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Pasaron semanas y mi vida parecía hundirse más, el departamento donde estaba, el dueño decidió aumentar el alquiler,como ya le debía mucho, la situación solo lo empeoró, por mucho que tuviera ahorros, no eran suficientes para mantenerme.

En el trabajo, gané poco dinero, hay días en los que ni siquiera puedo hacer un programa y Nara se enoja mucho, pero no puedo hacer nada, la audiencia es pequeña y  no puedo hacer que la gente se quede conmigo la fuerza.

Ya casi era hora de ir al club, comí un poco y luego fui  prepararme, los recuerdos de ese hombre  Rubio aún me vienen a la mente. El fue tan amable, me trató con mucho cariño, algo que no recibimos en este trabajo. Solo lamento que ese dia yo estaba tan mal, hice lo que pude. Estaba tan adolorido desde la noche anterior, y aún con fiebre, espero que lo haya disfrutado. Ojalá pudiera volver a verlo y luego, sí, poder hacer todo como se merece.

Llegué al club y aún no estaba abierto al público, me fui a nuestro camerino, ya pensando que necesito hacer muchos programas hoy,  Nara me estar mirando mucho, y no puedo dejar que me mande a la calle. Necesito este dinero.Me vestí y esperé a que abriera el club.Era el fin de semana, seguro que habrá mucha gente.

- Joel, escuché que Nara está irritada contigo, parece que ya no recibe tantos clientes. - Christian me dijo.

- Estoy haciendo mi trabajo y no es solo culpa mía, el club tiene pocos público, estoy seguro de que lo has notado.

- Sí, pero si tienes clientes leales, sabes a dónde acudir en un momento como este, Pero en tu caso es realmente difícil, no tientes mucha simpatía por parte da clientela. Parece que los clientes se están escapando de usted.- dijo y los demás sonrieron con desenfreno.

- Yo hago mi trabajo, y de la mejor manera que puedo. Deberías cuidar tu vida y dejar de chismorrear por todo el club nocturno. Aquí todos somos iguales, y esto le puede pasar a cualquiera, incluyéndote a ti, si ese horrible anciano decide dejarte.

- ¡Le gusto a él!

- Por supuesto. Ahora ve despacio o el viejo puede morir de tanto amor y entonces tu inversión se acaba.- dije y escuché una risa baja.

-  Deja de ser envidioso, al menos tengo a alguien en la vida, le gusto a El y tu tienes a quien? ¡Nadie!- habló El y yo aparté la mirada triste.

- ¡Detuvo la conversación! todos al salón, ¡ahora. - Nara vino hablando.Salí y ella me tomó del brazo.- Te estoy vigilando.Haz bien tu trabajo o tendré que tomar medidas más drásticas.

- No se preocupe, haré mi trabajo.- dije y ella soltó mi brazo.

Fuimos todos al salón y pronto un hombre me agarró por la cintura y tuve que quedarme allí para hacerme compañía. Bebía mucho, lo cual era repugnante. Sus labios en mi cuello me dieron agonía, luego su mano fue a mi trasero.

- ¡Bésame, perra!- dijo y me alejé.

- Me respetas, y aquí hay un precio para poder besar en la boca. - El sonrió

- Ahora estas putas se están volviendo más caras. Pero yo pago. Hoy te dejo sin caminar. - me tiró y me besó.

Pasé tiempo con él, El siguió bebiendo y noté la mirada de Nara en mí, pronto decidió que quería una habitación.  El club tenía un acuerdo con un hotel cercano, así que fuimos allí. Cuando entramos en la habitación, el hombre se transformó. Su beso fue áspero, su toque fue fuerte, intenté hablar pero él no escuchó, y cuando me penetró grité de dolor.

- ¡Perra, eso es lo que eres! Esto es lo que te mereces.Y te mostraré de lo que soy capaz. - habló lleno de ira.

Nunca me trataron así, pero ese era mi trabajo y tuve que aguantarlo. Después de que terminó todo, volvimos al club. Estaba muy adolorido, quería irme, cuando se acercó a Nara.

Placer y PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora