Alice y Dante estaban teniendo una relación totalmente estable y tranquila, era común que la mujer se quedara a dormir en la casa del dueño del restaurante y cada día, además de encargarse de sus trabajos y de proteger a la joven, se demostraban con dulzura el inmenso amor que se tenían el uno al otro.
Tanto Maxwell como Alexander se encontraban con Trinity cada vez que podían. El ángel la hacía reír y divertirse con sus tonterías y ocurrencias; con el demonio en cambio, estaba tranquila sintiendo seguridad y calma, los dos hacían que aunque fuera por un momento, ella olvidara todos los problemas, pero ya le era imposible alejarse de ellos y mucho menos elegir a alguno porque para ese entonces ya estaba segura que tenía dos corazones y le pertenecían a cada uno de esos seres.
A pesar de ello, el enfrentarse a seres del lado opuesto en pequeñas batallas se volvió algo común para el ser inferior y el superior.
Los otros aparecían en cualquier momento y lugar con la intención de, más que derrotarlos, percibir que tan poderosos continuaban ya que se había corrido la voz que esos dos que alguna vez fueron de los más fuertes por ser puros ahora, gracias a esa terrible humana, habían perdido sus fuerzas.
A pesar de ello, ni Max ni Alex eran seriamente heridos, pero sí cada vez sus auras se debilitaban con lentitud y eso les producía a ambos un gran cansancio no sólo físico, sino también espiritual.
Triny últimamente se sentía más rara de lo usual, su estómago no soportaba la comida como antes. Los hotcakes eran su plato favorito, sin embargo, ahora le resultaban repulsivos dándole náuseas, además dormía por más tiempo y estaba especialmente susceptible a cada cosa que le decían, irritándola o haciéndola angustiarse.
Todo esto lo habían notado sus profesores, pero no querían perturbarla por lo que decidieron esperar un poco antes de tener una seria conversación.
...Una tarde en el parque cerca de la tienda de antigüedades...
Tiny estaba recostada bajo su árbol favorito y aunque sostenía un libro de la universidad, su mente viajaba hacia esos dos seres y el presentimiento que las cosas empeorarían más recordando esos sueños que continuaba teniendo cada noche, lo que se le había vuelto frustrante ya que su vida parecía continuar cada día igual.
Escuchó risas y gritos de niños lo que la hizo voltear su mirada hacia unas hamacas donde había cuatro pequeños.
Sin darse cuenta sonrió al mismo tiempo que cubrió su estómago con sus manos, entonces cerró sus ojos y dentro suyo escuchó latidos que no provenían de su corazón.
Respiró hondo y en ese instante abrió sus ojos sorprendida, lo sabía...ya no debía preocuparse sólo por ella y esos dos seres, sino también por la vida que estaba creciendo en su interior.
Se incorporó y casi corriendo se dirigió a la tienda, entró apresurada y miró a los lados, al no ver a nadie, subió las escaleras llegando al departamento.
En el living estaba la pareja viendo libros antiguos y la miraron un poco asombrados por el estado de agitación de la joven.
-Ustedes...lo sabían... ¿verdad?- le costó pronunciar mientras recuperaba el aliento.
-En realidad, sí- respondió tranquilamente el hombre -Pero era algo de lo que tú debías darte cuenta sola-
-Yo...no sé de cuál de ellos es...- murmuró dándose cuenta de la situación y sus ojos se abrieron más perdiendo la mirada en un punto del suelo.
No sabía cómo explicarlo, estaba feliz y afligida a la vez, sentía que el tener en su interior el fruto del amor era maravilloso, pero al mismo tiempo, sabía que éste embarazo causaría que las dos comunidades, tanto la superior como la inferior se sintieran más inquietas de lo que ya estaban. Si todo estaba complicado, con esta noticia todo se iría a pique más rápido aún.
ESTÁS LEYENDO
INFIERNO CELESTIAL
FantasiLos seres humanos no saben que tanto ángeles como demonios se mezclan con ellos, ocultándose para lograr lo que desean. Un ángel oscuro de gran importancia y poder tiene una misión, un ángel de la luz tan primordial como el otro debe realizar un com...