🍁Capítulo 16🍁

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Observaba aquel chat con insistencia, nervioso e indeciso entre mandar un mensaje o dejar que siguiera en silencio como llevaba días siéndolo. Quería mandar mensajes como solía hacerlo, de forma estúpida deseaba un mordaz comentario e incluso un insulto como respuesta, odiaba no tener la misma confianza.



Chat:

Bollito (en línea.)

Bollito escribiendo...

Bollito: Sal del chat si no tienes los huevos para mandar el mensaje.

Bollito: Tienes media hora escribiendo y borrando.


Diablos, estaba siendo tan patético.

Tu: Lo siento.

✔✔ 

Bollito: ¿Por qué específicamente?

Tu: Por ser un idiota(?

Tu: No lo sé, Minseok

✔✔ 

Bollito: Vaya, eso es nuevo.

Bollito: Llegué a creer seriamente que no sabías mi nombre.

Bollito: Estaba cansado del bollito.

Tu: ¿Cómo prefieres que te diga?

✔✔ 

Bollito: Prefiero que no me digas de ninguna forma, pero ya que insistes en hablarme.

Bollito: Conoces mi nombre.

Tu: Minseok

✔✔ 

Minseok: ;)

Minseok: Que tengas un buen día, Sehun.


El joven de oscuras hebras dejó caer su celular a su lado, suspirando fuerte y mirando el techo de su habitación. Abatido sin saber por qué.

No entendía al muchacho tras aquella conversación, era tan cerrado y tan esquivo que era realmente difícil llegar a el, parecía tan lejano e inalcanzable. Comenzaba a pensar que no había ningún lugar en la vida de aquel que el pudiera ocupar.

Era un extraño, tan insignificante como una roca o un tope en el camino y tenía la sensación de que sería así durante mucho tiempo o quizás para siempre.

Se rió al pensar que esa había sido la conversación más tranquila y recíproca entre ellos. Ellos de verdad no tenían un futuro cercano.

Si se ponía a pensar, Sehun no puede recordar con claridad el momento en el que Minseok comenzó a llenar sus pensamientos.

Recordaba aquel primer día de clases del segundo año, cuando la escuela obligaba a los grados mayores a darles la bienvenida a los de primero. Se recuerda a si mismo parado en la entrada del plantel, sonriendo y dando la bienvenida, por obligación más que nada. Eran cientos los nuevos rostros, poco se mostraban tranquilos y con sincera felicidad, pero la mayoría parecían cachorros perdidos, expectantes a una nueva etapa que era la misma mierda que la anterior. Sin embargo, entre el bulto de alumnos perdidos, había un par de ojos brillantes y casi tan grandes como los de su amigo Kyungsoo, que sobresalían sobre los demás.

Estable. (ChanSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora