Sheila
Gracias a Dios don Alfredo se encuentra estable. Se quedará hospitalizado hasta mañana y depende de cómo se encuentre; volverá a casa sin ningún problema. Su familia sintió un gran alivio cuando les informaron sobre la novedad y -cómo la vez pasada- no quisieron volver a casa.
Gael había llamado a su padre y tíos para darle la noticia, sus primas al enterarse no tardaron en llegar al hospital al igual que su padre y una de sus tías. Todos estaban en la sala de espera, se les notaba algo cansados, pero ninguno se movió.
Por otro lado, Dereck se había marchado minutos después de dejarme al frente del hospital. Quiso hacerme compañía, pero me opuse y le dije que se fuera a casa, que cualquier cosa yo lo llamaría.
― Con su permiso, iré a ver al paciente ― Murmuro
Estaba en la sala de espera ya que Paola me pidió que habláramos sobre lo sucedido, estaba tan confundida -al igual que su prima- con lo que le había contado Gael.
― ¿Ahora sí estará usted pendiente de él? ― La voz de Nicole Relish detiene mis pasos ―. ¿Por qué mejor no se va para su casa y lo deja en manos de cualquiera? Si lo hizo una vez, nada le impide hacerlo de nuevo.
― Este no es un buen lugar para los reclamos, madre ― Murmura Gael ―. Luego hablaremos de eso.
― No ― Lo mira ―. El contrato fue claro, Gael. Ella tenía que estar las veinticuatro horas con tu abuelo y no lo hizo.
― ¿Cómo que no? ― Pregunta el padre de Gael
Paola, Violeta y su padre posan sus miradas en la se señora Relish esperando a que le responda a su marido.
― La señorita aquí presente se le ocurrió irse con no sé quién y no le importó el estado de tu padre, amor ― Se cruza de brazos ―. Según tenía permiso, pero aun así ella no debió irse cuando sabe perfectamente cual era su responsabilidad.
― Acepto mi error, señora ― Me acerco a ella ―. Pero, si no lo recuerda; don Alfredo tuvo otro paro, y para que eso sucediera usted o su hijo debieron darle alguna noticia tan grave para que se pusiera mal porque antes de retirarme él ya había tomado su medicamento y había descansado como debía ― Frunce el ceño, enojada
― El abuelo le dijo que saliera, yo estuve presente cuando se lo ordenó. Además, yo accedí porque necesitaba estar a solas con él para hablar un asunto pendiente ― Miro a Gael. No puedo creer que por un momento esté de mi lado y mienta porque él no estaba de acuerdo ―. Así que fin del tema
― Es preferible que cambien a esta... ― Me mira de pies a cabeza ― enfermera por otra.
― Nicole, deberías calmarte ― Dice la madre de Violeta ―. No te hagas la preocupada cuando bien sabemos que nunca te ha importado lo que le suceda a mi padre. Sheila seguirá siendo su enfermera y si debo luchar para que se quede con su puesto, lo haré.
― Y tú nunca has estado para él, Roxana. Así que no cuentas
― Por favor, cálmense ― Hablo, cansada de escuchar a la señora Relish ―. Hablen en otro lugar si así lo desean, pero compórtense aquí adentro. Permiso
Me dirijo hacia la habitación donde está don Alfredo, al llegar a una de mis compañeras sale de ahí. La saludo, le pregunto cómo continua el paciente y me informa que todo sigue con normalidad, que ahora se encuentra descansando. Así que decido no entrar y me voy junto con ella para distraer mi mente al ayudar mientras estoy aquí.
Aunque lo logro, no puedo evitar sentirme algo preocupada por lo que pueda pasar conmigo. No sé si la señora Relish podrá lograr que me quiten mi cargo y elijan a alguien más, puede que sus sobrinas intercedan al igual que su cuñada, pero... eso no me asegura nada ya que al final; el señor Arthur es el que decidirá qué es lo mejor para su padre junto con su hijo.
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Inmarcesible
RomanceSinopsis Ella sabía que amarlo le traería consecuencias, pero aún así se arriesgó porque lo amaba. Él tenía claro que sentía más que una atracción y, aún sabiendo que podía llegar a lastimarla, decidió volverla suya hasta la eternidad. Después de...