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Suena la campana de clase y todo el mundo recoge rápida y ruidosamente dejando a Mr. Brown con la palabra en la boca. Puedo notar en su mirada cansada que no ha tenido muy buena semana.

La verdad, no entiendo por qué tanta emoción. Se que es viernes pero... ¿Y qué? ¿Para volver el lunes? Prefiero tomármelo con calma.

Mientras recojo mis cosas a mi mente le da por nublarse de pensamientos, como hace siempre, y cuando alzo la mirada quedo impresionada al ver que toda la clase se ha marchado ya.

Salgo de la clase acomodándome la mochila, cierro la puerta y al girarme ahí está Angy. Apoyada en su taquilla, la cual está entre la mía y la de Peter. Elegimos el sitio de las taquillas cuando llegamos al instituto en primer curso.

Tengo que recoger mis cosas así que decido abrir mi taquilla. Estoy a punto de soltar un Hola por mi boca, pero ella habla primero.

—No se te ocurra volver a hablarme —la noto algo enfadada.

—¿Yo...? —pregunto confusa, aunque no haya nadie más en el pasillo.

—Sí, tú —contesta secamente mirando a las taquillas que hay frente a ella.

Giro la cabeza intentando pensar en algún motivo razonable, pero sigo sin entender nada.

—Creí que eras mi mejor amiga. Pero claro, aquí no se puede confiar en nadie—noto como sus ojos se inundan en silencio.

—Pero Angy, ¿me puedes explicar por qué estás así? —digo apartándome de mi taquilla y acercándome a ella.

Ella se levanta y empieza e intenta alzar la voz, aunque se le rompe.

—¿Cómo que por qué estoy así? Pues por tí. Por tí y por Peter —sus húmedas mejillas empiezan a sonrojarse casa vez más.

Justo en el momento en el que nombra a Peter, empiezo a creer que él es el causante de toda esta supuesta confusión.

—¿Peter y yo?

—Peter me ha dicho que estábais saliendo en secreto desde hace un mes. Y no me lo has dicho. A mí, a tu mejor amiga —hace un gesto de comillas con los dedos—, esa que estaba coladita por Peter desde primero y que lo sigue estando. Y lo único que tenía vas y me lo arrebatas.

—¿Cómo que lo único que tenías? —intento aclarar— ¿Y yo qué, no soy parte de tu vida?

—Eso creí —dice con las mejillas llenas de lágrimas—. Y creí mal.

Intento explicarle que todo era una mentira, pero Angy se marcha dejándome con las palabras en la boca. Siento como las palabras se clavan como un puñal en mi pecho. No puedo soportarlo más. Mi supuesto mejor amigo inventando historias, y mi mejor amiga enfadada conmigo.

Genial.

~ ~ ~

Camino furiosa hacia casa con mi mochila a cuestas. Antes de doblar la esquina de mi calle me desvío. Voy camino a casa de Peter. Se va a enterar de quién soy yo. No me voy a quedar de brazos cruzados.

Llego a mi destino y golpeo impetuosamente la puerta dejándome en ella los nudillos. Cuando ponga un timbre montaré una fiesta para celebrarlo.

Se abre la pesada puerta lentamente y aparece la figura de una bella señora algo canosa de ojos azules. Los mismos ojos que los de Peter. Por si no ha quedado claro, es su madre.

—¡Hola! —intento decir lo más simpática posible.

—¡Hola McKenzie! ¡Huy, pero mira que alta estás! Has crecido mucho desde la última vez que te ví...

ONLY WORDS (editing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora