Ya pasó un tiempo de aquella charla que tuve con mi amigo, no se porque no recuerdo su nombre, se me viene a la cabeza "Lucas", pero no estoy del todo de acuerdo que así sea, siento que se me replantaron mis ideales o mis objetivos, algo así. Ayer a la noche hablé con Magnus, me dió un brebaje raro, de un color carmesí, me hizo toser toda la noche, recuerdo la escena que sufrí...
Magnus: Bien Abraham, te recomiendo que te vayas a recostar, esta bebida fatiga un poco el cuerpo.-señala su habitación-.
Abraham: Ehm, okey, pero de todas formas quiero saber por qué tuve que beberla, acaso me otorga algo en especial?
Magnus: Los viajes de teletransportación y del tiempo suelen ocasionar hemorragias cerebrales o algún que otro tipo de problemas de esa índole, por esa razón te di de beber este liquido, tal vez perderás un poco la memoria, pero estarás como nuevo a las horas de haberte levantado, por favor cuando lo hagas ven aquí.
Abraham ahorró palabras y se retiró en silencio, en el camino a su habitación se cruzó con un chico alto, el cual lo topó, él lo ignoró por el cansancio y continuó su camino hacia su destino, al llegar se desvistió y se recostó, rápidamente comenzó a toser y cuando lograba conciliar el sueño se levantaba para toser o escupir flema. Así fue la larga noche de 8 horas, cerraba los ojos y al levantarse tosía. Al salir de la cama por última vez, tuvo una gran jaqueca, recordó las palabras de Magnus y pensó esperar unas dos horas para luego ir a la oficina del mismo, mitigó el dolor con unas pastillas que le había quedado del plano de la tierra.
Al cabo de una hora, sonó la puerta, le llamó la atención a Abraham, quien temeroso atendió con los ojos caídos por el dolor de cabeza, se impresionó cuando vio a una pequeña joven de aproximadamente 1.60, con el pelo recogido y unos ojos muy llamativos.
Abraham: Disculpa, necesitas algo?
- Hola Abraham, se te ha llamado a la mesa de los magos.-le entrega una carta-. Deberías vestirte para asistir, es un buen consejo.-se retira sonriendo-.
Cuando la supuesta niña se retiró, Abraham entró en una gran vergüenza al darse cuenta que estaba en calzoncillos y con una remera corta, pidió disculpas desde la puerta, la chica no pareció darle importancia y siguió caminando. Intrigado abrió la carta y leyó lo escrito; "Joven Guerrero, informalmente te citamos a la mesa de los magos que se ubica en el centro de este castillo, por favor te pedimos que asistas antes de los 30 minutos cumplidos, en tu armario encontraras prendas para la charla a la que vas a asistir. M."
Fue en dirección del armario y al abrirlo vio unas prendas muy llamativas, la prenda de arriba era un chaleco de cuero con una cota de malla arriba, la de abajo era un pantalón con unos metales protectores en la parte de las rodillas y los gemelos, no había ningún par de botas o algo, así que se colocó las que ya había usado antes. Ya vestido, se observaba en el gran espejo que había en su habitación. Por curiosidad vio un poco por la ventana, se observaba un grupo de personas charlando y, en el gran campo de llanuras, hombres armados andando en caballos parecían vigilar todo el campo. Salió caminando un poco apresurado hacia el centro del castillo, se guió de un mapa que había en el bolsillo de la chaqueta, no tardó mucho en llegar, vio como cinco hombres y una mujer estaban sentados en una mesa redonda, todos vestían ropas extravagantes con artilugios colgando de las mismas, uno de ellos tenía unas esferas rodando alrededor de su cabeza, el mismo encabezaba la mesa y alzó la mirada para dirigirla a Abraham.
- Joven, toma asiento.-le señala una silla de abedul que está a un costado de la mesa, no en la misma-.
Abraham asintió y se sentó delicadamente, todos le observaban de forma extraña, dos de los que estaban ahí parecían repudiar su presencia.
- Seremos muy breves, yo tomaré la palabra.-se levanta y mira a los demás-. Bien Abraham, tu situación fue debatida con los grandes magos de aquí, sabemos todo lo que te pasó desde que entraste a este universo, ahórrate las palabras.-dijo anticipándose a Abraham, quien iba a hablar-. Esta escuela ha sido una cuna de Héroes, la misma ha formado legiones de los mismos, anticiparse a lo que serás es muy bruto, pero esperamos que cumplas las mínimas expectativas.-Abraham se dió cuenta que Magnus observaba todo desde el gran ventanal que estaba a unos 10 metros de la mesa-. Tu escuela principal será la de Encantamientos y tu Sub-escuela Nigromancia.
La Mujer que estaba sentada en la mesa se levantó bruscamente de su silla y reprochó al que hablaba diciendo que no se podía elegir de Sub-escuela una principal, los demás también se levantaron y comenzaron a discutir entre todos, Abraham intentaba comprender algo de lo que hablaban, pero no les entendía, ya que no era el idioma que él acostumbraba hablar. Pasaron los minutos y la discusión cesó, cuando el que había hablado al principió, alzó la voz.
- Gracias por haber asistido Abraham, por favor retírate de aquí, se te asignaran tareas a la brevedad.
Magnus se acercó a Abraham y se lo llevó lejos de ese lugar, cuando se iban retirando del lugar se oía como seguían discutiendo en otro idioma, probablemente sobre el tema del cual él no había entendido nada.
Abraham: No entendí nada, y mucho menos el idioma que hablaban luego de los roles que me asignó el hombre de los ojos blancos.
Magnus: Ezequiel te explicara más, el idioma que hablaban es draconiano, el linaje de los hechiceros habla la lengua de los dragones, tú eres un Mago, por lo tanto no lo hablas, pero lo aprenderás con el tiempo, según que tan inteligente seas.
El Gran reloj que yacía a un lado del castillo, marcaba las 3 de la tarde, 5 horas luego del encuentro que tuvo con los grandes hechiceros o magos, no entendía muy bien que eran, no era la mesa de los grandes magos? En fin, ya estaba afuera con Ezequiel, hacía bastante frío, supuestamente ya era invierno en North Wost, y en ese lugar hiela mucho en esta temporada.
Ezequiel: A ver muchacho.-saca un papiro y lo lee en voz baja, al finalizar ríe-. Con que Nigromancia como Sub-escuela eh? -quema el papel con sus manos, el fuego era de un color verde-.
Abraham: Sí... En mi tiempo eso signi...-sus palabras fueron interrumpidas con una gran golpe de Ezequiel-.
Mientras hablaba no advirtió la venida de Ezequiel, el mismo se movió a gran velocidad contra Abraham, tenia las manos cargadas con las llamas de color verde, las hizo impactar contra el pecho de él, fue un ataque de dos palmas que incineró el chaleco de cuero. Fue despedido por dos metros, acompañado de un grito aterrizó de espaldas contra una piedra.
Ezequiel: ¡¿Crees que acaso me importa lo que significa en tu tiempo?!-escupe el piso-. Eso pienso de tu tiempo, ahora estás en el mío hijo de perra, y que tengas mi escuela principal como sub-putita, hará que mi entrenamiento sea mas duro, princesa del encantamiento.
Abraham solo se quejaba y gemía por el golpe que recibió contra la piedra, se levantó a duras penas con un poco de sangre en el pecho, solo sonrió de lado y le dijo:
- ¿Qué esperas a enseñarme eso? Ja.
Ezequiel: -sonríe-. Darás 20 vueltas al campo entero.-saca un reloj dorado que tiene unas pequeñas alas, el mismo va volando hacia la cabeza de Abraham-. Si no la completas en una hora, mandaré esqueletos a que te maten.-desaparece en un rastro de llamas-.
Abraham: ¿20 v-vueltas? -Mira en lo posible el campo y saca cuentas rápido-. Eso son más de 20 kilometros...
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Legión de Héroes
FantasyY miró a la lejanía de la tierra Prohibida no solo porque vio a el rey Mozet bajando por el mismo camino que Adrián si no porque se dio cuenta que el inicio de una guerra estaba por comenzar. Mozet caminaba por los caminos de Adrián pero...¿Cómo los...