capítulo 16.

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El martes empezó como cualquier otro día, misteriosamente Bellatrix no se había presentado al desayuno –cosa que Hermione decidió ignorar– mientras tanto, Draco ya se dirigía al aula dónde estaría con su compañera, había decidido comerse una manzana en el camino, pues no se le antojaba mucho estar en el gran comedor.

El desayuno pasó, Hermione fue hacia su aula donde suponía que Draco estaría, lo cual confirmó en el momento que atravesó la entrada.

– ¡Granger! Buenos días ¿Cómo pasaste la noche? -preguntó el rubio, mientras tomaba asiento en la silla que le habían asignado.

– Estuvo bien, Malfoy, gracias por preguntar. -asintió.- ¿Qué tal la tuya?

– Tranquila, le envié una carta a mamá diciendo que asistirías a la cena, así que no te queda otra opción.

Bien, eso le cayó como balde de agua fría, definitivamente estaba obligada a ir, pero no pasaba nada, después de todo Bellatrix no estaría allí.

– Está bien, iré contigo a cenar con tu madre.

Draco sonrió con amplitud, la castaña simplemente se rió y esperaron a que el alumnado llegara, listos para empezar las clases juntos, Hermione tendría en mente enviarle una carta a sus amigos explicando lo sucedido.






Se llegó la tarde, se le informó a la directora de Hogwarts la salida de Draco y Hermione, desde que el señor tenebroso fue derrotado ya no había más peligro, y por lo tanto podían volver un poco más tarde.

Hermione había enviado la carta a Harry y Ron, después de eso salió de su aula en conjunto con Malfoy, quiénes caminaban a sus respectivas oficinas, en caso del rubio, se quedaba con los de Slytherin.

– Bien, pasaré por ti a las siete en punto, tienes una hora y media para estar lista.

Dicho esto, Draco se fue y Hermione caminó tranquilamente a su oficina, donde también se hallaba su habitación. Estando allí, se tomó el tiempo de pensar que podría ponerse, pues todo era ropa muggle y temía de la reacción de Narcissa ante ello. Decidió no tomarle mucha importancia a eso, optó por tomar un vestido color verde esmeralda que tenía, era manga larga y un tanto formal, al igual que unos zapatos negros, definitivamente el conjunto perfecto para la ocasión.

Después de una ducha refrescante, se vistió y se maquilló ligeramente, al igual que acomodó su cabello de tal manera que no se viera desordenado. Sin más, se perfumó lo suficiente y cuando menos pensó la puerta sobaba, eso sólo significaba una cosa.

– Hola Granger.

Al abrir la puerta, se había encontrado con Draco que ya estaba listo, usando su típico traje negro.

– Hola, ya estoy lista así que vámonos.

El rubio asintió, y caminó a su lado en silencio, el cual rompió al comenzar a explicar que en cada sala de las casas se había conectado una red Flú de emergencia, la cuál sólo los prefectos de cada casa y obviamente los profesores podrían usar, así que era un secreto que no debía contarse a los alumnos.

– Usaremos la de Slytherin, es poco probable que haya gente allí, todos deben de estar en otro lugar.

– Bien.

Dicho y hecho, la sala estaba vacía cuando llegaron, por lo que se apresuraron y llegaron a la chimenea, entraron y sin más, murmuraron a donde irían.

Hermione abrió los ojos, ya habían llegado y se sentía un tanto insegura de estar allí, pero Draco le había dicho que todo estaría bien. ¿Debería darle una oportunidad al chico slytherin? Quizás podían llegar a ser colegas.

𝐆𝐎𝐋𝐃𝐄𝐍 | 𝘉𝘦𝘭𝘭𝘢𝘮𝘪𝘰𝘯𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora