Capítulo 4

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[TN]

Silencio...

Si, un tedioso silencioso se había formado después de soltar aquéllas palabras estando no del todo consciente. Y la verdad, no esperaba alguna otra reacción por su parte más que la que tenía ahora. ¿Qué podía esperar? Un aplauso, claro que no, ¿Un abrazo? ¿Qué me correspondiera? ¡Ja! Dicen que soñar no cuesta nada, pero a este paso, yo ya no perdía mi tiempo en soñar ese tipo de cosas.

Los minutos pasaban como en cada situación donde no se sabía que hacer después, sobre todo si le sueltas a tu mejor amigo que estás enamorada de él. Claro que para dramatizar el momento, era imposible no sentir que en realidad eran horas las que pasaban en dónde ninguno de los dos decía algo para romper el momento.

Milo me miraba de una manera sorpresiva e incrédula. Quizás intentado procesar mi confesión, no era para menos, se lo grite en un momento de desesperación en no saber que más hacer, el gritarlo, no era una buena táctica, menos después de ingerir alcohol.

Entonces, luego de tanto tiempo, pestañeo varias veces y habló:

— ¿Qué? —eso fue lo único que salió de sus labios en medio de un murmullo que claramente pude escuchar.

Seguía asombrado.

Y es que en aquel momento de enojo, no me importó nada; ni como iba a reaccionar o que me iba a decir. Solo fueron sentimientos y acciones instantáneas.
Necesitaba sacar aquel sentimiento que me atormentaba día con día y peor aún, desde que Mariam y él, comenzaron andar. No pensé en más nada, ni en ella y creo que ni siquiera en mi. No fue mi mente la que decidió tomar el control, fue mi corazón: un corazón herido, lastimado y deprimido, que no pensó en todo lo que podría ocasionar o quizás... Ocasionó.
El alcohol estaba recorriendo mis venas y llegó hasta ese órgano que palpita todos los días, pero sin desenfreno cuando se trata de mi mejor amigo. Aquel líquido hizo efecto en él, haciéndolo hablar sin un freno que lo parase.

Pero... ¿Por qué tuviste que esperar hasta ahora? Bueno, aquella pócima de la verdad y el valor, era bastante efectiva. Tanto que a pesar de todo, en este ahora, no me arrepentía de haberlo hecho.

¿Así sería luego?

—Nada, solo...solo olvídalo—fue mi turno de hablar.

Y si, no me arrepentía ahora de haberlo gritado a los cuatro vientos, sin embargo, lo mejor era olvidarlo y es lo que quería. Aunque comenzaba a deducir que sería imposible, pero, era lo mejor.  Sobre todo si quería que todo siguiese igual, era mejor dar vuelta a la página.

Siempre era mejor hacer que nunca paso nada. No significa que estuviese huyendo, ¿Verdad? Solo hacía lo que era conveniente y bien para los dos, más para mí.

—No—soltó firme—quiero que hablemos.

—No hay nada que hablar Milo, solo olvida lo que te dije. Estoy ebria.

Me senté en el borde de la cama, estaba mareada. Él se quedó en su mismo lugar, estando de pie. Parecía que intentaba aún procesar lo que pasó.
Soltó un suspiro y nuevamente habló:

— ¿Olvidar? —se cruzó de brazos— ¿Enserio crees que puedo olvidar un tema así como así? No puedo hacerlo, por muy ebria que estés, esa confesión fue muy...sincera. —suspiro. Dejo caer sus brazos y se balanceo para poner todo su peso en el pie derecho—. Entonces tú...—mantuvo una postura seria. Intentando conectar sus ojos con los míos para preguntar lo siguiente;—tú... ¿Estás enamorada de mi?

"Amigo" [Milo Manheim Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora