3 - "Linda Flor"

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Capitulo 3

Acostumbrarse, suena difícil, pero... hacerlo, es como abrir los ojos cada mañana. Me he acostumbrado a las ausencias, al silencio, al paso lento del tiempo, a llorar muchos de tantos fracasos, me he acostumbrado a caminar sin rumbo, a las noches de soledad, a dar todo y recibir nada. Iba directo a la escuela, no había tenido una buena noche, así que antes de salir de casa inhale un poco de mi bolsita. Tengo que admitir que nunca lo había hecho antes de ir a la escuela...bueno hay una primera vez para todo.

Estaba muy enérgica y como sabía que no duraría mucho, decidí aprovecharlo. Entre al lugar con una sonrisa en el rostro de oreja a oreja; me compararían con el gato sonriente de Alicia en el país de las maravillas, aun que preferiría más una comparación con el Guasón, dos seres realmente vesánicos y lunáticos, lo único que los diferencia es la historia en la que conviven; a uno lo pintan con las maravillas del mundo y al otro... ya saben cómo un enfermo mental.

Cuando por fin llegue a la parte trasera de la escuela, camine unos metros hacia la cancha de futbol y me tire en el pasto. Saque mis audífonos, me los puse y me deje llevar al ritmo de Sweet Dreams. Tenía la música a todo volumen, aislando cualquier ruido del exterior; todo iba bien, hasta que sentí un golpe contra mi abdomen, me quejé de dolor y me senté de inmediato.

— ¡MIERDA! ¿Qué rayos haces tirada en el suelo?

Levante mi vista hacia el chico que había chocado con mi cuerpo, el sol me deslumbraba, así que no pude ver bien su rostro; ignorándolo por completo, busque mi celular en el pasto, me coloque de nuevo los audífonos y me acosté en el suelo con los ojos cerrados. No pasaron ni diez segundos, cuando sentí a alguien junto a mí, descaradamente mequita el audífono y me susurra en el oído.

— Oye ¿estás bien? — abrí uno de mis ojos, encontrándome con los ojos del chico que me miraban atento.

— Si — comente cerrando nuevamente mi ojo.

— Lo siento — escuché que decía.

Abrí esta vez ambos ojos y lo vi rascándose la nuca con algo de vergüenza y nervios, de inmediato me di cuenta de que era el mismo chico que me había golpeado dos días atrás en la cabeza.

— ¿Por qué? ¿por pegarme dos veces en menos de tres días? — comente con sarcasmo, alzando una de mis cejas

— Básicamente — dijo dándome una sonrisa de labios cerrados

— Da igual — dije por fin, tomando mi celular para cambiar la canción, iba a cerrar nuevamente mis ojos, pero sentia su mirada sobre mi — ¿Qué? — espeté y él me miro ceñudo

— Nada, yo solo... — me senté para estar a su altura

— ¿tu solo...? — él se quedó callado, le quite mi audífono de la mano bruscamente, me miro mal, luego se paró y empezó a alejarse

— Solo quería ser amable — comento a unos pasos de mí y empezó a caminar más rápido, bufe frustrada y me pare para seguirlo, mi cargo de conciencia ganó esta vez.

— ¡Espera! — dije, cuando ya estaba lo suficientemente cerca. Lo tome del brazo y lo voltee hacia mi

— ¿mmmm? — mascullo, mirándome fría y fijamente

— Yo — trague saliva — lo lamento, es solo que .... — me detuve de golpe pensando mis palabras— no debí ser tan grosera — solté por fin, bajando mi vista al suelo

— ¿Qué escuchas? — cambio de tema

Levante mi vista un poco sorprendida, chocando con sus ojos los cuales me observaban cautelosamente, tome uno de los audífonos, se lo extendí y observe mientras se lo colocaba para luego darle play a la canción.

Hola, Blanca ✔️(completá)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora