"Amigo" [Milo Manheim Y Tú]

Capítulo 16

|[TN]|

— ¿TN?

Me separé de golpe con la respiración agitada, mis mejillas estaban calientes y mordí mi labio. Comencé a jugar con mis manos un poco nerviosa.

—Y-yo...

— ¡Maldita sea Andy! —di un brinco ante el gritó de Milo.

— ¡¿Qué mierda les pasa a ustedes dos?! —regaño. Eran pocas las veces en que se podía enojar, pero realmente lo estaba y no me gustaba— ¡No jodan! Cualquiera los puede ver, ¡En especial Mariam! Que no se les olvide que ella está aquí, no, no. Que no se te olvide que tu novia está aquí, deberías estar con ella. TN, sabes que te cuido la espalda, pero ayúdame tú también.

—Lo siento, es que...bueno, mierda. Tienes razón Andy, no debería de hacerte pasar por esto.

—Nadie pidió que se metiera.

—Mejor cierra la boca—gruñi.

Él me dio una mala mirada.

—Si, mejor cállate. Les he dicho que tengan cuidado, en especial a ti—me señaló—deben de tener cuidado en donde se andan besuqueando.

Y sin esperar alguna respuesta, se dio la vuelta y se marchó.

—Milo, no tienes porque tratarlo de esa manera.

—Ya vas a comenzar a defenderlo.

— ¡Carajo! Es que no tienes porque portarte como un idiota con él, si, nadie pidió que se metiera. Pero nos está ayudando aunque no te guste, te cubre la espalda y me la cubre a mi sabiendo que está mal. Eres su hermano y aunque...

—No empieces con esas tonterías, además, si cuida a alguien, es a ti. Cómo sea, ven—tomo mi mano, me solté— ¿Vas a empezar?

— ¿Empezar con que? No iré a ningún lado contigo.

—Oh, claro que vendrás conmigo.

Volvió a tomar mi mano con fuerza, intente safarme, más fue imposible porque su agarre era fuerte, casi lástimandome hasta que se dio cuenta y aflojó un poco.

— ¿A dónde me llevas?

—Ya verás, no hagas preguntas.

El salón era muy grande, podía parecer un palacio. La tía Katerin era de una posición económica muy buena, y era claro que se podía dar ciertos lujos. El lugar tenía dos pisos y Milo comenzó a subir las escaleras, entonces en ese momento supe a dónde iba y cuál era su propósito, más no siguió y su pie izquierdo quedó quieto en el segundo escalón al escuchar la voz de...Mariam.

—Cariño, ¿Qué pasa? —preguntó intentando disimular su disgusto.

— ¿A dónde vas? Me dejaste solita—hizo un puchero.

—Ah, quería hablar con TN, pero me di cuenta que ya está algo ebria. Así que le iba a dejar encerrada en una de las habitaciones hasta encontrar a Andy.

—Oh, ya veo—su mirada se dirigió a mi— ¿Podrías ir a dejarme a mi casa?

— ¿Ya te quieres ir? —indago.