Capítulo 15

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Sheila

Hoy era una noche de celebración, tal parece que Gael ganó el caso que tenía y ¿cómo no lo iba a ganar? Es el mejor abogado de todo Londres por lo que me ha dicho don Alfredo. Pensé que al llegar a la casa Relish iba a encontrar pocas personas, pero me terminé equivocando. Había demasiada gente, desde amigos de los señores hasta familiares.

No estaba en mis planes venir y don Alfredo no estaba en condiciones tampoco, pero esta vez sus nietas lograron convencerme. Claro, no estuvimos justamente a la hora dicha. Paola se encargó de informarme sobre la llegada de su primo, aunque se suponía que íbamos a llegar después; al final decidí en estar unos minutos antes.

Las chicas tenían razón en que Gael le encantaría ver a su abuelo celebrar junto con él en la fiesta, además don Alfredo -a pesar de su condición- tenía tantas ganas de estar presente para confirmar algo. No entendí exactamente qué, pero cuando lo mencionó se le notaba bastante serio.

El salón estaba decorado de una linda manera, las mesas eran cubiertas por manteles blancos que combinaban con las paredes. La música clásica nos acompañaba en la celebración, las personas volvieron a sus lugares luego de la llegada de Gael. La señora Relish se la pasa presumiendo a su hijo, se le nota feliz, emocionada, pero a su hijo no.

Todo iba bien hasta que ella dijo que tenía una sorpresa y por un momento sonreí leve, pero borré mi sonrisa al notar que Gael no parecía emocionado por el misterio de su madre. Me mantuve de pie ya que estaba a punto de ir afuera para buscar algo que dejé en mi auto.

El salón se inundó en silencio, algunos murmuraban tan bajo sin entender nada. Miré a don Alfredo que soltó un suspiro y bajó la mirada sin decir alguna palabra.

― Hijo, mira hacia la puerta ― Le dijo su madre

No solo él voltea a ver, sino todos nosotros también. La gente se queda aún más confundida cuando una mujer rubia, alta, de ojos azules, entra con una sonrisa. Me sostengo de la silla de don Alfredo cuando escucho un pequeño grito y risa de emoción.

― ¡Papi! ¡Papi! ― Una niña de al menos tres años corre hacia Gael

― Damas y caballeros ― Volvemos a ver a aquella mujer ―. Les presento a Victoria Relish, la esposa de mi guapo hijo, y a su niña, Ariana.

Me falta el aire. Cierro mis ojos retrocediendo, temblando, sintiendo algo en mí quebrarse. Al abrir mis ojos de nuevo Gael ya tiene a la niña en sus brazos, besa sus mejillas mientras ella lo abraza, y su esposa se posiciona a su lado, tomando su brazo y besando su mejilla con... amor.

Con esto puedo confirmar que, si se volvió más idiota que antes. También confirmo lo que dijo Fany un día: Dereck es mil veces mejor que Gael. Porque lo único que sabe hacer él es engañar, destrozar, hacerme sentir tan mal.

Si no me había arrepentido antes de nuestro error, ahora sí me arrepiento de haber llegado tan lejos. Es que... Dios, ni siquiera debió de suceder.

― Hasta que se dignan a presentarla ― Murmura don Alfredo

― Se preguntarán el por qué nadie sabía de esto. Respetamos la decisión de mi hijo de no hacer pública su vida personal, porque sabíamos que los reporteros iban a estar encima de ellos, ya que Victoria viene de una excelente y reconocida familia ― Sonríe ―. En fin. Espero que te haya gustado la sorpresa, mi niño. ¡Sigamos con la celebración!

Todos siguen como si nada, no puedo apartar la mirada en la pareja que protagoniza esta estupidez. Me molesto conmigo misma, pero no es como si fuese yo la principal culpable del error que cometidos... o tal vez sí.

InmarcesibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora