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Desde el día que hyukjae se propuso conquistar a su asistente había sido más que espléndido, regalándole dulces, llevándole de comer y sobre todo dándole aún más cumplidos si así se podía llamar a las guarras palabras que salían de su boca

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Desde el día que hyukjae se propuso conquistar a su asistente había sido más que espléndido, regalándole dulces, llevándole de comer y sobre todo dándole aún más cumplidos si así se podía llamar a las guarras palabras que salían de su boca. Claro, sin olvidar que ahora tenía el privilegio de besar a donghae, así que cada que podía lo hacía.

Quería que el castaño se volviera amante de sus besos y sus labios, así como él lo era con los de el castaño.

—Hae, ¿Eres panadero?

—No hyuk, soy tu manager y asistente personal no se por que preguntas eso sí es más que ob...

—O por qué tienes esos bollos tan apetecibles—dejo una nalgada en ese gran trasero.

—¡Hyukjae!—grito sonrojado.—¡No seas guarro!

Donghae comenzó a perseguirlo por toda la cosa con el rostro totalmente sonrojado.

—Amor de mi vida, el homicidio no es la solución. ¡Di no a la violencia a las anchoas!

—Lee hyukjae ven aquí en estos momentos.

Hyukjae se mantenía oculto dentro de su ropero. Oyó los pasos de donghae alrededor de su habitación buscando el lugar de origen de dónde provenía su voz.

—¿Dónde estás?

—En tu corazón, mi amor.

—¡Hyukjae!

—Dime, amor mío.

—¡Ya se dónde estás!

Abrió de un jalón el ropero provocando que el mueble se moviera e hiciera que las cosas— incluido él—cayeran sobre el castaño.

—Hyuk—susurro al tener sus rostros cerca.

La nariz de donghae tocaba la suya, sus respiraciones se mezclaban golpeando el rostro ajeno y sus labios estaban a solo centímetros de unirse.

—Hae.

Apoyado con una mano en el suelo para no poner todo su peso en el cuerpo de donghae, lo observaba tan hermoso y tierno como solo el castaño era.

Chupó por inercia su labio, algo que llamo la atención del chico bajo él y siguió el camino de su lengua hasta imitar su acción y remojar sus labios, un espectáculo que por supuesto no se perdió.

—Deberiamos besarnos para romper la tensión, digo—murmuro aún mirando los labios ajenos.

Aquella frase rompió el hechizo, haciendo que donghae regresará a la normalidad y frunciera el ceño al notarse atrapado entre el piso y su cuerpo.

—¡Hyukjae, quítate de encima!

—Primero dame un beso.

—¡Que te quite de encima!

—Mi beso.

Su dulce rostro se sonrojo hasta las orejas.

—Mirandote de cerca puedo decir que eres mucho más hermoso.

—Hyuk.

—Con esos ojazos marrones, esa naricita pequeña, con esas esponjosas mejillas sonrojadas, y que decir de esos apetecibles labios delgados.

—Hyuk—susurro.

—No hay nadie más hermoso en el mundo que tú Lee donghae.

El castaño trago grueso, avergonzado por sus palabras.

—Y de verdad estoy loco de amor por ti.

Sin más, junto su boca con la castaña. Deleitándose de el dulce néctar que la boca de donghae le ofrecía.

No paso mucho tiempo antes de que donghae lo empujara por los hombros.

—Basta hyukjae, deja de jugar y quítate de encima.

—Te adoro tanto, amor de mi vida.

—Hyukjae basta.

—Te quiero desde hace mucho.

—Hyukjae, por favor.

—Y estoy completamente enamorado de ti.

El hombre bajo a él comenzó a sollozar, algo que no entendió. ¿Acaso esa su respuesta a su declaración? ¿Esa era su forma de ser rechazado?

Muchas veces se pregunto porque donghae nunca le daba respuesta a sus declaraciones, ¿Acaso su silencio era su respuesta? ¿Era por eso que donghae nunca le respondía, por qué era un completó no?

—Deja de jugar conmigo hyukjae, es doloroso. No soy un juguete para tu uso, por favor detente.

—No es juego donghae, de verdad me gustas.

—Basta, detente por favor.

—Si tan solo me escucharás.

Donghae de inmediato se remueve bajo él, empujándolo para quitarlo de encima, una vez lo logra se levanta con rapidez.

—Basta, siempre me lo repites como si no te bastará con molestarme. ¿Por qué? ¿Por qué te esfuerzas en molestarme y jugar conmigo, con mis sentimientos y emociones?

—Hae, yo nunca e jugado ni te e mentido.

—¡Mentira! Tú sabes del amor que siento por ti y has decidido burlarte de mi haciéndome estás feas bromas, basta por favor, detente. Duele mucho, me lástimas.

—Hae—intento acercarse al chico, mas este retrocedió varios pasos atrás.

—No te acerques.

Cerró los ojos intentando contener la frustración que sentía al saber que el castaño no lo escucharía sin importar cuánto se lo pidiera. Para cuando abrió los ojos, donghae ya no estaba en la habitación y solo se encontraba el solo en ella.

Maldita sea, ¿Por qué lee donghae era un terco y no aceptaba que lo quería?

Mi asistente, ¡Me quiere Matar! | EunhaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora