Congelado, inmóvil y sin comprender del todo, así se quedó hyukjae después de tan extraña escena el día anterior. Desde entonces donghae estaba encerrado en su habitación, saliendo solo por alimentos e ir al baño.
Se dirigió a la cocina por un vaso de agua. Grata fue su sorpresa de encontrar al castaño sentado bebiendo un poco de jugo de naranja.
En cuanto notó su presencia se levantó con la intención de huir de ahí, con el entrecejo fruncido, los labios en mohin y las mejillas sonrojadas, no parecía molesto, sino más bien avergonzado.—Hey.
Saludo a donghae, intentando borrar la incomodidad entre los dos.
—Donghae...
—Calla.
Lo ignoró bebiendo de su jugo para después servirse un poco de agua.
"—Calla boca, este no es el momento para hablar—se dijo internamente"
—Quisiera ser agua para que me tomarás en serio Hae.
Se dio un golpe mental por echar a perder la seriedad del momento. El castaño casi escupió el agua, limpiándose las comisuras de la boca, comenzó a reír a carcajadas. Su sombrío rostro, cambio a uno radiante después de esas palabras.
—Eres un imbécil, ¿Lo sabías?
Jadeó, fingiendose herido.
—Me dueles.
Donghae esbozo una ligera sonrisa tímida, sus tiernas mejillas se sonrojaron logrando que su corazón acelerará a más no poder.
—¿Y que piensas?—preguntó donghae cauteloso.
—¿De qué o qué?.
—Pues de ya sabes... mi declaración.—jugó con sus pequeños dedos.
—¿Cuál confesión? ¿De que hablas Hae?
Ahora el confundido fue donghae, lo miro como si tuviera una tercer cabeza en lugar de una.
—Ayer yo... Uh... Bueno, olvídalo no es importante.
La dulce sonrisa de donghae se borró de su precioso rostro, la amargura apareció en él. Sin darle tiempo de detenerlo salió con prisa hasta encerrarse nuevamente en su habitación con un portazo que retumbó en las ventanas.
Decidió no seguirlo, debía primero hacer memoria de lo que sea que hablara el amor de su vida. No podía ser cierto eso de que se le declaró, ¿O si?.
Él no se considera una persona distraída u olvidadiza, pero en esos momentos de verdad de estaba cuestionando sobre su percepción.
Fue entonces que lo recordó.
En medio de los gritos, el llanto de donghae y sus reclamos este le confesó que lo amaba y por eso no le creía que fuera verdad sus confesiones de amor que le decía cada que salía la oportunidad. ¿Cómo pudo olvidarlo? Llevaba años esperando por escucharlo decir que lo amaba, y cuando lo hacía, lo olvidaba.
Así o más enamorado.
Corrió lo más veloz que sus piernas le permitieron llegando hasta la puerta de la habitación de donghae, la tocó tantas veces que perdió la cuenta.
—¡Lo he recordado Hae!
—Olvidalo, no es muy importante de todas formas—su voz sonó decaída.
Intentó abrir la puerta, pero el pomo no giraba.
—Donghae por favor abre la puerta, tengo algo muy importante que decirte.
—No tengo ánimos para discutir contigo hoy, hyukjae así que déjame.
—Por favor, abre. Será solo un momento, serán solo dos palabras.
Silencio.
Donghae dejo de responder a sus llamados, por más que lo llamó este no respondió. Estuvo a punto de darse por vencido, sino hubiera sido por su determinación y los casi inaudibles pasos del castaño yendo hasta la puerta.
—Se breve.
Ni siquiera lo miró, su vista era ocupada por el interesante suelo a sus pies.
Tomó aire, era ahora o nunca. Debía de ser lo más sincero posible, solo así lograría que donghae se diera cuenta que sus sentimientos eran sinceros y que nunca le mintió, como este pensaba.
—Yo.... Donghae... mírame por favor.
Inseguro, levantó su rostro hasta que sus miradas conectaron.
—Te amo.
No esperaba que la oración saliera tan fácil de él, de una manera tan fluida y normal que parecía que no era la primera vez que se lo decía.
—Me gustas.
La palabra sonaba muy desgastada, más para él fue como miel deslizándose de sus labios.
—Nunca he mentido, todas las veces que te he dicho que me gustas son verdaderas, en ningún momento bromee o intenté jugar contigo, siempre he sido sincero con mis sentimientos hacia ti Hae.
El rostro antes apagado, tomó color y brillo en su rostro.
La sonrisa más preciosa que alguna vez haya visto, adorno el bonito rostro del castaño, provocando un sonrojo hasta las orejas en hyukjae.
Estaba tan precioso.
—N-no pienses en voz alta, tonto.
—Ni el mismo sol se compará con tu esplendor al sonreír.
—N-no empieces.
—Quisiera ser tu ropa para estar pegado a ti todo el día.
—¡Hyukjae!
Donghae se escondió en su pecho, pegando su rostro a su cuello. Se acercó a su oído para susurrar:
—Ojalá fuera pirata, para explorar tu cuerpo.
El cuerpo de donghae tembló, un pequeño alarido salió de sus labios.
—Recorrer tus curvas y poder beber de tu elixir.
—C-callate.
—
Lo demás lo dejo a la imaginación.
Bien, este es el final de la historia. Como dije anteriormente, no peleaba que fuera mega larga o con una drama, simplemente comedia.
Subire el epílogo en veinte minutos.
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Mi asistente, ¡Me quiere Matar! | Eunhae
Hayran KurguLee hyukjae es un famoso Idol coreano, quien a sus 27 años es reconocido nacional así como internacionalmente. Lee Donghae es un asistente así como guardaespaldas de reconocido Idol, con quién a trabajado casi una década con él, desde que debuto. P...