Capítulo 1

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[TN]

La alarma que se encontraba a un lado de mi cama sonó indicando que eran las 6:00 am, lo cual significaba que era momento de alistarme para ir a clases. Me removí en mi cama, aquel estruendoso sonido rebotaba por toda mi habitación, lo cual impedía que pudiese volverme a dormir. Suspire y me di por vencida y resoplando me puse de pie mientras me estiraba y me dirigía al baño para tomar una ducha.

Podía sentir el agua deslizarse en mi cuerpo, era refrescante, esa era la mejor parte. Termine y tome mi toalla para secarme y entonces, me di cuenta que la mala suerte había decidido molestarme a primera hora del día. Aunque realmente, solo se trataba de mi torpeza y distracción. No me podía culpar, aun me encontraba con algo de sueño y quería, más bien, necesitaba despertar del todo lo cual ocasiono que olvidara tomar mi ropa y entrar con ella a la ducha. Tontamente olvide mi ropa, otro suspiro salió de mis labios; me enrolle la toalla en mi cuerpo y salí.

No imagine la tremenda sorpresa que me iba a llevar al girar la perilla y salir mientras me acomodaba la toalla por la parte de mi pecho.

— ¡Aaah! —grite realmente asustada— ¡¿Qué haces aquí pedazo de idiota?! —volví a gritar un poco agitada. A este paso, mi cara ya debía estar completamente roja.

Vamos, mi mejor amigo, AMIGO, en letras grandes y con "O" al final, se encontraba en mi habitación y yo, con solo una toalla que por milagro no cayó al suelo por el susto, si no, estaría más jodida. La confianza era grande, él entraba sin problema alguno, pero no solía pasar esta situación, siempre era precavida porque sabía muy bien esa rutina, lo cual es claro que hoy olvidé por solo un momento y la mamá suerte jodiera más.

De niños puedes bañarte junto a esa persona en ropa interior, pero las cosas cambian cuando tu cuerpo cambia.

—Yo, emm... lo siento—soltó apenado, más a pesar de eso seguía mirándome haciéndome sentir más nerviosa.—siempre entro así, pensé que ya estabas lista y bueno, ¡Perdón!

—Está bien—bufe—solo... ¡Volteate!—abrió sus ojos al darse cuenta, asintió rápidamente y se giro de la misma manera—ni se te ocurra voltear, porque soy capaz de aventarte la lámpara.

—No lo pienso hacer ni de chiste, quiero mis dos ojos aún.—bromeo soltando una pequeña risa. Rodee mis ojos y proseguí a buscar mi vestimenta— ¿Olvidaste tu ropa?

—Que no es obvio, ¿Por qué haces ese tipo de preguntas? —respondí sin mucha importancia.

El silencio se prolongo y me dedique a buscar ropa por mi armario. Tome lo que creí que sería más cómodo y regrese al baño con pasos rápidos. Me mire al espejo y suspire; mi rostro aun se encontraba algo colorado por la situación que pase allá afuera y a mi parecer, era demasiado.

Me puse la ultima prenda y nuevamente salí para encontrarme con Milo, quien se encontraba recostado sobre mi cama con su mirada al techo.

—Al menos tuviste la amabilidad de acomodarla—le hice saber de mi presencia. Él me miro y alzo una ceja.

—Un gracias no está de más, sabes—comento algo ofendido.

—Como sea—puse mis ojos en blanco.

—Eres tan linda, basta, no tienes porque ser así todo el tiempo—espeto con sarcasmo para sentarse aun sobre mi cama y sin dejar de mirarme.— ¿Ya nos vamos?

"Amigo" [Milo Manheim Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora