"¿Me estás diciendo que soy un soldado nada más?"
"Mi poder es más grande que el tuyo, deberías de entenderlo, hace mucho tiempo que vengo cambiando de forma, me presente ante ti y nunca te diste cuenta, guerras, muerte y hasta traición."
"Olvídate de tu ego maldición, ¿Cuántos años tienes? Por dios, es como si hablara con un niño."
Abraham: ¿Q-Quién está ahí? ¿Donde estoy?.
Miraba a su alrededor y solo veía oscuridad, una oscuridad muy densa, oía esas voces que eran masculinas y femeninas, decían cosas que para él no tenían sentido. Intentó caminar, pero sintió como se dio vuelta, como si no hubiera ninguna ley gravitacional en el lugar que se encontraba, era raro ya que se podía ver a sí mismo, miraba sus manos y estas eran borrosas. De repente, una luz empezó a acercarse hacia él, le prestó atención y se quedó mirándola atentamente, cuando oyó un ruido de tren a vapor, se desesperó y al pensar que un tren lo corría, trato de alejarse de esa luz, pero no podía, es más, algo hacia que se acerque a la misma.
De repente la escena cambia bruscamente y aparece en medio de una colina llena de nieve, estaba nevando y dos personas yacían frente a él. Eran dos hombres, uno de ellos tenía el pelo negro, era alto y de carne magra, estaba desnudo a excepción de sus partes nobles, portaba un hacha en sus manos, la cual apuntaba al otro tipo. El otro "señor" era un poco pequeño, con un bigote muy llamativo, parecía francés. Portaba poca cabellera que revelaba una pequeña entrada en su frente, tenía puesto unos guantes de seda y yacía acomodándoselos frente al tipo del hacha.
- Vamos Fergurdsson, esto no tiene por qué terminar así.-dijo el tipo del hacha-.
- Sabes, hace un frio de tres grados bajo cero muchacho, y vienes siguiéndome hace tres kilómetros. Es interesante el parecido de ambos datos, subráyalos en tu mente si quieres, tal vez sea lo más inteligente para ti.-Fergurdsson rió-. En conclusión has sudado al correrme por tanta distancia.-retrocedía mediante que el del hacha avanzaba-. Si das un paso más terminaras cayendo en una hipotermia, y será inútil mi matanza. Vamos Michael, vete ahora que tienes tiempo.
El sol estaba empezando a desaparecer, eso inquietó un poco a Fergurdsson e hizo reír al del hacha. Abraham se encontraba atrapado en unos hilos blancos que le obligaban ver esa escena, no le molestó mucho ya que tenía una intriga un poco rara sobre lo que estaba pasando. Quería averiguarlo.
- El sol se esconde.-dijo soltando el hacha y riendo a la vez-. Es ahora cuando...-su piel se empezó a quebrar y gritaba cayendo de rodillas-.
- Maldición hombre.-Fergurdsson sacó un revolver de su atuendo y le disparó en la cabeza-. ¡Diablos! No quería hacer eso...-guarda el arma y se acerca al cuerpo muerto-. ¿Tú que miras demonio?-miró en dirección a Abraham y se acercó lentamente hacia el-.
Abraham: ¿De qué demonios hablas? ¡¿Quién eres?!-comienza a forcejear desesperado-. ¡¿Dónde diablos estoy?!
- Es gracioso, creías que tu poder iba a ser suficiente para derrotarme. Sofocar a mi hermano con tu maldita maldad no fue suficiente, tenías que hacerlo con mi mujer y hasta...-mira el cuerpo muerto-. Mi hijo...
Abraham intentaba hablar pero algo se lo impedía, los hilos apretaban con más fuerza haciendo que le corten la carne, cada vez que forcejeaba cortaban con gran intensidad, los filos de los hilos eran como cuchillas de carnicero y si seguía haciendo más fuerza iba a terminar carneado por los mismos.
- Te dejé sin palabras, ¿No?-le escupe la cara a Abraham-. Pero, haré que tu muerte sea rápida, porque siempre seré mejor que tú.-le da dos disparos en la frente-
Abraham apareció por detrás de Fergurdsson, pero no podía moverse. Todo se veía con menos claridad, cada vez se ponía más borroso y cuando menos le dio importancia, todo se había teñido de un rojo color sangre y se encontraba en su cama durmiendo.
