Capítulo 22

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—No puedes seguir así—dijo uno de los chicos que lo acompañaba mientras se metía una papa frita a la boca.

Los demás asintieron.

— ¿Cómo así? —rio por lo bajo y al igual que el otro, se introdujo una papa a la boca para comer.

—Ah, no te hagas más el idiota. Sabes de lo que estoy hablando. Se supone que estaríamos todos juntos y ahora resulta que se fue, no fue casualidad el tenernos aquí.

—O sea que nada más vinieron por ella—fingió estar ofendido. Recibió un zape por parte de un pelinegro.

—Deja tus juegos.

—Pues, ¿Qué podía hacer? Realmente quería estar con él, quiere estar con él. Yo solo la ayude. Era para pasar el rato, pero no contaba con esto, no importa, lo saben.

—Eres un imbécil, pero debo admitir que un magnífico amigo. Demonios, creo que me estoy volviendo gay por ti.

—Lo sé, todos me aman.

—Olvídalo, ya recordé porque te odio y nunca te digo nada. Retiro lo dicho, eres el más grande imbécil y un narcisista de mierda—rio.

—Ya déjenlo—intervino una chica—Eres un gran chico y en algún momento muchos se darán cuenta de ello. Es bueno que te tengamos.

— ¿Es aquí donde se besan?

— ¿Es aquí donde mi puño va hacia tu horrible rostro?

Y de nuevo volvió a reír.

Era verdad, sus amigos no se encontraban ahí por una simple "casualidad". En realidad, él los había invitado para que ambos pasaron un buen rato, sabía que de alguna manera, se sentía un poco mal por la situación. Desde que todo empezó. A veces no podía evitar sentirse mal porque era quien le decía que "disfrutará". Quizás una parte era su culpa.

Así que para que su salida fuera un poco mejor y se distrajera más, decidio invitar a sus amigos, solo que estos llegarían más tarde. Y cuando por fin llegaron, fueron en busca de la persona, pero, los planes tomaron otro rumbo cuando vio a cierto castaño besando a la chica.

Sabía muy bien sus intenciones, quería que se fueran de ahí y era claro que ella se negaría. Lo estaba haciendo, lo supo cuando pudo notar como mordía sus labios. Sonrió de lado y habló a sus amigos para alejarse y tomarse una foto con ellos para tomar otro rumbo mientras le escribía.

Ya que más daba. Que fuera con él, no importaba, total, solo no iba a quedar, tendría otras excelente compañías. Aunque quería que todos convivieran, está vez no sería posible.

En el corazón no se manda. Nadie se puede meter.

Él no era quién.  Y aunque quería verla feliz y sabía que de alguna manera esto la destruía, esperaba que las cosas en algún momento pudieran tener un final distinto.

Y si no, no importaba. Como se lo dijo: estaría con ella para ayudarla a salir, ¿A veces era bueno arriesgarse?

Quizás...

— ¿Vamos a ver la película?

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Al aire frío de la noche golpeaba sus rostros. Su rebelde cabello se movía, haciéndola bufar y moverlos a cada momento que se atravesaban en cara.

El chico a su lado reía divertido por la situación en la que se encontraba su mejor amiga. Acercó su mano para ayudarla, puso algunos de sus mechones detrás de su oreja y le sonrió

"Amigo" [Milo Manheim Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora