44. Ella es mía.

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-Vamos, mi vida. Escríbeme, llámame ¿acaso no me extrañas?- Jimin susurraba en súplica mirando la pantalla de su teléfono- sé que fui muy duro contigo, lo siento. No quise decir esas cosas- terminó por murmurar- te amo, bebé.

Pero ningún indicio de Halo llegó a sonar en el móvil de Jimin.

Y es que Halo al estar en otro país su número privado de teléfono celular debía ser cambiado, el que tenía en Corea no era útil en Los Ángeles por lo que Jimin no podía ponerse en contacto con ella por su propia cuenta. Pensó en enviar correos pero Halo no poseía ninguna red social particular sin ser manejada por la agencia o cuenta de e-mail personal dado a que Nina se encargaba de ello; debido a todo eso Jimin se sentía atados de manos y más desesperante era saber que JK podría tener algún tipo de acceso.

Los únicos que poseían el nuevo número de ella en Bit Hit eran P.D. y J. Seph pero Jimin sabía de sobra que ellos no se lo darían. A la agencia no le gustaba que sus artistas tuvieran algún tipo de distracción sobre todo cuando se encontraban el algún proyecto importante.

Él debía esperar pacientemente a que Halo fuese la que lo buscara primero... o a Yoongi.

Entonces Jungkook viajó a Los Ángeles y fue ahí donde se reencontró con Suni y con Halo. En donde le advirtió a ella sobre las cosas que sucederían si iba sola a la reunión de la disquera...

Halo, luego de su reunión con el ceo de Hybe Labels regresó a su departamento de un pésimo humor. Sacó de su cartera la tarjeta que usaba como llave y la deslizó por el sensor de la cerradura de la puerta.

Estaba muy molesta que se desquitaría con la primera persona que vio en su sala al entrar.

-¡¿Jungkook, qué haces aquí?!- gritó haciendo que él se sobresalte en el sofá volteando a verla de inmediato con los ojos abiertos por la sorpresa.

-Te dije que...- trató de responder él.

-¡Yo dije a ti que te concentres en Suni y que a mí me dejes en paz!

-Te dije que vendría a ver a Suni para llevarla a la zona de juegos. La estoy esperando- habló con calma.

Halo se quedó callada, lo vio unos segundos y se fue a saludar a Suni y luego a su habitación. Jungkook la siguió hasta estar dentro los dos.

-La habitación de Suni es la de a lado- habló fríamente.

-¿Qué ha pasado?- La conocía lo suficiente como para saber por su caracter que algo no había salido bien en esa junta.

-Nada, sal de mi recamara- pidió señalando la puerta con la mano.

Jungkook no se movió de su sitio, no tenía intenciones de salir de ahí. Estaba seguro de que Halo no estaba bien y quería estar con ella.

-Estas tan enojada que viniste y me tratas de esa forma como si yo hubiese tenido la culpa- Jungkook seguía tranquilo.

-Lo siento- ella bajó la guardia.

Estaba muy aterrada y no sabía como manejar con toda esa situación. El echo que J. Seph la haya dejado sola en esa oficina y que ahora tendría que lidiar con personas de la misma calidad que Richard Smith no le agradaba y más aún sabiendo que debía asistir a una fiesta donde eran famosas por alcohol, sexo y drogas.

-¡Estás temblando!- se acercó a ella muy sigilosamente para que no tenga que ser rechazado. Jungkook sabía hacerlo, envolver a las mujeres y más aún si conocía los puntos débiles de Halo. Tanto tiempo a su lado que ya presentía lo que ella quería.

A Halo le encantaban los abrazos y más aún cuando se sentía mal. Abrazos no de cualquiera sino de las personas con las que tenía un grado de confianza para hacerlo.

Frenesí II (+18/Jimin, Jungkook y tú) SEGUNDO LIBRO ⚠️EN CURSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora