8. Ricitos de noche y los tres osos

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De ningún modo el instinto de un gato dependerá de alguna clase en la academia; es tan solo uno de esas billones de temas que nunca te enseñarán en clase.


Su instinto es invaluable a diferencia del de un bebé humano. Quiero decir, si el gato tiene frío o hambre, hará algo para solucionarlo y no será quedarse llorando. Si tiene frío, va con sus hermanos para manenerse seguro y cálido; has visto que tienen garras-no me digas que no-, entonces tu gato casará todas las ratas sucias que desee (lamentable que no sepa cómo matarla, única desventaja de no tener un gato mayor que te enseñe a matar).

A menos que sea un gato totalmente inútil, nunca se perderá para siempre si está lejos de ti; buscará su hogar cueste lo que cueste; lo encontrará, no es cuestión de vista o estar en un sitio desconocido; es más como un "no sé qué" que no entendería un humano como tú.

1. Crímen en el hogar

Estaban rodeados desde los talones a la cabeza, exlcuidos del estridente mal que sobrevolaba la superficie y con arena metiéndose hasta en sus narices. La arena que contenía el gigantesco reloj de arena los había capturado contra el suelo. Sarabi se sacudía con puñetazos dirigidos a toda la arena que la sometía, pero solo consiguió que ésta entrara en su gabardina escarlata, se enredaba en su cabello para acumularse en sus oídos y dejarla sorda. Por más que luchara, la arena regresaba a su naríz para atragantar sus plumones hasta llenarlos al tope, secar su boca y dejarla exhausta. Una vez aceptado su destino, una fuerte aleta muy fría se adentró por ella y la haló entre escombros y arena; casi pierde una bota al haberse llenado de arena hasta los huesos.

En la superficie una ráfaga sopló contra sus cabellos, tirando la arena al gran cúmulo que se había formado al caer del reloj-éste seguía enorme, con una gran apertura en el lugar donde Sarabi lo había estrellado, ahora se había vaciado-. La luna volvió al cielo y todos los lunáticos y licántropos merodeaban en rededor del cúmulo de arena como si ella fuera su próxima presa.

-¡Salmet se va a enojar un chingo! Acabo de quebrar su reloj-protestó Sarabi a su amiga tortuga... Un momento. Hace un sueño esta era una tortuga terrestre ¿Por qué ahora era una tortuga marina?¿Por qué ahora le sujetaba la mano con su aleta azúl con forma de bastón?¿Cómo la había sacado?¿¡Por qué la tortuga tenía ahora la forma de un paraguas!?

Los licántropos son aquellos seres lunáticos, que una vez la luna abunda en el lugar, estos se transforman en todo tipo de seres animales: usualmente antropomorfos. Todos agonizaban en el suelo durante el tiempo en que Sarabi se había levantado, estos no dejaron de temblar y pelechar enormes cantidades de pelaje sobre el suelo;contemplaban a la parejita de detectives pagados por A. Salmet.

La luna les cubría en su mayor esplendor. Mientras tanto, la tortuga protegía, con su figura de paraguas, a Sarabi. Se avecinó una tormenta, y en el mismo tiempo que te tardes en dar un chasquido, esta dio azotones contra todos; inundó el reloj hasta donde se podía; pero el agua reclamaba su destino hasta la arena que pisaba Sarabi, enlodándola y hundiendola una vez más; la pequeña tortuga se opuso y con la noble ayuda del temible viento; volaron lejos de allí antes de que el trueno azotara en ese mismo sitio.

-¡Demonios! ¡Ahora eres altamente conductora!-exclamó Sarabi, viendo cómo eran arrastradas en lo cielos en el pleno momento en que un grupo de cinco licántropos fueron chamuscados por el trueno.

-Te dije que era una pésima idea...-acusó la tortuga paraguas-. Quebrar el reloj de Augusto Salmet y liberar a todos esos lunáticos, Salamanca.

Las últimas ocurrencias de un gato persaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora