Hoy he estado hasta las cinco de la tarde en el despacho del director castigada. ¿Por qué siempre a mí? No puede ser. Odio estar castigada. Y odio aún más cuando es por culpa de Peter.
Es él el que siempre busca peleas y al final, no sé cómo ni por qué, acaba metiéndome a mí en todos sus líos. Y eso no es lo peor, lo peor es que siempre se va de rositas. Cada vez lo soporto menos...
~ ~ ~
Vuelvo a casa andando escuchando Welcome to the black parade, mi canción favorita del grupo My chemical romance. Y justo en el momento en el que abro la puerta de mi casa veo a mis padres discutiendo por lo que siempre discuten: por mi culpa.
Me quito los auriculares para escuchar lo que dicen.
—¿¡Cómo!? ¿¡Otra vez castigada!? —grita mi madre—. ¡Que sepas que te quedas una semana sin salir, señorita! —parece bastante enfadada.
—¿Una semana? No va a ser suficiente, ya lleva 4 castigos seguidos —le replica mi padre.
—Muy bien, pues que sean cuatro.
Yo bajo la mirada sin decir ni una sola palabra, la verdad, prefiero no seguir con la discusión.
Subo a mi habitación y doy un portazo. Lo primero que hago es lanzarme a mi cama con intención de no hacer nada. Pero a los pocos segundos mi móvil interrumpe el silencio.
Lo miro y es Angy, la persona a la que he considerado mi mejor amiga por unos cinco años. Descuelgo:
—¿Hola? Al habla Angy.
—¡Hola Angy!
—Me ha dicho Peter que te han vuelto a castigar, ¿es eso cierto?
—Por desgracia... —respondo junto con un suspiro.
—Joder, pues no puedes seguir así -me regaña—, ¡que a la próxima te echan del instituto!
—Ya lo sé, pero es que me saca de mis casillas.
—Bueno, que sepas que estás avisada. ¡Te veo mañana!
—Vale... Adiós Angy —me despido—. ¡Te quiero!
Cuelgo la llamada y aplasto la cara con la almohada, a ver si de esta forma se ordenan mis pensamientos.
No entiendo por qué Peter se comporta de esta forma. Siempre hemos sido los mejores amigos, pero últimamente está muy insoportable. Y no me voy a quedar de brazos cruzados viendo como se va de rositas en todas las situaciones. Pienso averiguar el por qué de su comportamiento.
~ ~ ~
Al día siguiente, estoy cogiendo mis libros de física de la taquilla cuando oigo una voz detrás de mí un tanto sarcástica.
—¿Qué pasa Mc? ¿Otra vez castigada? Le vas a dar otro disgusto a tus padres... —cierro la taquilla y me giro vagamente.
—No tiene nada de gracia Peter. Los dos sabemos que todo esto es culpa tuya —musito intentando no mirarle a la cara—. Si no me hubieras vuelto a molestar yo no tendría que ir al aula de castigados durante toda la semana.
—Lo siento... no sabía que ibas a estar tanto tiempo fuera de clase... —parece que lo dice con algo de arrepentimiento, aunque no me lo creo.
—No lo intentes Peter, ya no hay vuelta atrás y lo hecho, hecho está.
—Mc... yo... de verdad...
Miro a Peter furiosa durante unos segundos que se hacen eternos. Parece que realmente le importo, pero aún así no me puedo dejar llevar. Ya me ha traicionado demasiadas veces.
Y se que tras esas palabras no hay sentimientos verdaderos. Sé que son sólo palabras.
Suena el timbre de clase y me giro. Tengo la intención de empezar a andar cuando siento una cálida mano sobre mi hombro. Miro de reojo y veo un anillo negro en el que pone BFF, las iniciales de Best Friends Forever. Recuerdo que Peter me regaló uno igual hace 3 años. De hecho, miro mi mano y sigue ahí, nunca me lo he quitado.
Al reconocer la mano de Peter, hago un gesto de desprecio con el hombro para dejarla caer.
Cojo mi mochila del suelo y me dirijo hacia mi próxima clase, dejando atrás a Peter.
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ONLY WORDS (editing)
Teen FictionDurante estos 17 años de vida siempre he creído que todo lo que las personas dicen son tan solo palabras sin importancia. Palabras sin sentido ni argumento. Palabras que se dirigen directas a la boca sin recorrer mente y alma antes. Pero la vida me...