecto pero que seguramente tendrían sabores irresistibles. 

Lo primero que hicieron Luz y Gus al entrar al epicentro de la fiesta fue buscar a la tercera integrante del grupo con su acompañante, sí, solo habían asistido para ver en primicia aquel espectáculo. 

No tardaron en encontrarla gracias a lo llamativo que podía llegar a ser los cabellos de cierta chica, el rosa no es que fuera un color muy común de ver. Fue fácil ver cierta figura femenina con esos colores en cada uno de sus mechones totalmente sueltos junto a una tímida WIllow disfrazada de demonio, disfraz el cual no le pegaba ni de coña, acariciaba sus propias hebras. 

— Aún no me puedo creer que haya pasado esto. — Gus movío ambas manos apuntando a ambas chicas—. Es decir, ¡¿Cómo?!

— A mí también me cuesta creer, pero la vida tiene incógnitas increíbles.—Luz intentó apoyar a su amigo, con unos toquecitos en su hombro.

Instituto Hexside.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora