Capítulo 9

186 13 3
                                    

[TN]

—“Me gusto...”

Si, esas dos palabras aún rondaban por mi cabeza, sabiendo lo que quería decir y lo que él me quiso decir. Las palabras que para mí significaban el posible inicio de algo que no estaba bien visto.
Cómo Milo pudo decirme esto, ¡¿Cómo le puedes gustar una traición?! Y si, puede sonar un poco hipócrita de mi parte, porque a mí también me gustaba, me fascinaba, pero no sé lo decía. Solo lo guardaba para mí, porque tan solo recordar lo que todo eso era, mi estómago se revolvía y no de una buena manera.

Me encontraba en mi cuarto haciendo la tarea o intentando hacerla, mi mente estaba más preocupada y concentrada en lo que Milo me dijo, que en lo que si debería de ser importante.
Recordaba los besos que nos dimos está mañana y era inevitable no pasar mis dedos sobre esa zona, cerrando mis ojos y recreando esas imágenes. Sonreía como una boba, pero todo cambiaba drásticamente cuando el rostro de Mariam aparecía, todo rastro de felicidad se esfumaba y venían esas malas sensaciones. No podía hacerle esto, ¡Es mi amiga! Y no se lo merece, nadie merece que una amiga traicione. ¿Podrían entender? ¿Podría tener justificación esto que hacía? Se trataba del chico por el cuál he estado enamorada durante años, en donde no fue capaz de decirle por miedo y ahora también sentía eso. Miedo.

¡Maldita sea! No sabía que hacer ante está situación. Cuando ya tenía una respuesta, cuando parecía estar claro todo, había algo que me desbarataba y me hacía querer entrar a lo clandestino.

Era complicado y demasiado.

— ¡¿Por qué tiene que ser tan complicado?! —grité frustrada.

—Cariño, ¿Te encuentras bien? —preguntó mi madre del otro lado de la puerta.

—Si mamá—suspiré.

—Está bien.

Pude escuchar sus pasos alejarse.

No, ¡No estaba bien! Y me gustaría estarlo, pero sabía que después de esto, nada sería así. Toda esta situación era un verdadero dolor de cabeza. Necesitaba hablar con alguien y aunque a mamá le tenía demasiada confianza, era algo de lo cual no podría platicar con ella.
Había otra persona además de mi madre con la cuál podría desahogarme, alguien que estaba al tanto de toda mi situación y que aunque a veces no tenía las palabras acertadas para darme, me ayudaba y me hacía sentir un poco mejor. Dejando a un lado mis libros, marque a su número esperando a que respondiera a mi llamado. No sabía que hace y estaba desesperada.

— ¿Bueno? ¿Hermosa? —habló Andy por la línea.

—Mm...oye—mordí mis labios— ¿Estás ocupado?

—Para ti no—sonreí—quieres hablar lo del tema de mi hermano, ¿No es así?

—A veces me llegas a sorprender demasiado—abrí mis ojos, porque si, estaba sorprendida de que diera en el clavo—haciendo que pienses cosas que ni loca te diría.

—Solo te doy unos cuantos vasos de Vodka y verás como sueltas toda la sopa.

— ¡Eres un jodido imbécil! Mejor te cuelgo.—bufe.

—Ya, ya—rió—solo era una broma. Y bueno, considerando que me marcaste a la hora exacta en la que estás haciendo tus tareas, tiene que ser grave.

— ¿Te aprendiste mis horario? —pregunté asombrada otra vez.

A veces podía llegar a ser un poco perfeccionista, creo que se le puede llamar así. Por lo que solía tener pequeñas horas para hacer algunos deberes, cuando era más joven era un total desastre con respecto a las tareas y terminaba dejándola a lo último, por lo que la falta de sueño comenzó afectarme un poco. Así que hice un pequeño horario, donde ponía algunas de las ventajas que tenía si cumplía con ello. Creo que desde ahí fue donde comencé a actuar un poco de esa manera.
No era tan apegada a la escuela, pero con respecto a las tareas empecé a ser un poco más responsable si no quería meterme en más problemas con mamá. Papá era un poco más relajado en ese aspecto. Así que tampoco podía decir que tenía un control sobre todas mis horas o un plan ya bien elaborado, solo consistía en tareas de la escuela, mis baños o inclusive algunas que otras comidas.

"Amigo" [Milo Manheim Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora