Lee hyukjae es un famoso Idol coreano, quien a sus 27 años es reconocido nacional así como internacionalmente.
Lee Donghae es un asistente así como guardaespaldas de reconocido Idol, con quién a trabajado casi una década con él, desde que debuto.
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Después de salir de la empresa, donghae lo llevó a recoger la ropa que se salvó del desastre. Al asegurarse que tenía la suficiente para sobrevivir una temporada fuera de su hogar, tomaron rumbo al hogar de donghae, durante todo el trayecto, el castaño no le dio ni una sola mirada a un emocionado hyukjae.
Viviría con su crush.
Tardaron casi treinta minutos desde el centro de Seúl, hasta el hogar del castaño. Al momento que aparco frente a una pequeña casa color azul, el ya no podía contener su boca y no soltar sus típicos comentarios.
—¿Que te parece si vamos calentando? Digo, para que sea más fácil una vez lleguemos a la cama—hyukjae sonrió ladino comenzando a desabotonar su pantalón.
Donghae no daba crédito a las descaradas acciones del chico frente a él. ¿Nunca se cansaba de molestarlo?. Se bajó del auto, ignorando los gritos de hyukjae, quien le decía que debían iniciar con los besos, entrando a su casa dio un respiro profundo, necesitaría de toda su paciencia para no matar a su protegido. Una vez se aseguró que hyukjae estaba dentro de la casa, le hizo sentarse en el sillón para enumerarle las normas de su hogar.
—Escucha hyukjae.
—Te escucho amor de mi vida.
—*No se cómo vivas en tu departamento, y ni me interesa saber, pero te advierto que en mi casa hay normas que se deben de seguir, y una de ellas será el respeto al otro y en especial el respeto a mi hogar, lo que quiere decir que no traerás a ninguna de tus conquistas a mi hogar, ¡O te castro las bolas! ¿Entendiste?. Además, de que en mi casa no viven inservibles, cada uno ayudará con los deberes del hogar, así como se hará responsable de sí mismo.
Hyukjae suspiro, sin oír una palabra, estaba perdido en los delgados y rozados labios de su asistente.
¿Porque este hombre era tan perfecto?
—¿Entendiste hyukjae?
—¿Qué? Lo siento, me perdí en tu mirada guapo.
—¡Joder hyukjae! Por una maldita vez, se maduro y escucha lo que te digo.
—Esta bien, está bien, prometo comportarme.
—¡Eso implica no intentar meterme mano con cada oportunidad que tengas!
El joven chico hizo un puchero, alejando su curiosa mano de los músculosos brazos del hombre frente a él.
—Tú quieres que muera, ¿No es verdad?.
—Afirmativo.
—¡Eres tan cruel conmigo!—Se quejo hyukjae—Si yo soy una ternura de persona, tan inocente y dulce.
—Ni tú te la crees, hyukjae.
—Como sea, ¿Ya nos vamos a dormir, precioso?—bostezó el menor.