Abraham: -se levanta lentamente y sigiloso-. Esto ya es un poco molesto... ni siquiera sé dónde estoy.
Paso de estar en su habitación a cuando Samuel lo empujaba contra el espejo, todo iba en cámara lenta, se percató de eso. Avivado logró ver como el cielo se tornaba oscuro y Aterek atacaba con palabras a Samuel. Caía en un pozo oscuro y los vidrios del espejo roto caían encima de él, la velocidad de sus alrededores parecía haber vuelto a la normalidad.
Apareció en un espacio parecido a la tierra, lo único que le importaba era que estaba volando a gran velocidad contra un ventanal que parecía ser de un castillo, chocó contra él haciendo que los vidrios estallen y vuelen por todos lados, terminó impactando contra él piso (que parecía ser de oro), y rodó hasta chocar con una gran cama que por suerte "amortiguo" su caída. Se retorció lentamente en el suelo, mientras se quejaba del dolor y tocia un poco de saliva acompañada con sangre. Se paró con dificultad agarrándose de la cama. Oyó una puerta abrirse y vio como un tipo de sotana negra se acercó hacia él, le dio un tipo de botella redonda con un líquido rosa dentro de ella.
Abraham: ¿Qué es esto?...
- Soy Magnus, esa bebida calmara sus dolores debido al gran golpe que acaba de recibir.-mueve un poco la mano y el ventanal vuelve a construirse-.
Abraham: -la bebe desenfrenadamente-. Luego preguntare por eso que acabaste de hacer con las manos.-se recompone y eructa-. Ya se está volviendo normal para mí, esto de aparecer en lugares que no debo.
Magnus: Estás en el campo de entrenamiento para jóvenes promesas. Tu, seguramente eres el mandado por el señor Aterek. Sé que te llamas Abraham, ahórrate las molestias.
Abraham: Bueno.-sonríe un poco confuso-. Le agradezco que me aclare un par de cosas desde el comienzo, pero ¿Qué acabó de pasar?
Magnus: Atravesaste un portal mágico, sé que tienes muchas preguntas con respecto a qué paso desde el primer día que llegaste al Gran Continente, las sabrás ni bien agarres los libros que tendrás que estudiar.
Abraham: Gracias nuevamente.-le devuelve el frasco vacío-. Pues, si estudiar me responderá preguntas, entonces me volveré un ratón de biblioteca de nuevo.
Magnus: Sabes, eso no sonó bien.
Abraham: Si, lo siento.-Magnus empezó a caminar y entonces lo siguió-.
Magnus: Lo primero que debes de conocer es la gran biblioteca, ahí tenemos toda la información que necesitaras. Aun que debes de saber que hay libros que están prohibidos por tu nivel de aprendizaje.
Abraham: ¿Nivel de aprendizaje? ¿A qué te refieres con eso?
Magnus: Cada héroe tiene un nivel, hay leyendas que llegan casi al nivel máximo, pero tú recién estas en la base, ya que tu experiencia es solo doméstica y de tu dimensión. Aquí todo esta respondido, no te servirá de mucho lo que aprendiste en tu historia pasada.
Abraham: Okey...-dijo confundido-. A que todo está respondido, ¿eh? ¿Qué me dices de la teoría de cuerdas?
Magnus: Impresionante pregunta muchacho, claro que esa pregunta fue respondida. Supongo que tal vez algún día te dejemos leer los grandes libros prohibidos, pero deberás de entender cosas básicas antes, y ganarte la confianza de nosotros.
Abraham: Tengo una sola pregunta más. ¿Por qué yo?
Magnus: Averigualo.-desaparece dejando a Abraham frente a dos puertas gigantes de roble con un grabado indescifrable-.
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Legión de Héroes
FantasyY miró a la lejanía de la tierra Prohibida no solo porque vio a el rey Mozet bajando por el mismo camino que Adrián si no porque se dio cuenta que el inicio de una guerra estaba por comenzar. Mozet caminaba por los caminos de Adrián pero...¿Cómo los...