17 - SIN PRISA (+18)

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...Continuando en el departamento de Maxwell Blacker...

Sin decir nada la levantó colocando uno de sus brazos debajo de las femeninas piernas y el otro rodeando su pequeña cintura; ella se sostuvo colocando sus manos en el cuello del joven y entrelazando sus dedos.

Trinity no podía explicárselo a sí misma, mucho menos a los demás, pero su corazón estaba completamente divido entre Alex y Max, los amaba profundamente y con igual intensidad como ya había asumido, pero de formas totalmente diferentes al mismo tiempo.

No podía resistirse a ninguno de los dos y aunque eso la perturbaba por completo definitivamente estaba segura que no podía elegir.

El joven caminó lentamente hacia la habitación sin separar sus labios de los de Tiny y sosteniéndola en sus brazos estaba sintiendo algo que nunca antes le había pasado, estaba feliz de tener ese momento y nada le importaba más que estar junto a ella.

La estudiante tenía la mente perdida, su corazón acelerado y el calor de su cuerpo sólo le decían que disfrutara de lo que estaba pasando y de lo que estaba sintiendo.

La depositó suavemente en la enorme cama y se recostó a su lado, sus ojos estaban llenos de amor y su boca le demostraba ternura en cada contacto al igual que sus manos que la acariciaban con total delicadeza.

Las manos de la estudiante recorrían el musculoso torso y sus ojos parecían encenderse; él en cambio, se estaba tomando todo el tiempo necesario para disfrutar cada segundo y recorría con la yema de sus dedos la delicada piel de las femeninas piernas.

Los labios de Max bajaban por su cuello mientras sus manos se encargaban de desnudarla con suma lentitud como si prolongando ese momento el deleite fuese mucho mayor.

Era la primera vez en su larga existencia que realmente estaba comenzando a hacer el amor y no sólo una descarga sexual como millones de veces antes lo había hecho.

Nuevamente una enorme tormenta se estaba formando en el cielo que hasta ese entonces había estado a pleno sol.

La chica desabotonó la camisa del joven y se la quitó, luego sus manos comenzaron a jugar por encima del jean algo acelerada, él le tomó las manos y las besó mirándola detenidamente y sonriendo.

-No te apresures...- apenas susurró el ser inferior y volvió a besar sus labios.

En el primer instante ella se sorprendió, luego una extraña felicidad invadió su pecho, esa experiencia estaba siendo totalmente diferente y opuesta a la que había tenido la noche anterior con el otro ser, sin embargo, era igual de maravillosa.

Max la contemplaba desnuda y sonreía, recorría cada centímetro de su cuerpo con sus ojos y con sus labios, ella sólo disfrutaba del erótico momento.

La extraña aura celeste y roja de ella volvió a aparecer, pero ésta vez parecía estar calma, la negra aura de él también se hizo presente y parecía que comenzaba a danzar con la de ella.

La lengua del ser inferior se ocupó de sus pechos y sus dedos se perdieron en la entrepierna de ella.

Su vasta práctica en el sexo a través de los cientos de años que estaba viviendo con los humanos le dio la experiencia para saber qué era lo que más daba placer a una mujer, y a los hombres también puesto que no se privó de nada. Pero en ese instante sólo lo agradecía por poder darle todo el goce que fuese posible a esa chica que había logrado enloquecerlo en todas las formas posibles.

Triny se retorcía sintiendo esas extrañas sensaciones y él disfrutaba viéndola en ese estado.

Las paredes se volvieron de un rojo profundo y una neblina grisácea blancuzca inundó el lugar.

INFIERNO CELESTIALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora