15 - CORAZONES Y RELAMPAGOS (+18)

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...Continuando en la habitación de Alexander...

En esos momentos no eran un ser superior y una humana con increíbles habilidades, eran sólo un hombre y una mujer que se dejaban llevar por sus emociones y necesidades.

El profundo beso continuaba sin dar lugar a respirar, demostraba amor y pasión, dulzura y algo de lujuria al mismo tiempo.

Los brazos del joven la apretaban contra sí como si no quisiera que escapara, las manos de la chica sujetaban con fuerza su cuello y sus dedos se hundían en el cabello.

Trinity separó apenas sus labios y ambos dieron un profundo respiro tratando de recuperar el aliento, sonrieron sin decir nada y volvieron a besarse, pero con algo más de calma y ternura.

Las manos del chico bajaron lentamente recorriendo su espalda hasta llegar a las femeninas caderas, durante todo el tiempo que había estado en este mundo nunca había sentido algo similar y no era sólo el despertar de su cuerpo, sino también el de su corazón.

La estudiante creía que podía tocar el cielo con las manos, hasta ese momento no había estado con un hombre, pero sabía que después de esa noche nada volvería a ser igual y que ningún hombre común podía hacerla sentir de esa manera.

Para ambos era la primera vez que tendrían sexo, sin embargo, parecía ser lo más natural del mundo que sea con la persona que tenían delante.

Se arrodillaron antes de caer lentamente sobre la esponjada tela que estaba en el suelo sin dejar de besarse y sin dejar de recorrerse suavemente con las yemas de los dedos por encima de la ropa.

Ninguno de los dos estaba consciente de ello, pero la blanca aura de él se presentó y fue incrementándose, ella comenzó a emitir su aura particular, esa celeste que se mezclaba con la rojiza.

Tiny quedó debajo de él y le quitó la camiseta al joven dejando su torso descubierto, lo acarició mirándolo atentamente mientras sonreía, luego él apoyó su mano en el tobillo de ella y poco a poco, tomándose todo el tiempo del mundo sus dedos fueron subiendo por las piernas hasta llegar a su entrepierna por debajo del colorido y floreado vestido mientras que sus labios se dedicaban a bajar por su cuello hasta que su rostro se perdía en el escote.

La joven sintió un escalofrío que la recorrió pero que a la vez era placentero y largó un disimulado sollozo. Sentía como se humedecía sin embargo nada le daba vergüenza, sólo quería disfrutar.

El blanco, el celeste y el rojo inundaban el humilde lugar y los colores parecían bailar en el aire entrelazándose.

Alex sacó la prenda de ella y su ropa interior, estaba deslumbrado por el esbelto, pálido y hermoso cuerpo de la joven y la miraba detenidamente como si lo quisiera grabar en sus retinas para no olvidarlo jamás.

La lengua de él comenzó a jugar en los diminutos pechos provocando que sus pezones se endurecieran por el contacto, su masculinidad ya despierta le dolía al estar sujeta por la ropa y se desprendió sus pantalones sin dejar de ocuparse con su boca del femenino vientre para después terminar de desnudarse.

Las auras parecían comenzar a fundirse y el cabello de él lentamente se fue aclarando dejando de ser de un castaño oscuro hasta obtener un blanco pleno alargándose hasta llegarle por debajo de los hombros.

Los ojos de ella se complacían por el paisaje que estaba frente a ellos, ver el delgado y bien trabajado cuerpo masculino le daba tanto placer como todo lo demás que estaba ocurriendo.

Instintivamente recorrió con las yemas de sus dedos el pecho de él bajando por su estómago hasta llegar a su miembro y comenzó a masajearlo lentamente dándole tanto goce como el que ella estaba sintiendo.

INFIERNO CELESTIALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora