capítulo 14.

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El domingo llegó, Hermione se había quedado dormida después de una noche en la que sólo sus lágrimas la acompañaban. Haber sido tratada con desdén fue de lo más hiriente y conciliar el sueño se había vuelto difícil, por lo que alrededor de las cinco de la mañana fue la hora en la que pudo cerrar los ojos.

Un ruido en su ventana la despertó, eran pequeños golpeteos; al abrir los ojos pudo ver a una lechuza allí parada, rápidamente fue a abrirle y tomó la carta que tenía en manos, posteriormente dejó unas caricias suaves a aquella lechuza y le dió recompensa, sin más, se fue volando.

Hermione observó aquella carta, era por parte de Ron, rodó los ojos y después la abrió cuidadosamente.

Herms:

Soy muy tonto y quiero pedir perdón por lo de ayer, tienes razón en lo que dijiste y prometo que no volveré a hacer algo tonto como eso. Te quiero mucho, hoy Harry y yo iremos a Londres Muggle, veremos una película en la casa donde vivían sus tíos.

Ginny y Luna nos van a acompañar, espero quieras acompañarnos.

Con cariño:

Ron.

Al terminar de leer aquella carta, sintió un toque de ternura por ello. Pensó por unos minutos y se dió cuenta de que a pesar de que Ron no hizo algo de gravedad como abofetearla, aún así se disculpó y parecía ser muy sincero, se sintió culpable por haber negado que algo sucedía entre ella y Bellatrix, pero aún no era el momento de decir algo al respecto hasta que algo formal sucediera entre ambas, y después de todo la duelista no tenía derecho a golpearle.

Decidió arreglarse, no todos los días se recibían invitaciones para salir en grupo, y mucho menos a la casa muggle donde Harry vivió por mucho tiempo, así que sin pensarla, iría allí.




– Que todo esté tan vacío me abruma. -mencionó Ginny.

El grupo ya se encontraba en la casa, Harry con ayuda de Ron se encontraban metiendo la televisión en conjunto con la videocasetera, para después dejarla justo en la sala, Luna se adentró con cojines y cobijas para poner en el suelo mientras que Hermione llevaba la comida.

– Harry ¿De dónde sacaste el televisor? -preguntó Luna con esa inocencia característica suya.

– Era de mis tíos y decidí quedármela, con todo y videocasetera. -respondió Potter con una sonrisa.

– Ya veo...

Luna asintió y siguió perdida en su mundo tranquilamente, típico de ella; pero a nadie le molestaba pues así era ella y después de todo era un ser de luz a quien adoraban bastante.

Finalmente se acomodaron todos en el suelo y prendieron aquél televisor, Hermione sacó varias películas que había comprado y que podían ser interesantes u buenas para sus amigos. Decidieron poner una película llamada "Notting Hill" que recién se había estrenado meses atrás, había sido sugerencia de Hermione ya que era quien más sabía respecto a películas muggle, pues Harry no las veía mucho de niño debido a las circunstancias que vivía en aquél tiempo.

– ¿Es romántica? Bueno, siempre se mira algo nuevo cada día. -dijo Ron, encogiéndose de hombros para así tomar unas papas fritas.

– Siempre de glotón, tienes suerte de no engordar, Ron. -habló Ginny entre risas.

– Si conocieras a Rodolphus Lestrange... Créeme que él come el doble y es tan esbelto.

Dijo Hermione mientras recordaba aquella comida con Andrómeda, a la que había asistido antes de la del día anterior. Ginny y Ron simplemente se encogieron de hombros, Harry puso la película y todos se dispusieron a disfrutarla y prestar atención, exceptuando a Luna que de vez en cuando se distraía ella misma.

𝐆𝐎𝐋𝐃𝐄𝐍 | 𝘉𝘦𝘭𝘭𝘢𝘮𝘪𝘰𝘯𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora