Capitulo 3- El gran qué?

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Un fuerte golpe iba dirigido al pecho de Abraham, pero no provenía de la espada, sino de una madera que agarró en pleno pique hacía él. Abraham colocó su brazo en la dirección del golpe y este recibió el palazo.

Abraham: Agh!-se tira al suelo y se agarra el brazo del dolor mientras se queja-. ¿Por qué diablos hiciste eso?.

Hatari: Dame respuestas o el próximo golpe vendrá afilado.-pone su mano en el mango de la espada-.

Abraham: Creeme que yo también quiero respuestas.

Hatari al escuchar las palabras de Abraham, hizo un amague al aproximarse.

Abraham: Okey, okey. Tranquilo.-se levanta con la mirada fija de Hatari puesta en él-. Yo solo desperté ahí, estaba en mi casa.

Hatari: Oye, tu acento me resulta familiar, acaso eres de la realeza del Dique?

Abraham tartamudeo un poco y luego comenzó a asentir con la cabeza, Hatari le pidió disculpas y rápidamente le ofreció su escolta hacia el reino del Dique.

Hatari: Supongo que necesita que lo lleve hacía su reino ¿Verdad señor?

Abraham: Oh, si, si. Esa cama de paja me dejó un dolor de cuello, haré que me den un masaje ni bien llegue al reino.-empieza a caminar-.

No llegó a darle la espalda a su "escolta" que recibió un fuerte golpe en la pierna, venía de Hatari quien estaba detrás con la espada ya en manos. El mismo golpe hizo que Abraham cayera al suelo.

Hatari: ¿Acaso me tomabas por idiota?-ríe-. Los de tu calaña me dan asco.-lo escupe-.

Abraham: ¿Siempre eres así de brusco?.-lanza un quejido y resopla, levantando un poco de tierra del suelo seco-.
~Vaya, éste sueño se ha tornado mas raro de lo habitual, eso me pasa por dormirme pensando en la expedición, odio cuando en los sueños el dolor es muy realista, bien solo saldré como pícaro".

Hatari le puso la espada en el cuello y la levanto con fuerza, Abraham le golpeó la rodilla con una patada desde el suelo y se levantó como un viento, ya que provocó que su acechor se alejara un poco debido a la patada, le tiró tierra en los ojos y salió corriendo a toda marcha. Hatari lanzó un par de espadazos al aire, soltó la espada y comenzó a resfregarse los ojos.

Hatari: Maldito desgraciado, me las pagaras. Ah...-va a echarse agua en los ojos al lago-.

Abraham corría y corría, esperando no poder ser atrapado, de vez en cuando miraba para atrás esperando que no lo siguiera nadie, al notar que ya lo había perdido, frenó y empezó a tomar bocanadas de aire para poder recuperar el aliento.
Empezó a pestañear rápido, tal vez creía que por algún motivo, esa acción lo "despertaría", se dio un par de bofetadas y hasta se mordió un dedo, pero nada tenía caso, el estaba aun ahí, en medio de un lugar desierto, con un suelo seco y unas montañas a lo lejos.

- Oye muchacho, estas perdido?

Una chica con un par de trapos cubriéndole el rostro se le dirigió a él por detrás, al girarse la vio y entrecerró los ojos así el sol no le molestaba.

Abraham: Eh, la verdad no se si estoy vivo.-sonríe-. No se si estoy en un sueño, o si reír o llorar, me siento raro, pero tengo muchas ganas de gritar.

La chica lanzo una risita al aire.

- El sol te está afectando un poco, ten bebe agua.-le da un tipo de cantimplora de cuero-.

Abraham: Gracias.-bebe un par de sorbos del agua y luego se la devuelve-. Fresca.

- Soy Abril, por cierto.-le extiende la mano-.

Abraham: Yo soy Abraham.-le estrecha la mano y se frena para ver detalladamente su rostro-.

Tenía unos ojos verdes, las mejillas un poco rojas por el calor, una nariz pequeña y una sonrisa dulce, era muy perfecta para ser verdad. Se sacó las prendas que le cubrían un poco el rostro y se dejo mostrar un pelo corto y negro.

Abril: Espero que no seas un Muzaiqué.-le sonríe-.

Abraham: No, no. Soy un simple humano.-comienza a toser un poco-. Oye, cómo que empezó a hacer mas calor, no?

Abril levantó los hombros aun con su sonrisa que se hacia pegajosa para quien la miraba u observaba.

Abraham: -comienza a sudar-. Vaya, no me siento bien de repente.-comienza a tambalearse y a pisar erróneamente-.

Su visión se torno un poco borrosa y se notaba perdida su mirada, trataba de enfocar a Abril y cuando lo lograba solo la miraba allí, quieta y sonriente frente a él.

Abraham: L-le pusiste algo al agua v-verdad.-la señala-.

Abril: ¿Por que haría eso?.-ríe y tira el contenido de la cantimplora al suelo-.

Abraham miraba al cielo borrosamente, cayo de rodillas repentinamente por la mala estabilidad que estaba teniendo y empezó a ponerse rojo y a resaltarle la vena de la frente.

Abraham: M-Maldita sea...-cae completamente derrumbado y se desmaya escuchando el galope de un caballo de fondo-.

Legión de HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora