Lo que pudo ser... Parte 2

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Ven, acércate más

que eres mi oportunidad

de tocar al tigre

y citar a Baudalaire.

Al menos, ese era el poema que tocaba para la parte 4.

Creo que un final feliz no puede ser definido absolutamente, quiero decir, depende del contexto.

En Habladurías de un gato persa no se supone que hay un final feliz, no lo fue en ninguna de las dos versiones que escribí, que aunque en modo y un poco en esencia variaron, sostenían los mismos puntos "que el final de algo es el comienzo de otra historia y del mismo modo es necesario que eso ocurra". Necesitamos que nuestros hermanos mayores continúen con su vida fuera de casa para que podamos comenzar una nueva forma de ver y afrontar la vida. Cuando la relación de nuestros padres no les da para más, está bien aceptar que haya un divorcio y si al llegar el fin de tus vacaciones de verano te irás a otra ciudad, está bien.

Pero eso no es un final feliz.

De todos modos, yo no creo en eso.

El último arco, el de conclusión, pretendía regresarnos a Bosco, el personaje más importante (o al menos debería serlo) de la historia. Puesto que nuestra estancia en esta saga de 2 volúmenes, consta del tiempo que él permanezca en la ciudad. Durante el tiempo que tuve mis clases en línea durante la pandemia, se me ocurrían varios escenarios en que pudiésemos ver a Bosco otra vuelta, quizá viviendo su nueva vida o encontrarnos con estos personajes que dejaremos pronto al acabar esta parte, existiendo con la ausencia cotidiana de Bosco. Pero ese no es el chiste.

Nunca supe por qué escribía Las últimas ocurrencias de un gato persa, digo, el volumen 1: Habladurías de un gato persa, lo escribí en parte porque pensé que mis amigos merecían leer algo que estuviese más cerca de ellos (dudo haberlo conseguido), pero ahí estaba y pronto se convirtió en mi forma de afrontar MI CRISIS existencial. Pero para este volumen 2 creí que solo tenía ese capricho de escribir. No era el cuento de Babel que escribí para un concurso de la escuela y quería hablar de la falta de entendimiento entre la gente, ni una de mis historias de terror que actualmente no están en la plataforma (de hecho están perdidas porque estúpidamente las borré), tampoco era un cuento de Navidad que reflejaba el lado desolador de la fiesta... ¿Qué era?

Empecé con esto más o menos en enero del 2020 y estamos hoy, escribiendo la parte uno y dos, en la transición del 21 al 22 de mayo del 2021. Por cierto, justo ocurrió hace menos de 24 h el 21,21,21,21,21 (segundos, horas, día, año, siglo), quiero hacer de esto algo significativo. Ha transcurrido un año y a menos que consiga llegar a la última frase de esta obra -que aseguro no será un vivieron felices para siempre-, esto aún no ha terminado. Y me pregunto si lograré hacerlo en verdad, tengo ganas de hacerlo... Es solo que la pandemia y el mundo puede apoderarse de tu ánimo y decisiones. ¿Ahora soy una especie de Marcel? Oh, no...

Desconocía mis motivos para escribir un volumen 2, pero rápidamente obtuve la causa únicamente permitiéndole a mi teclado dirigirme... Capitulo 1 "Bosco se va a mudar". ¿¿¿Queeé?? ¿Acaso yo me iba a mudar y no lo sabía? Je, je, no exactamente. Me iba a cambiar de escuela, ya estaba en una de alto rendimiento, en varios sentidos, tenía los mejores amigos y calificaciones geniales, pero por eso mismo de mis calificaciones era capaz de irme a una escuela que me diese más para cumplir mis sueños. Aquí vemos una loca mezcla de Bosco, Damián y Sarabi entrar en acción). Pero era yo quien elegía irme, extrañando a su vez a mis compañeros. Tenía una fecha límite para acabarlo todo: mi último día de clases de secundaria/el último día de vacaciones de verano.

Estaba ahí.

Ambos resultaban en irse de tu vida pasada, porque después de todo sí tuve que mudarme y encontrar nuevos amigos.

Las últimas ocurrencias de un gato persaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora