Capítulo 20

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[TN]

Sus largas manos recorrían mis piernas haciéndome sentir escalofríos y un poco de cosquillas, aunque aquello pasaba más al segundo plano, el calor comenzaba a invadir mi cuerpo y los gemidos poco a poco brotaban de mi boca.
Sus labios se encargaban de invadir mi cuello, me estremecía ante su contacto húmedo en mi piel. Se reincorporó en su cama para quitarse su camisa y tirarla en algún punto de su cuarto dejando al descubierto su torso.

Me sonrojo.

Se acercó y me dio un beso, sus ojos oscuros me miraban, un media sonrisa apareció en su rostro y sus manos viajaron hacía el botón de mi short para desabrocharlo lentamente, el cierre comenzó a bajar y yo ya me sentía totalmente expuesta, totalmente caliente, excitada, tan vulnerable. Tan...fácil.

- ¡Milo! Hemos llegado, ¿Estás aquí?

Al oír el grito de su madre, mis ojos se abrieron en grande. Rápidamente se quitó de encima mío y busco su camisa para volversela a poner, me levanté para acomodar mi cabello y ponerme la sudadera. Estábamos agitados, por la desesperación y el calor que nos invadía a los dos.

- ¡Si! -informo de igual manera en un gritó-ya regreso-me miró.

Asentí y se marchó.

Suspire.

¡Mierda!

Me sentía de tantas maneras que podía explotar, y claramente no en el otro sentido. Miré hacía un lado y sonreí levemente para tomar aquel dinosaurio en mis manos que se había vuelto testigo de aquello que era clandestino. Que veía los toques, roces y escuchaba ruidos, sonidos y palabras fuera de lugar. Me deje caer en la cama con el dinosaurio en brazos.

-Lamento que tengas que escuchar todo esto-murmure, como si de verdad me escuchará.

Miré hacía el techo cayendo en el vacío de mis pensamientos. Y los recuerdos venían a mi, aquellos candentes, donde los toques son el personaje principal. Milo había conocido mi cuerpo, Milo tocó mi cuerpo, Milo, mi mejor amigo ya me a visto desnuda.

Joder...

La primera vez que pasó, fue inevitable no pensar en ello y atormentarme y ahora nuevamente estoy así. Con muchas preguntas, con varios sentimientos revueltos. A veces no puedo evitar pensar en ello después de nuestros encuentros en donde nuestras pieles chocan sin una tela de por medio.

¿Qué pensará de mi? ¿Le gustará mi cuerpo? ¿Pensará que me falta algo? Él dice cosas mientras me acaricia, pero... ¿Y si es mentira? ¿Si realmente no es así?
Jamás me imaginé con él de esta manera, siempre fui realista y nunca pensé que en algún momento terminaría ebria y diciéndole, más bien, gritándole a la cara mis sentimientos y después de eso, besarlo.

Gracioso.

Pero no en el sentido de reír.

Cuando uno es niño, puede andar en calzones sin pena alguna. Con Milo era así, solíamos bañarnos juntos, a veces igual con Andy, pero era totalmente diferente ahora. Nuestros cuerpos cambiaron, se desarrollaron y nuestras mentes igual, la manera de ver el mundo, los sentimientos. Todo es diferente, todo.

Y aún no me cabe en la cabeza, después de ya varias veces que hemos estado así, que Milo puede tener acceso a mi cuerpo, que me ha visto sin un sostén o algo que me cubra y eso me hace estremecer. De solo pensarlo, de solo recordarlo, imaginarlo y sentirlo. Sigue sin entrar en mi cabeza que después de tanto tiempo y muchas cosas compartidas: Mi mejor amigo me ha visto desnuda y a su merced.

"Amigo" [Milo Manheim Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora