50. Regresemos

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Flashback

Halo y Jimin  estaban en la habitación del hotel, después de la gala de los Grammys, donde ella se expresó claramente que entre los dos no habría ningún futuro.

-¿Porqué lo dices?- preguntó él angustiado.

-Olvídame Jimin, no engañamos a nadie, sabemos que los dos estaremos mejor, el uno alejado del otro- dijo ella con tristeza.

Halo aprovechó que Jimin se haya quedado helado para salir de la habitación sintiendo que se ahogaba por la idea de tener que dejarlo ir.

Caminó por el pasillo directo al ascensor, esperó a que las puertas se abrieran y antes de que esto suceda Jimin ya la había agarrado de la muñeca haciéndola girar hacia él.

-No, no te creo. Aún no lo has dicho pero sé que me amas, lo puedo ver en tus ojos- Dijo él,  nervioso, desesperado y  asustado. No quería dejarla ir- Sé que hay algo, dímelo, por favor.

Halo se sorprendió, acongojada; dudando, preguntándose si estaba haciendo lo correcto. Si era justo que  el amor de su vida tenga que abandonar sus sueños. Literalmente la carrera de Jimin dependía de ella.

Él al ver que no tenía respuesta la tomó de la mano llevándola adentro de la habitación.

-Yo me tengo que ir- Halo se soltó de su mano y agarró la manija de la puerta siendo detenida por él otra vez.

-Solo dilo- pidió Jimin arrimándola a la pared con sus manos apoyadas a cada lado de su cabeza.

-Sí- contestó Halo intimidada por la penetrante mirada de Jimin.

-¿Sí que?

-Sí, te amo, Jimin- contestó viéndolo a los ojos -es solo que...

Jimin cogió su nuca con ambas manos y la besó desesperadamente sin darle oportunidad a que terminara de hablar; la besó de una forma en que pudiera sentir lo tan necesitado que estaba de ella; como si en ese beso pudiera recuperar todo el año que estuvieron separados.

Halo le siguió moviendo los labios al mismo ritmo que el de él pero tan pronto Jimin  se dio cuenta de  que ella tenía las intenciones de cortar el beso, le levantó el vestido, la alzó de forma que las piernas rodeasen su cintura y sostenida hacia la pared, haciendo presión con su propio cuerpo. No la dejaría ir tan fácil, no después de saber que ella lo seguía amando. Tenía que actuar rápido.

El calor en sus cuerpo poco a poco aumentaba. Él masajeaba sus muslos y los glúteos mientras que Halo alborotada esos cabellos rubios.

Jimin mordió suavemente el labio inferior y arrastró sus dientes hasta dejarla de besar.

-¿Cómo te atreves a venir a buscarme a mi habitación con este vestido e irte como si no hubieses provocado un tsunami dentro de mí?- dijo Jimin con la respiración entre cortada sin dejar de fijar sus ojos en los de ella.

De inmediato la volvió a besar y apresuradamente hizo a un lado la ropa interior de Halo sin quitársela, y una vez que le dejó de estorbar, sin pensarlo introdujo un dedo en ella haciéndola gemir sobre de su boca, sin poder echar su cabeza hacia atrás pues la pared aún seguía ahí.

Jimim simulaba embestidas con su mano y sentía como ella se iba humedeciendo, después un dedo ya no bastaba y metió otro.

Ella con los ojos cerrados tratando de continuar con el beso emitía jadeos involuntarios y definitivamente Jimin ¡sí que lo estaba disfrutando! Pero lo que venía era mucho mejor.

Frenesí II (+18/Jimin, Jungkook y tú) SEGUNDO LIBRO ⚠️EN CURSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora