Capítulo 11

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[TN]

Una nueva mañana.

Era casi como un Dejá Vú.

Yo despertaba alado de Milo después de una fiesta, en la cuál, me emborrachaba; terminaba con nuestros labios unidos, para llegar al siguiente día y estar así.

Durmiendo a su lado...

Dónde la verdad es, que recuerdo todo y miró a mi alrededor.

Me levanté de la cama lo más despacio posible y fui en dirección al baño. Miré mi reflejo en el espejo y si, estando ahí, viéndome, recordé todo lo que pasó ayer; cada detalle, desde que inicio, hasta que terminó. Aquellos besos desenfrenados que me daba y los cuales estuvieron a punto de llevarme a cometer una de las peores locuras. Una que si sería la peor de todas.

Lave mi rostro y regrese a la habitación. Milo aún dormía y ya todo estaba decidido: jugaría con fuego.
No quería creer más allá de lo que no debía, pero las palabras de Andy se clavaron por un momento, ¿Y si tal vez con el tiempo las cosas cambian?

Claro, sigue soñando.

Dicen que la esperanza muere a lo último, pero yo ya no tengo una pizca de eso.

La mejor opción era la primera que ese mismo chico me dio. Disfrutaré el momento hasta que tenga que dar fin, debo mantener mis pies sobre la tierra y no tengo que volar o esperar algo más de lo que sin duda...no merezco.

—Buenos días TN—di un brinco por el susto—así has de tener la conciencia.

—No seas idiota—rodé los ojos.

—Que bonita forma de decirme los buenos días—soltó con sarcasmo.

—Ah, si, como sea. Buenos días—le dije con indiferencia.

Tratando de ser la yo de siempre.

— ¿Estás bien? —me preguntó intentado tomar mi mejilla. No lo hizo.

—Si—respondí.

— ¿Segura? —insistió.

—Que si—suspire—solo tengo dolor de cabeza, pero, ya sabes. Es normal—hice un ademán con mi mano restándole importancia.

—Entonces, espérame aquí. Te traeré algo para que se te baje un poco.

Asentí—gracias.

Era...raro e incómodo. Así se sentía y era inevitable que no fuese de tal manera, siempre fuimos los mejores amigos, que nunca se puede llegar a imaginar que estarías en una situación como está. Al menos Milo nunca lo hizo y yo, deje de hacerlo mucho tiempo atrás para aceptar las cosas como se supone debían ser. Y aunque no era como me hubiese gustado tiempo atrás, de alguna manera...lo...tenía.

Me senté en la cama y me puse a pensar. ¿Realmente las cosas serían así de ahora en adelante? Pero, ¿Qué pasaría después? ¿Cómo terminaría nuestra relación? Claramente de amigos, porque lo seguíamos siendo.
Resople y sacudí mi cabeza intentado no torturarme con ello.

No pienses de más.

Ahora hacerlo, no era de lo mejor. No lo era.

— ¿Cómo lo hace mi hermano?

Una peso cayó sobre mi, solté un gritó para después no sentir más nada dentro de mí. ¡Andy pesaba infiernos! El cuerpo de los hombres era el de una total bestia. No es como que alguna vez una se haya tirado encima mío, pero son enormes.

"Amigo" [Milo Manheim Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora