Capítulo 8

189 13 0
                                    

Después de una larga sesión de besos, decidimos que era hora de irnos a dónde Mariam. Seguía sin tener una idea de que es lo que había pasado, ¿Por qué estábamos haciendo eso? ¿Por qué él lo hacía? De parte mía, aceptaba esos besos porque lo quería y siempre había sido así, pero, ¿Y él? Hasta hace unas semanas era ajeno a mis sentimientos y ahora, estábamos saliendo del gimnasio después de habernos besado muchas veces con dirección a la cafetería donde se encontraba su novia. Si, su novia, la persona que si tenía derecho de probar sus labios.

Al llegar, la pude visualizar en compañía de Andy. Nos acercamos y fue ella quién tomó la palabra.

— ¿Por qué tardaron tanto?

—Estábamos hablando, ya te lo dije.

— ¿Sobre qué?

—Cosas, eso igual ya te lo había dicho amor—se acercó a ella y la beso.

Después de haberme besado a mí.

—Hola bela—su hermano se acercó y besó mis labios.

—Deja de haber eso—soltó Milo molesto como cada vez que el castaño plantaba sus labios con los míos.

—Obligame—respondió antes de volverme a besar, haciendo enfurecer más al otro castaño—ella no me ha dicho nada y que crees, está solterita.

—Amor—intervino Mariam—no entiendo porque te molesta tanto, yo no veo que a TN le moleste, ¿O si? —me miró esperando una respuesta.

—Emm...pues.

—No, no le molesta—habló Andy por mi dándome otro beso—oye hermosa, acompáñame hacer fila.

—Si claro, vamos.

Caminaba a su lado en silencio, por mi mente ya pasaba la idea de que sospechaba algo y no me equivoqué. Una vez que estuvimos formados, abrió la boca.

—Entonces, ¿Qué pasó? Y no me digas que nada, porque es evidente y Mariam me dijo que se fueron como por una hora y media.

— ¡Estoy loca! ¡Lo estoy! —tome mis cabellos.

— ¿Por qué lo dices? ¿Tomaste alcohol otra vez?

—No tonto—sonrió—tu hermano me llegó al gimnasio y...

— ¡Oh por Dios! Son unos impuros, se atrevieron a tener sexo en la escuela.

— ¡Joder Andy! ¡No! —me puse roja—déjame terminar de hablar y no digas estupideces—comenzó a reír.

—Bien, bien, continúa. Quiero oír todo.

—Me llevo al gimnasio porque quería aclarar el tema de la fiesta.

—Lo que pasó en ambas fiestas.

—Si—suspire—pero realmente no aclaramos nada como tal durante ese tiempo juntos—me miró con cara pervertida—y no, no es lo que estás pensando, sucio—le di un golpe—solo le recalque el hecho de que... me gusta. Lo hice, ¿Puedes creerlo? Estando sobria volví a decirle lo que siento por él. Qué aún recordaba el haberle besado y que tenía novia, pero...

—Pero...vamos Lana, al punto.

—La cosa está en qué nos besamos.

— ¿Y qué? —me miró—solo hubo besos.

— ¿Qué otra cosa querías?

—No lo sé, en situaciones como esas, una cosa termina en otra cosa.

—Pues está no fue así, y no es como que quisiera que hubiera pasado así—comenzamos a caminar de nuevo a la mesa—no quiero perder mi...emm...virginidad en un gimnasio. No es como que esté desesperada.

"Amigo" [Milo Manheim Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora