capítulo 5.

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1ro de Septiembre de 1999

Los alumnos llegaban por fin a Hogwarts ese mismo día, todo marchaba en orden para todos los profesores, incluso Bellatrix estaba de un humor considerable, no estaba haciendo comentarios sarcásticos ni amenazando a los demás como tendía a hacer en ocasiones. Cosa que no pasó desapercibida para nuestro querido Severus, por lo que más tarde le preguntaría el motivo de su buen humor. Sin embargo, Hermione era la única que tenía un humor más extraño.

No estaba enojada u irritada, simplemente se sentía agotada ya que no había logrado dormir muy bien; cierta bruja de cabello alborotado invadió su mente toda la noche, fue inevitable, tenía dudas sobre su comportamiento y su pequeña amabilidad, además sentía curiosidad de que pasaría si se topaban y llegaban a hablar. Se sentía tonta por no estar cumpliendo lo que había prometido a sus amigos días atrás, le preocupaba lo que podrían pensar. Disipó aquellos pensamientos y se levantó de la cama, vió que en la ventana había una carta, por lo que la abrió y la tomó, oh sorpresa era por parte de Harry y Ron; rompió el sobre y la sacó, para así abrirla y leer lo que contenía. Sonrió, sólo la estaban saludando y preguntando si estaba bien, no lo dudó y fue directo a su escritorio, dispuesta a redactar una carta nueva.




Ministerio de Magia, oficina de Harry Potter.

Harry había llegado al ministerio tranquilamente, aún no llegaba Ron por lo que se dispuso a esperarlo en la entrada tranquilamente.

– ¡Harry! –exclamó el Weasley.

Allí estaba, simplemente le sonrió y caminó hacia su respectiva oficina, la abrió y notó que había una carta sobre la mesa, por lo que rápidamente llamó a su amigo, pensaba que era de Hermione; se acercó al escritorio y tomó la carta entre sus manos. En efecto, la carta era de la castaña.

– ¡Vamos Harry, abre la carta!

– Calma Ron, ya voy.

Harry abrió el sobre y sacó la carta, posteriormente comenzó a leer su contenido junto a Ron, concentrados en su totalidad.

Harry y Ron:

Gracias por preocuparse por mí, llegué muy bien a Hogwarts y me recibieron bien así que no se preocupen. Por otra parte, debo decir que el día fue un poco extraño, la loca de Bellatrix fue a recogerme al tren y no fue tan grosera, quizás un poco pero no como yo esperaba; nos separamos al llegar al castillo, pero mientras organizaba mi oficina terminé encontrando pertenencias suyas y fui a buscarla, al no verla por ningún lado, terminé yendo a la biblioteca y allí estaba, aconpañada.... ¡De Rodolphus Lestrange! Confieso que tuve miedo pero él se acercó muy amable a saludarme, fue increíble, hasta me cayó mejor que Bellatrix. Al final me fui e hice mis deberes, pero por la noche antes de ir a dormir, Bella fue a buscarme para agradecerme por darle sus pertenencias y después se fue.

Debo admitir que fue bastante extraño, no pude dormir de la intriga que sentí hacia ella en ese momento y sobre todo por su "amabilidad" que fue muy nueva para mí. En fin, hoy llegan los alumnos a Hogwarts, las clases empezarán y me toparé mucho a Bella, no sé que haré pero tengo mucha curiosidad por descubrir su lado amable.

Sin más que decir, me despido.

Con cariño, Hermione.

Potter y Weasley terminaron de leer la carta con los ojos bien abiertos, volvieron a releerla para confirmar si leyeron bien. ¡No podían creer que eso pasó! Estaban sorprendidos e intrigados a la vez, desde la actitud de Bellatrix hasta Hermione diciéndole "Bella".

– ¿Te das cuenta que terminó escribiendo "Bella"? –preguntó Potter.

– ¡Eso es lo de menos, Harry! Aunque me sorprende, pero ¿Bellatrix siendo amable? No sabía que era posible –dijo Ron un tanto atónito.

𝐆𝐎𝐋𝐃𝐄𝐍 | 𝘉𝘦𝘭𝘭𝘢𝘮𝘪𝘰𝘯𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora